VIDEO | Asesinado a tiros el ex primer ministro japonés Shinzo Abe mientras daba un mitin en la calle

MACARENA VIDAL LIY | El País

Lo que hasta este viernes parecía imposible que ocurriera en Japón se ha consumado. Un magnicidio. El exprimer ministro japonés, Shinzo Abe, ha muerto este viernes tras recibir dos disparos. Mientras hacía política a pie de calle, literalmente: estaba ofreciendo un mitin en plena acera, a la entrada de una estación de tren. Un acto muy habitual en las campañas electorales de este país, donde el control de armas se encuentra entre los más estrictos del mundo y los niveles de violencia, entre los más bajos del planeta.

Unos niveles que habían generalizado el sentimiento de seguridad ciudadana. Y que habían convertido en muy discreta la protección que reciben políticos y otras personalidades públicas en sus comparecencias ante la ciudadanía. Algo que podría cambiar a partir de ahora, una vez que el país salga de la conmoción en la que le ha sumido el magnicidio: los ataques contra políticos en el Japón democrático se cuentan con los dedos de una mano. Para encontrar una muerte violenta de un dirigente hay que retrotraerse a un intento de golpe de Estado en 1936, cuando dos antiguos primeros ministros murieron en lo que ahora es la residencia oficial del jefe de Gobierno. En todo Japón, un país de 125 millones de habitantes, solo se registraron 10 incidentes por armas de fuego en todo el año pasado, con el resultado de una muerte y cuatro personas heridas, según los datos oficiales.

El antiguo jefe del Ejecutivo japonés, que gobernó entre 2012 y septiembre de 2020 antes de dejar el poder por razones de salud, se encontraba en Nara, la antigua capital nipona, para un mitin que solo se había decidido finalmente el mismo jueves, para movilizar el voto en favor de su Partido Liberal Demócrata (PLD). Apenas había comenzado a hablar en torno a las 11.30 locales (04.30, hora peninsular española) cuando se escucharon al menos dos disparos. Abe cayó al suelo con el pecho ensangrentado.

El ex primer ministro fue trasladado de inmediato al hospital de Kashihara en parada cardiorrespiratoria. “Estaba sangrando profundamente y no hemos podido salvarle la vida”, ha manifestado un médico del hospital al confirmar la muerte del exmandatario japonés. Abe había recibido profundas heridas en el cuello y el corazón, y pese a recibir transfusiones que sumaron más de un centenar de unidades de sangre en cuatro de horas, los galenos no pudieron detener la hemorragia, explicó Hidetada Fukushima, al frente del departamento de medicina de urgencias en el hospital universitario de Nara, en una rueda de prensa televisada.