Maduro militariza Caracas ante la toma posesión este viernes de la Asamblea Constituyente

Agencias

Un paso adelante y dos atrás. Sobre esta premisa parece moverse Nicolás Maduro. El presidente de Venezuela reorganiza su estrategia después de confirmarse el fraude monumental con el que proclamó el pasado domingo la Asamblea Constituyente.

Cambio sobre cambio, el hijo postizo de Hugo Chávez retrasó la toma de posesión de los elegidos en esa parodia electoral.

El jueves deberían haber acudido en tromba al Palacio Legislativo los 545 constituyentes para tomar posesión de unos escaños inexistentes, incluso físicamente (no hay butacas ni salones para tanta gente).

Maduro, en cónclave con su círculo áulico, más conocido como «el comando», retrasó la ceremonia un día, hasta este viernes. Aprovechó ese tiempo para, prácticamente, terminar de militarizar Caracas.

El régimen se desconcierta. Nunca imaginó que el mundo, por fin, se iba a poner de acuerdo en darle un portazo. La desesperación del aislamiento y su efecto económico tiene a la cúpula con el cuchillo entre los dientes y a la población al borde del estallido social. El dólar paralelo viaja en ascensor, por no decir en cohete, mientras apenas un par de compañías aéreas mantienen su ruta al país.

En apenas diez días el mercado negro ha pasado de comprar divisas a cinco mil bolívares a ofrecer hasta 18.000 por un billete verde y algo más por un euro. La inflación sigue su ritmo meteórico y los comercios y hoteles se entregan, una vez más, al deporte de la remarcación (actualización de precios).

El escándalo desatado tras la confesión Smartmatic, históricamente leal al chavismo en las elecciones, de que hubo un fraude provocó el escarnio del régimen dentro y fuera de Venezuela. Los diputados de la Asamblea Nacional exigen una investigación completa de lo sucedido el domingo en las urnas para conocer el verdadero alcance del atropello.

Chavista y madurista renegada de última hora, la fiscal general, Luisa Ortega tampoco avaló el escrutinio y cada vez son más las voces que exigen la anulación de un proceso que ha vuelto a poner a Venezuela al borde del precipicio.

«He ordenado investigar si estamos en presencia de un delito, incluso de lesa humanidad. Por eso designé a dos fiscales para investigar a cuatro rectoras del CNE por este hecho escandaloso», afirmo la mujer a la que Maduro prometió despojar de su puesto.

La fiscal Ortega consideró la información «bien grave, porque señaló que hubo manipulación de cifras». Aseguró que «representa un elemento más del proceso fraudulento e inconstitucional» de las elecciones a la Constituyente. A su juicio, esa convocatoria supone «una ambición dictatorial» de Nicolás Maduro.

Más aún, dos fiscales han pedido a un tribunal de control que anule la instalación de la Constituyente por la «presunta comisión de delitos durante el proceso electoral», según anunció el Ministerio Público a través de un mensaje publicado a través de Twitter.