Israel bombardea Siria tras el último ataque con armas químicas de Al Assad

Agencias

Tal y como confirmaron fuentes oficiales estadounidenses a la cadena NBC, Israel dio un paso más en su implicación en la guerra de Siria con un nuevo ataque contra el aeropuerto militar T4, donde operan el Ejército sirio y fuerzas aliadas iraníes. Menos de 24 horas después de la denuncia por parte de la oposición siria de un nuevo ataque con armas químicas por parte del régimen,«dos cazas F15 israelíes», según el ministerio de Defensa ruso, violaron el espacio aéreo libanés y desde allí «lanzaron ocho misiles» contra este aeropuerto militar situado en mitad del desierto, entre las ciudades de Homs y Palmira.

Según los rusos, los sistemas de defensa sirios lograron interceptar «cinco de los ocho misiles».

A diferencia de lo ocurrido en febrero, en esta ocasión el Ejército israelí ni confirmó, ni desmintió la operación, una estrategia que ha mantenido desde el inicio de la guerra. Hace dos meses la aviación israelí destruyó un centro de control de aviones no tripulados de Irán en la T4, pero uno de sus cazas fue derribado por la defensa antiaérea siria cuando trataba de regresar. Fue el primer aparato que perdía Israel en combate en décadas.

Los medios iraníes informaron de la muerte de cuatro combatientes de su país a consecuencia del ataque y denunciaron la «flagrante violación de la soberanía de Siria», por parte de la «entidad sionista», declaró el portavoz de Exteriores, Bahram Qasemi. El enfado se extendió a Rusia, el otro gran aliado del presidente Bashar Al Assad, y el portavoz presidencial, Dmitry Peskov, señaló su «gran preocupación» porque no fueron informados por Israel antes de la operación, pese a que los israelíes sabían que podía haber asesores militares rusos en la base. Los rusos no lo sabían, pero sí los estadounidenses, según la cadena NBC.

Israel da un paso al frente y cambia de estrategia en un conflicto en el que Rusia, Irán y Turquía imponen el rumbo por encima de sus aliados, Estados Unidos y Arabia Saudí. En la última semana Trump anunció su plan de retirada y Riad ha visto como el Ejército del Islam, el grupo opositor que armó para derrocar a Assad, se ha rendido en Duma. Hasta ahora las operaciones israelíes en Siria se limitaban a interceptar convoyes o almacenes de armas de la milicia libanesa de Hizbolá o se enmarcaban como «respuestas» a acciones iraníes, como el envío al espacio aéreo israelí de un dron en febrero. Esta vez, se trató de una operación de ataque directo a combatientes de la república islámica en Siria enmarcado en la consternación internacional por el uso de armas químicas en Duma.

La oposición siria denunció la muerte de al menos 60 personas, la mayoría niños, después de que el Ejército sirio lanzara un barril explosivo con gas sarín contra Duma. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, negó esta acusación y aseguró que en lugar del supuesto ataque «ya han estado nuestros especialistas militares y también los representantes sirios de la Media Luna Roja. No han encontrado allí ningún rastro de empleo de cloro o del uso de otra sustancia química contra civiles».

Trump, que llamó «animal» a Al Assad, extendió su condena a Rusia e Irán por su apoyo al régimen, pero el Pentágono negó desde el primer momento el lanzamiento de un ataque. Fue Israel el encargado de llevar a la práctica las palabras de un Trump que parece más cerca de la retirada definitiva de esta guerra que de cumplir su amenaza a Assad.