Trump se niega a firmar una ley migratoria moderada

Agencias

La división en Estados Unidos por la política de mano dura con la inmigración que abandera Donald Trump está lejos de mitigarse. El pasado jueves, miles de personas salieron a las calles para protestar por la separación de niños de sus familias, considerado un «trato cruel e inhumano» por los organizadores de las marchas y vigilias convocadas en cerca de 80 ciudades del país.

El presidente estadounidense, que hizo de la promesa de levantar un muro en la frontera con México uno de sus grandes emblemas de la campaña electoral que le llevó a la Casa Blanca, no da su brazo a torcer y mantiene la línea dura. Este mismo viernes anunció que se negaría a firmar una propuesta de ley moderada en materia de inmigración que habían acordado los legisladores republicanos.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, pretende someter a votación dos medidas migratorias. Una propuesta de ley en la línea dura, con escasas posibilidades de salir adelante, y otra consensuada por los republicanos moderados y conservadores, que Ryan calificó como un «muy buen acuerdo» que confiaba en que resultara aprobado. Pero Trump se encargó de verter sobre los congresistas un jarro de agua fría. «Estoy mirando ambas y desde luego no firmaría la más moderada», advirtió en una entrevista con la cadena Fox.

Luego, ante los periodistas, el presidente estadounidense llegó a culpar a la oposición demócrata de la separación de familias de inmigrantes. «Odio que los niños sean quitados (de sus padres). Los demócratas tienen que cambiar su ley. Es la ley demócrata, podemos cambiarla esta noche, podemos cambiarla ahora», aseguró.

El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, ya había dejado claro el pasado 7 de mayo, cuando se anunció que a todos aquellos inmigrantes indocumentados que entraran ilegalmente en el país serían perseguidos: «Si cruzas la frontera de manera ilegal, entonces te perseguiremos -advirtió-. Si pasas ilegalmente a un extranjero a través de la frontera, entonces te perseguiremos. Si pasas a un niño, entonces te vamos a perseguir, y ese niño se le separará de ti, probablemente, como establece la ley». Sessions añadió: «Si no quieres que te separen de tu hijo, entonces no lo traigas ilegalmente a través de la frontera. No es nuestra culpa que alguien haga eso».

Cerca de 1.800 familias immigrantes fueron separadas en la frontera entre EE.UU. y México entre octubre de 2016 y febrero de este año, coincidiendo con el endurecimiento de los controles fronterizos por la administración Trump, según datos de la agencia Reuters que atribuía a un funcionario del Gobierno. Pero en las dos primeras semanas desde que el 7 de mayo se diera la citada vuelta de tuerca a la persecución de inmigrantes, 638 padres fueron separados de 658 niños, según información oficial facilitada al Congreso.

«Como padres y madres, es inconcebible que el Gobierno de Estados Unidos separe sistemáticamente a las familias inmigrantes», señala la organización «Familias unidas, no divididas», convocante de las protestas, que denuncia que «niños de hasta 18 meses de edad son arrancados de los brazos de sus madres». «Luchamos por el corazón y el alma de EE.UU.», aseguró en uno de los actos la profesora y activista Yolanda Varela a una multitud de cientos de manifestantes congregada en el parque MacArthur de Los Ángeles, según recogía una crónica de «The New York Times». «Llevarse a los hijos de sus padres es cruzar una línea», comentaba uno de los participantes, Gale Chernich.