Cuba acude a las urnas para decidir sobre el matrimonio igualitario en un referéndum marcado por la división de la disidencia

El presidente de Cuba ejerce su derecho | Foto Presidencia de Cuba

El matrimonio igualitario, la gestación subrogada y la pluriparentalidad son parte del abanico de opciones que los cubanos votarán este domingo en referéndum contenidas en el Código de Familias, un avanzado texto en términos de derechos sociales que aún encuentra algunas reticencias.

Más de ocho millones de cubanos están llamados a responder Sí o No a la única pregunta: “¿Estás de acuerdo con el Código de las Familias?”. Los colegios electorales abrirán desde las 7:00 hasta las 18:00 hora local.

La nueva legislación, que de ser aprobada sustituirá la vigente desde 1975, define el matrimonio como la unión “entre dos personas”, abriendo la puerta al casamiento homosexual y la adopción para parejas del mismo sexo.

También permitirá reconocer legalmente a varios padres y madres, además de los biológicos, así como la gestación subrogada, siempre que sea sin fines de lucro, y suma otros derechos que favorecen a los niños, ancianos y discapacitados.

Varios de estos temas despiertan sensibilidad en una sociedad aún marcada por el machismo que se exacerbó en las décadas de 1960 y 1970, cuando la dictadura condenó al ostracismo a muchos homosexuales o los envió a campos militarizados de trabajo agrícola.

En las siguientes décadas las autoridades cambiaron y ahora el nuevo código ha sido objeto de una intensa campaña mediática del régimen.

“El Código de las Familias plantea ante todo el respeto al ser humano, el respeto a todas y todos. Reconocemos y aceptamos las diferencias que ya existen en nuestra sociedad”, aseguró el dictador Miguel Díaz-Canel.

En América Latina el matrimonio igualitario es legal en Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Chile y en varios estados mexicanos.

En cuanto a la gestación subrogada, está autorizada en dos estados de México y en otros países se encuentra en un limbo legal, no está prohibida ni permitida.

“Me da lo mismo que se casen dos hombres como que se casen dos mujeres, yo no tengo esos prejuicios”, dijo a la agencia de noticias AFP, Reinaldo Orgalles, un retirado de 67 años.

El régimen de la Habana trató de introducir el matrimonio igualitario en la Constitución de 2019, pero tuvo que dar marcha atrás ante fuertes críticas de las iglesias católica y evangélica.

En un comunicado, la conferencia de obispos de Cuba volvió a la carga este mes al oponerse a varios puntos, como la adopción por parejas del mismo sexo, la gestación asistida y la paternidad ampliada.

No es ético que se reconozca como adecuada la llamada gestación solidaria, en la que una mujer que lleve en su vientre durante nueve meses una criatura la deba entregar inmediatamente después del parto a otras personas”, dijo la jerarquía católica.

La profesora Zulika Corso, de 65 años, coincide con esta postura. “Soy cristiana, tengo otras concepciones, cómo decirte, estoy en una mesa electoral, fíjate la responsabilidad que tengo, pero no acepto eso”.

Entre febrero y abril se realizó una consulta del Código de Familias en 79.000 reuniones vecinales, barrio por barrio. Esto condujo a una modificación del 48% del texto.

Pero el amplio espectro del código, de casi 500 artículos, alimenta dudas entre algunos que están de acuerdo, por ejemplo, con los matrimonios igualitarios, pero no con que adopten.

“Yo me abstengo, porque no tengo una decisión todavía, porque hay cosas que las veo bien y otras muchas que no”, dice a AFP Airam Zulueta, un restaurador de 25 años.

Para el politólogo cubano Rafael Hernández se trata de “la pieza de legislación más importante en materia de derechos humanos” ocurrida en Cuba tras los grandes cambios al inicio de la revolución de 1959.

Por primera vez hay grupos que reclaman a la cúpula del régimen que “se le ha ido la mano” al cumplir de más con lo prometido.

“El gobierno está facilitando que se hagan visibles aquellos sectores más conservadores de la sociedad con sus ideas propias, sin maquillarlas”, señala Hernández.

Es la primera vez que los cubanos acuden a votar para la validación de una ley.

En un contexto de profunda crisis económica, un éxodo migratorio y más de un año después de las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021, hay ciudadanos tentados a abstenerse de ir a votar en señal de protesta.

“Hay muchos más temas que interesan más que el Código de la Familia, como por ejemplo que no hay comida, que hay tremenda hambre”, asevera Julio César Vázquez, un conserje de 50 años.

Los opositores han acudido a redes sociales para llamar a votar contra el texto o abstenerse.

La ley entrará en vigor inmediatamente si obtiene más del 50% del sufragio.

(Con información de AFP)