Quito, 12 sep (EFE).- El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, decretó este viernes la eliminación del subsidio al diésel, una medida que según las previsiones del Gobierno supondría un ahorro en el gasto estatal de 1.100 millones de dólares que ahora los ministros anuncian que serán destinados a medidas de protección social y subvenciones para incentivar la producción nacional.
Noboa dio el paso de eliminar el subsidio al diésel tras haberlo hecho ya el año pasado con las gasolinas Extra y Eco País, las de mayor consumo en el país, que actualmente registran precios al consumidor similares a los valores internacionales, tras haberlos igualado progresivamente luego de su descongelamiento.
La eliminación de los subsidios a los combustibles son una de las decisiones políticas más sensibles en Ecuador que ya intentaron tomar sin éxito los expresidentes Lenin Moreno (2017-2021) y Guillermo Lasso (2021-2023), quienes tuvieron que recular ante las dos olas de protestas más grandes acontecidas en el país, liderdas en ambas ocasiones por el movimiento indígena.
Estas medidas se enmarcan dentro de los planes económicos de Noboa de reducir el déficit estatal, que llegó a casi el 5 % del producto interior bruto (PIB) cuando llegó al poder en 2023, y cumplir las metas del programa crediticio del Fondo Monetario Internacional (FMI), que asciende a 5.000 millones de dólares en un periodo de cuatro años (2024-2028).
A la eliminación de los subsidios de los combustibles se suman a los recortes dentro de la administración estatal como la reducción del Gobierno de 20 a 14 ministerio y el despido de 5.000 funcionarios.
La desaparición del subsidio al diésel entrará en vigor desde este sábado e implicará un incremento en el precio de este combustible en las estaciones de servicio de 1,80 dólares por galón (3,78 litros) a 2,80 dólares.
La medida fue anunciada en un mensaje a la nació emitido en la noche de este viernes con un grupo de ministros que hablaron en nombre del presidente Noboa, quien no apareció en la alocución.
«Enfrentamos con valentía las decisiones que deben tomarse», comenzó diciendo la ministra de Economía y Finanzas, Sariha Moya, para quien «los recursos deben ir donde se necesitan».
«Por décadas, el esfuerzo de todos los ecuatorianos ha financiado un subsidio que debería garantizar bienestar pero que ha fluido por una tubería que desviaba gran parte de los recursos al contrabando, a mafias como la minería ilegal y a privilegiados que no lo necesitaban», señaló Moya.
«Hemos cerrado esa llave para costear algo mejor, para que los recursos vayan a donde se necesitan», reiteró.
El ministro de Transporte y Obras Públicas, Roberto Luque, aseguró que los precios del transporte de pasajeros no subirá al señalar que habrá un mecanismo para compensar a las unidades con entre 400 y 1.000 dólares al mes.
«Este mecanismo que representa una inversión de 220 millones de dólares. Está listo y funcionando», señaló Luque.
Asimismo, anticipó subvenciones de hasta 20.000 dólares para chatarrizar vehículos antiguos, hasta un total de 150 millones de dólares, y créditos para adquirir nuevas unidades a una tasa preferencial subsidiada del 9 %.
El ministro también anticipó un pago de 80 millones de dólares en concepto de deuda histórica con el transporte de pasajeros y una compensación de tres meses al transporte comercial.
De su lado, el ministro de Agricultura y Ganadería anunció la entrega de subvenciones a agricultores así como entrega de maquinaria comp tractores a campesinos y motores a pescadores artesanales.
En protección social, el Ejecutivo anunció desde octubre la entrega del Bono de Desarrollo Humano a 55.000 nuevas familias, así como la devolución del impuesto al valor agregado a unas 115.000 personas mayores de 65 años y alrededor de 80 millones de dólares por el mismo concepto a constructores de proyectos inmobiliarios.
(c) Agencia EFE