Por: Alma Martínez
Su larga trayectoria como periodista le ha dado muchas satisfacciones, pero una muy especial ocurrió este año cuando el periodista salvadoreño Juan José Rodas se ganó el Emmy en la categoría de “Mejor programa especial” por su reportaje “Niños de nadie”, que muestra el drama que viven a diario miles de niños inmigrantes.
Juan es egresado de La Universidad de Houston con un título de periodismo en medios con especialidad en español. Comenzó su carrera en 2002 en El Paso, Texas, también frontera con México, donde conoció los problemas que enfrentan los inmigrantes dentro y fuera de este territorio. En este lugar aprendió que al tema de la inmigración no se le debe temer, sino más bien es un tema que se debe afrontar, y eso precisamente quiso hacer Juan a través de su trabajo.
El periodista salvadoreño ha trabajado como corresponsal del noticiero nacional de Univisión en temas de política e inmigración. Anteriormente recibió el premio “Si Se Puede”, por sus reportes de inmigración e injusticia social contra minorías como los inmigrantes indocumentados. Actualmente trabaja para el Noticiero Telemundo Houston KTMD-47 en Houston, Texas.
Hoy Juan hace una pausa en su rutina diaria, y nos cuenta cómo llegó a interesarse en el tema de los inmigrantes, qué vivencias tuvo y cómo finalmente su trabajo le ha llevado a recibir un reconocimiento internacional.
¿Cómo se siente de haber obtenido un premio Emmy?
Me siento muy bendecido, fue un proyecto en donde dejamos el alma todos y cada uno de los que participamos del programa titulado “2288 Km: Niños de Nadie”.
¿Qué significó para usted trabajar un tema que es tan sensible para nuestra región?
Significó mucho, ya que al igual que miles de miles en este país yo soy un inmigrante quizás no con la misma historia que la mayoría pero sí al final lo soy y muy orgulloso de lo que aportamos a diario para el progreso de Los Estados Unidos. A mí me tocó viajar varios días a la frontera para recorrer solo parte de lo que miles de madres, padres y sobre todo niños algunos pasaron sin ningún acompañante.
Zonas inhóspitas, áridos caminos bajo un incesante sol y temperaturas que sobrepasaban los 100 grados en algunos días. Pudimos obtener las grabaciones de la línea de emergencia 911 en el condado Brooks en donde se reportan más muertes de indocumentados en el desierto cada año. En ese condado fue que murió en esa época un niño Guatemalteco que cruzó solo la frontera con el fin de ayudar a su madre discapacitada en Guatemala. Historias verdaderamente lamentables.
¿Por qué decidió hacer un reportaje sobre este tema?
La iniciativa surgió de la problemática que la crisis humanitaria estaba representando. Yo debido a que he seguido el tema migratorio por varios años había escuchado que en 2013 o 2014 habría un flujo indeterminado de menores pero jamás me imaginé que llegaría a las proporciones que llegó. Se determinó que un equipo viajaría a Honduras y El Salvador a explorar la situación por la que estos jóvenes estaban dejando su país a tan temprana edad. Pero solo se logró concretar una entrevista con el presidente de Honduras. Se realizó y viajamos (no yo) a Tegucigalpa y a San Pedro Sula.
¿Qué fue lo más difícil, tanto a nivel personal como profesional, de tocar el tema de la inmigración?
Lo más difícil fue cuando me tocó viajar a la frontera cuando apenas comenzaban a llegar los primeros miles de niños. Fue en Junio de 2014. Tuvimos acceso a las “hieleras” como les llaman a los centros de detención migratorios de la Patrulla Fronteriza y me di cuenta que algunos todavía necesitaban biberón, o pacha como le llamamos en El Salvador. Me tocó el corazón ver cómo eran hacinados en cuartitos y me tocó ver cómo les daban papel de aluminio y plásticos como cobijas. El aire acondicionado a lo más bajo que se podía para según uno de los agentes “evitar bacterias”.
¿De qué forma cree usted que un reportaje como este, puede ayudar a mejorar la situación que sufren los inmigrantes?
Creo que de mucha ayuda, con este programa en particular se alarmó a las autoridades y comenzó una campaña a nivel local para que los congresistas que representan la frontera actuaran para mejores tratos a los menores d edad. Incluso, tengo entendido que comenzaron varias campañas en Centro América para evitar el éxodo de menores. Si bien no hay una reforma de inmigración integral por el momento debido a la retórica de algunos políticos esto no quiere decir que nosotros como periodistas debamos parar de exponer una realidad que sin duda afecta a miles de personas dentro y fuera de este país.
¿Qué mensaje quiere enviar usted, a través de este reportaje de la inmigración?
Que la inmigración no es un tema al que hay que tenerle miedo. Los seres humanos migramos desde hace siglos. Hoy en día la política ha hecho que el tema migratorio se polarice de una forma en que nadie quiere hablar de eso. Y es allí donde se sigue dando pie a abusos contra los más vulnerables.
Mi mensaje para quienes pueden votar como yo (porque soy ciudadano desde 1999) es que hay que votar. Sólo de esa forma demostramos nuestro poder a todos aquellos que todavía no quieren escuchar y creer en nosotros.
