Los 10 aspectos de Alejandro Jurado del Team ESA y medallista de plata en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta

Foto cortesía del Comité Olímpico

Por Comité Olímpico de El Salvador

Ganó plata en 60 kilos en Santa Marta (Colombia) y pasó la noche en un hospital, donde fue operado. Tanto su madre como su padre han practicado karate, el deporte que es “su vida”.

Por los altavoces del estadio pronuncian la frase: “Medalla de plata para Alfredo Jurado, de El Salvador”. Sube al podium con un vendaje en la nariz y algunas gotas de sangre que todavía se escapan.  Su uniforme blanco, ya no tan blanco y con un par de manchas rojas, es la fiel muestra de la dureza de la pelea contra el venezolano Jeovani Martínez. “Muy bien, Ale, felicidades…!”, lo alientan los miembros de la delegación salvadoreña que llegaron para acompañarlo en la final y le aplauden en la premiación.

  1. EL GOLPE. “Uh…En ese combate por el oro viví una mezcla de todo. El golpe en la nariz con el que me quebraron el tabique nasal no me dolió. Fue un golpe más y se seguí peleando. Luego vino un choque con el venezolano, vi la sangre y empecé a marearme. Me asusté un poco, pero yo quería seguir, eran más mis ganas de ganar. Yo vine por la de oro, lo único que pensaba en lo más alto del podium, sabía que podía. Intenté seguir, pero el doctor no me dejó. Es la primera vez que recibo un golpe así”.

2. DE FAMILIA. “Tengo 14 años de practicar karate, empecé a los 6 años. Inicié en este deporte porque mi madre era karateca. Ella, que se llama Isabel, conoció allí a mi papá. El llegó a ver una clase de karate, vio a mi mamá… y fue amor a primera vista. Y para estar cerca de ella es que él también empezó a practicarlo. Avanzó hasta cinta verde. Mi mamá, en cambio, sigue entrenando y es cinta negra primer dan”

3. EN LA SANGRE. “Como dije, desde los 6 años practico karate, pero antes de eso mi mamá me enseñaba las técnicas y las posiciones en la casa. Así que cuando yo llegué a tomar las clases de karate para mí era muy fácil: todo eso ya lo había visto en mi casa. Esto viene desde la cuna, se trae en la sangre”

4. UNA PASIÓN. “El karate es mi vida. Es todo para mí. Allí me siento fuerte, talentoso. Yo disfruto cada pelea. Me paro ahí y estoy en mi salsa, en mi ambiente. Me gusta la presión, me gusta que la gente grite a favor de mi rival, que el público esté del otro lado me da fuerza, porque me digo: ‘No voy a callar la boca de él sino de la de muchos…’” Está en la selección mayor de karate desde hace algo más de un año.

5. EL ESTUDIANTE. “Yo estudio mercadotécnica en la UTEC. El karate me da tiempo para estudiar, aunque cuesta porque siempre hay que salir. El mes pasado estuve en una base de entrenamiento en República Dominicana, hoy estamos aquí en Santa Marta y el siguiente mes en teoría iba a ir a los Centroamericanos de Managua. Los parciales a veces se complican. Antes de venir dejé todo terminada todas mis tareas y cosas pendientes de la U, porque aquí no puedo distraerme en otras cosas que no sean el karate”.

6. AISLAMIENTO. “Al llegar a la ciudad de competencia yo quito el wifi de mi teléfono y me concentro solo en eso. Me olvido de todo: de lo que pase con mi familia, con mis amigos, con el resto del mundo. Me aíslo por completo. Al teléfono celular lo traigo solo para que me graben la pelea y, después del torneo, para avisar a mi familia que estoy bien y cómo me fue. Me enfoco solo en karate. Lo único que hago es leer… Generalmente son libros de autoayuda, ahora estoy con Resetea tu mente, un libro que me dio mi mamá y que me ha ayudado mucho”.

7. LA CONSEJERA. “Mi mamá no solo me recomienda libros, siempre me da consejos. Ella es psicóloga, así que sabe…  Una semana antes de la competencia hacemos programación neurolingüística, a ponerme en el escenario, a vivir la presión. De ese libro me quedó una frase: ‘Lo que tú piensas puede cambiar tu realidad’. Yo pensé que iba a ganar el oro, en todo momento me vi por lo menos en la final, y se cumplió, así que llevó una plata para El Salvador”.

8. EL SUSTO. “A pesar del golpe, no le llamé a mi madre después de la competencia. Solo cuando estaba en el hospital y me dijeron que me iban a operar es que la llamé. Pero ahí no había Internet, así que le tuve que pedir al doctor que me pasara Internet con su teléfono y pude contarle. Ella estaba pendiente de todo por la página del Comité Olímpico de El Salvador. Ella estaba muy tranquila, entiende esto perfectamente porque vive el karate como yo. Otros familiares, como mis tíos, sí se preocupan cada vez que peleo y nos les gusta porque creen que me van a lastimar”.

9. CENTROAMERICANOS. “Al final la nariz me quedó mejor, algo más levantadida (bromea)… Me dieron 21 días de incapacidad y serán tres meses hasta que pueda competir, incluso me dijeron que tengo que usar una máscara para proteger la nariz, así que será difícil que pueda estar en los Centroamericanos de Managua”.

10. SANTA MARTA. “Nunca había estado en un evento donde se vivan los Juegos así. Veía el rótulo de los Bolivarianos en los periódicos, en cada hotel, en las calles, escuchaba de los Juegos en la radio, pasaban cosas en la TV todo el tiempo. Llegué al hospital y las enfermeras tenían el rótulo de los Bolivarianos en su uniforme. Para mí eso es muy emocionante”.