Agencias
Argentina no pudo con Islandia. No pudo, en parte, porque no pudo Messi. El argentino, voluntarioso pero desatinado, tuvo la victoria a 11 metros.
El 10 retomó su calvario con los penaltis y volvió a errar una pena máxima que puede resultar decisiva. Bien atado por la férrea defensa islandesa, apenas encontró situaciones de peligro. Ni él ni la albiceleste.
Una de las primeras, cerca de los 20 minutos, la aprovechó el Kun Agüero. Recibió de espaldas, maniobró en el área y se sacó un potente y certero zurdazo para adelantar a Argentina. Pronto devolvió el golpe la debutante Islandia. Apenas cinco minutos tardó Finnbogason en igualar el marcador tras aprovechar un comprometido rechazo de Caballero, el elegido por Sampaoli en detrimento de Armani tras la lesión de Romero.
La efervescencia de Islandia, comandada por Sigurdsson, fue decayendo en una segunda mitad que dominó el equipo de Messi.
Aglutinó el balón, se instaló en campo contrario, pero fue incapaz de desatascar su bloqueo, generado en parte por el orden islandés. Movió y movió el balón, pero poco inquietó a Halldórsson, la pesadilla de La Pulga en una tarde de sobresaliente para él. Primero le amargó adivinando su lanzamiento desde el punto de penalti tras un inocente derribo sobre Meza.
Se decidió por la derecha y atajó el veterano portero. No era el día de Messi, fallón en las faltas y en sus habituales disparos desde la frontal. Y sin él, no fue el día de Argentina para suerte de una Islandia que se presenta en una Copa del Mundo con un punto y dispuesta a dar la sorpresa.
