María Carolina Piña | RFI Español
La cantante Taylor Swift ha sido víctima de una avalancha de imágenes pornográficas falsas, “deepfake”, que circularon en principalmente en la red social X. El fenómeno ha causado indignación en Estados Unidos. Pero podría impulsar un cambio en la legislación estadounidense para impedir este tipo de imágenes.
Los millones fanáticos de la súper estrella Taylor Swift así como políticos estadounidense expresaron su indignación tras la proliferación de imágenes pornográficas falsas de la cantante, generadas con inteligencia artificial.
Una de estas imágenes, explícitamente sexual fue vista 47 millones de veces en la red X (ex Twitter), y estuvo disponible durante 17 horas antes de su eliminación.
Las imágenes pornográficas, llamadas también «deepfake», no son nuevas. Pero cuando este tipo de contenido toma como modelo a una de la figuras más populares y seguidas a nivel mundial en redes sociales, el fenómeno también provoca una condena viral. Muchos esperan que este escándalo abra el camino hacia un avance en la legislación contra el contenido pornográfico, tóxico o dañino que pulula en redes, a la vista de niños y jóvenes.
En la línea de quienes militan por un mayor control de este tipo de imágenes, la red social X dirigida por el magnate Elon Musk, una de las plataformas de contenido pornográfico más grande del mundo, según los analistas. Las políticas sobre la desnudez de X son, en efecto, mucho más flexibles que las de Facebook o Instagram, propiedad de Meta.
La red X afirmó que estaba eliminando las imágenes de Swift y tomando «medidas apropiadas» contra las cuentas que las publicaron.
