Katy Perry, más rica tras ganar una disputa legal por la compra de un convento

Cuando Katy Perry se enamoró de una propiedad ubicada en las colinas que separan Silver Lake de Griffith Park, en Los Ángeles, no se imaginó que para hacerse con ella iba a necesitar más que dinero. En el terreno, de más de 2.000 metros cuadrados, está situado en un convento de estilo italiano que pertenece a las monjas del Inmaculado Corazón de María y un lugar de retiro para curas. En 2015 la cantante ofreció 13 millones de dólares en efectivo y para ganarse la aprobación de las monjas les cantó góspel. Sin embargo, por otro lado, las religiosas recibían otra oferta. La restauradora y promotora inmobiliaria Dana Hollister lanzaba una contraoferta para construir un hotel boutique y convencía a las monjas de no venderle la propiedad a la artista, argumentando que la cantante “violaba sus creencias”.

Así comenzó el pleito que terminó por fin este noviembre, una batalla a la que también se sumó la archidiócesis de Los Ángeles, que reclamaba que el terreno era de ellos y que las monjas no tenían derecho a venderlo. La pelea por la propiedad llegó a los tribunales y en abril de 2016 la juez de la Corte Suprema de Los Ángeles Stephanie M. Bowick le dio la razón a la archidiócesis y a Perry e invalidó el acuerdo de compra argumentando que las monjas no tenían autoridad para venderlo. Y hoy otro juzgado ha condenado a la inmobiliaria Dana Hollister a pagar cinco millones de dólares a Katy Perry, de los cuales 1,6 millones serán para pagar las costes legales, y otros 10 millones a la archidiócesis por haber causado “daños” por su “intervención maliciosa” para evitar que la cantante de I Kissed A Girl o Roar se hiciera con el convento.

Tres años han tenido que pasar para que la intérprete, de 33 años, por fin pueda firmar los papeles que acreditan que la propiedad es suya. Aunque aún queda por resolver y determinar algunos términos de la venta, como por ejemplo el lugar a donde se mudaran las monjas.

La archidiócesis toma la victoria con alegría pues la oferta en efectivo de Katy Perry no solo era mejor que la que había hecho la inmobiliaria, sino porque los curas podrán seguir yendo al lugar de retiro durante los dos próximos años mientras son recolocados en un nuevo edificio que se compraría con cuatro millones de la oferta de la cantante.

Tomado de El País