Montaña Arcoíris, explosión de colores cerca de Cusco

La naturaleza tiene unos caprichos inexplicables. En contadas ocasiones parece que se esfuerce en demostrarnos una belleza y sensibilidad casi artística. Y cuando esto ocurre, surgen lugares como la Montaña Arcoíris, donde parece que la tierra fue tomada como un lienzo y los colores de la geología crearon una obra maestra.

Cusco, la que fue capital del Imperio Inca, es bien conocida por ser una de las más bellas ciudades de Sudamérica, por su cercano Valle Sagrado, repleto de ruinas únicas y también por ser una ciudad usada de trampolín para visitar el preciado Macchu Picchu. Lo que la inmensa mayoría de viajeros ignora es que, a solo 170 kilómetros al sudoeste de Cusco, el arcoíris cayó del cielo para fundirse con los Andes del Perú.

Sorprende que hasta hace muy poco, este milagro geológico fuera prácticamente desconocido. La Montaña Arcoíris, o también conocida como Vinicunca en su denominación indígena, está en el corazón de la cordillera más larga del planeta (7.240 kms) y quizá por eso también es uno de sus mejores tesoros. Todos los que allí han estado coinciden en que el lugar tiene alma, energía, una magia que la hace única.
Como la mayoría de cosas buenas de la vida, hay que esforzarse un poco para conseguirlas. Para llegar a Vinicunca, hay que poner rumbo a Ausangate, la quinta cota más alta del Perú con 6.372 metros, una montaña venerada por ser un poderoso apu (divinidades o espíritus de la montaña que influyen en la región que dominan). Es por este motivo que antes de empezar la caminata de acercamiento hay la costumbre de realizar una ceremonia en honor y respeto a los dioses de las montañas.
Tras un trekking suave de tres horas en plena cordillera, con unos paisajes que ya justifican el esfuerzo y en el que es habitual ver la forma de vida de los pastores locales y mucha fauna autóctona como llamas y alpacas, se alcanza el gran premio. En la Montaña Arcoíris, a una altura de 4.250 metros, se dio un extraordinario proceso geológico en el que distintos estratos se alinearon en capas multicolores creando un efecto sencillamente espectacular. Ocres, rojos, blancos y azules se entremezclan en un abanico cromático que seguro que no has visto jamás.
Otro de los puntos a favor de este lugar es que por su ubicación alejada de las principales rutas turísticas y por ser aún un destino novedoso, aún no existen aglomeraciones y se puede disfrutar de ese entorno extraordinario con la calma y la tranquilidad que merece. De hecho, la infraestructura turística aún se apoya en los pocas personas que habitan en esos lares y los mejores tours a la Montaña Arcoíris, hacen parada en la casita del señor Francisco para tomar el almuerzo. Si además de los paisajes increíbles también te interesa conocer de cerca y relacionarte con locales, otro motivo más para no dejar escapar la oportunidad de realizar esta actividad que te ocupará un día entero… ¡que recordarás toda la vida!
Tomado de Denomades