Florence causa estragos y al menos cuatro muertos en EE UU

El País

Se acabó la tensa espera. El huracán Florence, convertido ahora en una tormenta tropical, tocó a primera hora de este viernes la costa sureste de Estados Unidos causando estragos: casas inundadas, techos arrancados, árboles desprendidos y más de medio millón de personas sin electricidad.

Cientos de miles de personas han tenido que dejar sus hogares. Hasta ahora ha habido al menos cuatro víctimas mortales. El ciclón, que quedó rebajado a tormenta tropical, se abalanzó a más 140 kilómetros por hora sobre la costa de Carolina del Norte y Carolina del Sur. Los meteorólogos aseguran que el principal peligro no es el viento, sino las lluvias.

Diego Cotello, oriundo de Zaragoza, y su esposa tuvieron que evacuar su apartamento en New Bern. “Nos enteramos a través de Facebook que está toda la ciudad sin luz, que se han caído árboles y que todas las casas de la orilla del río están encharcadas”, cuenta desde Nueva York. Puede que pasen semanas hasta que no regrese a su hogar en la ciudad que ha sido protagonista de las peores escenas del ciclón Florence. “Mi preocupación particular es que las ventanas del piso exploten y que el agua se lleve mi coche. La general es saber cómo va a quedar la ciudad”.

Se espera que el ciclón, que este viernes se debilitó hasta llegar a la categoría 1 sobre 5  y que posteriormente fue rebajado a tormenta tropical, atraviese las dos Carolinas a lo largo del fin de semana. Los meteorólogos prevén “inundaciones catastróficas” y desbordamientos del agua de los ríos en un territorio con numerosas marismas y pantanos. En los próximos días, Florence se adentrará en el interior y se deslizará por el oeste. Hasta 10 millones de personas residen en zonas que están en alerta por el huracán. El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, confirmó que el ciclón estaba “causando estragos” en la costa y podría arrasar comunidades enteras. La tormenta arrojará el agua suficiente para llenar 65.000 edificios como el Empire State, según los expertos.

El panorama en las calles costeras en las Carolinas era preocupante. El agua del espumosa del océano se desplegaba por las avenidas con pedazos de edificios que habían sido arrancados por los fuertes vientos.