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Liz Truss, primera ministra del Reino Unido, deja el cargo apenas un mes y medio después de llegar a Downing Street. Truss anunció este jueves su dimisión como líder del Partido Conservador y dejará la jefatura del Gobierno en cuanto se elija a su sucesor. Truss acordó con el presidente del Comité 1922, Graham Brady, que la elección interna tuviera lugar la próxima semana.
La dimisión de Truss llega después de que las voces contrarias a la primera ministra se multiplicaran en los últimos días. Frente al emblemático 10 de Downing Street, Truss leía ante los medios su discurso de dimisión:
«Llegué al cargo en un momento de gran inestabilidad económica e internacional», comenzaba Truss. «Las familias y las empresas estaban preocupadas por cómo pagar sus facturas. La guerra ilegal de Vladímir Putin en Ucrania amenaza la seguridad de todo nuestro continente.Y nuestro país llevaba demasiado tiempo frenado por el bajo crecimiento económico».
«Fui elegida por el Partido Conservador con el mandato de cambiar esta situación. Cumplimos con las facturas de energía y con la reducción de la seguridad social. Y establecimos una visión para una economía de bajos impuestos y alto crecimiento, que aprovecharía las libertades del Brexit».
«Sin embargo, reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato por el que fui elegido por el Partido Conservador. Por lo tanto, he hablado con Su Majestad el Rey para notificarle que dimito como líder del Partido Conservador. Gracias», concluía Truss antes de volver a entrar en Downing Street, poniendo fin a sus 44 días de mandato.
Todo han sido sinsabores para Truss a lo largo del último mes y medio. Muy impopular fue la rebaja fiscal que la primera ministra tuvo que echar atrás después de que grandes entidades financieras cuestionaran la medida.
Una bajada de impuestos que habría supuesto para las arcas públicas del Reino Unido un agujero insostenible a ojos del Banco de Inglaterra pero también de los mercados, que pusieron el grito en el cielo. Desde aquel anuncio, el 23 de septiembre, las voces discordantes con Truss dentro de su partido han ido creciendo.
El Gobierno de Liz Truss se desmoronaba. De nada sirvió la puesta en escena de la primera ministra en la conferencia del Partido Conservador en Birmingham (con asientos vacíos por la huelga de trabajadores ferroviarios). Tampoco la destitución del ministro de Economía y la marcha atrás de la rebaja fiscal.
Truss dejará la jefatura del Gobierno en cuanto se elija a su sucesor, en una elección interna que tendrá lugar la próxima semana.