Por qué celebramos el Día de la Tierra el 22 de abril

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Milenio Digital

El Día de la Tierra o Día Internacional de la Madre Tierra, es una celebración realizada el 22 de abril de cada año y tiene el objetivo de hacer conciencia entre las personas del planeta sobre los problemas que hay en el mundo para crear un equilibrio entre las necesidades económicas y sociales.

En todo el mundo se realizan actos para conmemorar esta fecha, pero sobre todo para implementar acciones necesarias para cuidar, mantener, conservar y valorar la Tierra y todos sus recursos naturales.

En 1970 se celebró por primera vez el Día de la Tierra y en 1972 se llevó a cabo la Cumbre de la Tierra de Estocolmo, la primera conferencia internacional sobre medio ambiente donde se establecieron las bases de las acciones a emprender para cuidar el agua, la flora y fauna y en educación ambiental. Desde entonces, el planeta ha perdido el 30 por ciento de su biodiversidad y enfrenta problemas globales, como el calentamiento global provocado por la actividad humana. En 2009, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra con el fin de recordar a todo el mundo la interdependencia existente entre los seres humanos y el resto de las especies. Un año después, en 2010, México fue sede de la celebración Décimo Aniversario del Lanzamiento de la Carta de la Tierra, que se llevó a cabo en Guanajuato, donde se abordó por primera vez el tema de la mitigación y adaptación de las personas ante el inminente cambio climático.

De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Madre Tierra es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones. «Por ejemplo, en Bolivia la llaman Pacha Mama y nuestros ancestros se referían a ella como Tonantzin», explicó la dependencia federal en su blog. Los conceptos respecto a la Madre Tierra también coinciden en esencia entre las etnias del mundo, por ejemplo, para los wixárikas de México, la Tierra es un ser divino central y es la madre Tatéi Yurianaka, una deidad que se da vida a sí misma y al mundo. Según la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, la Madre Tierra es la raíz de la vida, por ello es importante cuidarla y protegerla, «ella es el territorio común en donde habitan las comunidades, así mismo forma parte de su patrimonio cultural».