
Por. Nicole Barrera
El pasado viernes 18 de octubre, la actriz y cantante mexicana Ximena Sariñana, ofreció su primer concierto en El Salvador, y el Museo Marte en la capital fue el escenario perfecto para una noche llena de música, emoción y conexión con sus seguidores.
La noche empezó a las 8:40 pm con la presentación de la cantante salvadoreña, Vanessa García, quien fue la encargada de abrir el concierto. Con un estilo que ella ha bautizado como “rock rosado”, Vanessa emocionó al público con canciones propias y un homenaje especial a los artistas de los 2000, como Belanova.

Entre el público, se encontraba Linette, quien se declaró una fan incondicional que sigue a Ximena desde su participación en la telenovela Luz Clarita en 1996. “Me encanta como cantante, y mi álbum favorito es Mediocre. Cuando supe que venía a El Salvador, no lo podía creer, ¡tenía que estar aquí!”, contó emocionada minutos antes de que comenzara el concierto.


A las 9:00 pm, la estrella de la noche apareció en el escenario. Ximena Sariñana subió al escenario para interpretar su éxito “ALV”, canción que ha sido muy popular, con millones de reproducciones en plataformas de música, y el público la coreó desde el primer momento, creando una atmósfera de energía y alegría.
Otro de los momentos más especiales fue cuando Ximena cantó “Ojos Diamante”. A pesar de ser reciente (agosto 2024), muchos fans ya la conocían y la cantaron junto a ella, mostrando el gran apoyo que le brindan, incluso en sus proyectos más nuevos.
Para muchos, el momento cumbre del concierto fue cuando la cantante interpretó Mediocre, una de sus canciones más emblemáticas.
El concierto continuó con otros temas como “Cuento” y “Parar a Tiempo”, que también fueron muy bien recibidos por el público. Con cada canción, Ximena demostró su talento y carisma, creando una noche mágica e inolvidable. Cerrando su presentación, como cereza en un pastel, con la canción «Mis sentimientos» que interpreta con Los Ángeles Azules.
El concierto de la méxicana fue una noche especial para sus seguidores salvadoreños. Los asistentes se marcharon con el corazón lleno y fueron parte de una experiencia única que esperaron por años.


