BBC MUNDO
Al fútbol inglés ya no le quedan dudas de por qué Marcelo Bielsa es apodado «El Loco».
Desde que llegó el año pasado a entrenar sorpresivamente al Leeds United, club histórico que desde hace más de una década permanece relegado en la segunda división en Inglaterra, Bielsa se ha convertido en el gran protagonista de la categoría por su particular manera de entrenar y entender el fútbol.
Eso volvió a quedar en evidencia este domingo en el partido entre el Leeds y el Aston Villa en la penúltima fecha de la temporada regular de la llamada Championship.
Obligado a ganar para mantener la ínfima opción matemática que le quedaba por lograr el ascenso directo a la Liga Premier, el Leeds se adelantó en el marcador en el minuto 72 de partido gracias a un gol de Mateusz Klich.
Klich aprovechó la confusión de los jugadores del Villa que se habían quedado parados sin oponer resistencia pensando que sus rivales iban a sacar el balón para que pudiera ser atendido un jugador, Jonathan Kodjia, quien se encontraba lesionado en el centro del campo.
Eso detonó una serie de protestas y encontronazos entre futbolistas de ambos equipos que paralizó el juego más de cinco minutos y que terminó con la expulsión de Ahmed El Ghazi del Villa.
«No se lo regalamos, se lo devolvimos»
Una vez que regresó la calma nadie se pudo imaginar lo que pasaría en la reanudación.
Bielsa ordenó a sus jugadores que se dejaran anotar un gol para volver a igualar el partido, gesto que fue aprovechado por Albert Adomah para encarar hacia el arco prácticamente sin oposición y anotar con la portería vacía.
El empate acabó con la única opción que le quedaba al Leeds de alcanzar al Sheffield United en la lucha por el ascenso directo.
La acción de Bielsa ha dado la vuelta al mundo y tanto en redes sociales como en la prensa especializada se elogia el gesto de deportividad del técnico argentino.
«No se lo regalamos, se lo devolvimos», explicó Bielsa tras el partido a la cadena británica Sky Sports.
