En Burdeos (suroeste), Anthony Brebis admitió sentirse «muy disgustado» y todavía afectado por «la emoción» del encuentro.
Unos 14.000 policías y gendarmes fueron desplegados el domingo en todo el país, de los cuales, 2.750 en París.
La mayoría de las tiendas de la célebre avenida de los Campos Elíseos habían bajado las persianas en previsión de posibles incidentes.
Allí, los agentes, atacados con botellas y fuegos artificiales, utilizaron gases lacrimógenos, constataron periodistas de la AFP.
La misma situación tensa pudo vivirse en Lyon (centro-este), donde más de una docena de personas fueron detenidas por lanzar proyectiles y causar desperfectos, según la prefectura.
En Burdeos también hubo altercados, según periodistas de la AFP en el lugar, y cinco personas fueron arrestadas por enfrentarse a la policía.
En el sur del país, en Niza el alcalde condenó «con la mayor firmeza» los desperfectos causados en un barrio de la ciudad y en Béziers, un menor de 14 años fue detenido por lanzar proyectiles contra un vehículo policial.
El miércoles, las celebraciones de la clasificación de los «Bleus» para la final se vieron empañadas por la muerte de un adolescente, que fue atropellado en Montpellier.
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