Estados Unidos y China firman una tregua comercial en Buenos Aires

Agencias

Se cumplieron, y con creces, las expectativas. La tregua entre Donald Trump y Xi Jinpin se hizo realidad y la pipa de la paz (comercial) se fumó en Buenos Aires. Mauricio Macri no pudo recibir mejor noticia como colofón, fuera de tiempo oficial o en una especia de prórroga, a la cumbre del G20.

El presidente de Estados Unidos dio su brazo a torcer y aceptó suspender, durante 90 días, el plan de subida de aranceles del 10 al 25 por ciento, que tenía previsto aplicar a los productos chinos. Xi Jinpin le pagó con una moneda de similar valor. China comprará más “productos agrícolas, energéticos, industriales y de otro tipo” en cantidades “sustancialmente” superiores a las actuales.

La comida, como la política, es el arte de lo posible y la cena temprana de los presidentes de las dos principales potencias del planeta, volvió a demostrarlo. En el magnífico Palacio Duhau, actualmente Hotel Hyatt donde se hospedó Trump en Buenos Aires, las delegaciones de ambos países compartieron mesa y mantel durante dos horas y media. El resultado le dejó un inmejorable recuerdo y sabor de boca a Trump que, a través de un comunicado, reconoció: “Ha sido una reunión increíble y productiva, con posibilidades ilimitadas tanto para Estados Unidos como para China”.

Comienzo de algo parecido a una hermosa amistad o victoria de la palabra y del “diálogo, diálogo, diálogo” que proclama como mejor receta para el mundo Macri en el G20, Xi Jiping y Donald Trump tienen por delante la segunda parte de esta batalla por los aranceles. “En los próximos 90 días” tiene que haber un acuerdo completo y por escrito en el que no queden flecos sueltos. Si no se logra, Estados Unidos retomará su idea de aplicar el famoso 25 por ciento a los productos chinos. Será entonces cuando se conozcan cuáles y en qué cantidades serán esos productos del campo que China está dispuesta a adquirir para equilibrar la balanza comercial.