Dos familias españolas lograron escapar de la “torre del infierno”

Agencias

Ya comienzan a conocerse las historias de los sobrevivientes, del incendio que se registró este miércoles por la madrugada, en la Torre Grenfell, un edificio de viviendas del centro-oeste de la capital de Reino Unido.

Entre los aproximadamente 500 vecinos que se alojaban en el edificio siniestrado vivían desde hace años al menos dos familias gallegas, que afortunadamente salvaron su vida pero lo perdieron «todo»: sus pertenencias, recuerdos, fotos… Se trata de Dorinda Suárez y su marido José Costa, y el hijo de ambos, Iván; así como el matrimonio formado por Carmen Sánchez y José Vieiro, cuya hija, Vanessa, afortunadamente, no se encontraba esa noche en la vivienda, informa «La voz de Galicia».

Según el testimonio de Dorinda, que vivía en la planta 13 del inmueble, se encontraban en la cama cuando un vecino portugués llamó a su puerta para avisarles de que se quemaba el edificio. Él regresaba de dejar a una prima en el aeropuerto «cuando abajo se topó con los bomberos que le dijeron que subiera para avisar a su familia». También avisó a algunos de sus vecinos.

«Gracias a él estamos aquí, otra gente ha tenido mucha menos suerte», lamenta. Con un único ascensor en funcionamiento decidieron bajar por las escaleras. En el camino pararon en el séptimo piso para avisar a la otra familia gallega. «Cuando nos levantamos y fuimos al salón vimos que la cocina estaba en llamas. Cerramos la puerta y salimos», relata Carmen.

Ambas familias han sido acogidas por Tony Rey y su esposa Pilar, un matrimonio gallego cuya casa se encuentra a pocos metros de la torre.

«Las autoridades británicas podían haberles alojado, pero prefirieron venir aquí pues nos conocemos desde hace muchos años», explica Tony, afincado en la capital británica desde hace más de cuatro décadas, que vio con qué rapidez ardía la torre. Sabía por sus amigos, que había habido muchas quejas durante las obras de rehabilitación «por el material que se puso fuera del edificio. Si hubiera sido otro no habría habido tantos muertos», señala. Él vio, ante sus ojos, como el edificio se convertía en la «torre del infierno».