Mario Pablo Quintanilla :“Estaba para convertirme en delincuente, pero Dios me rescató por medio del fútbol”

Mario Pablo Quintanilla, ex jugador de fútbol

Por Santiago Leiva

Mario Pablo Quintanilla quedó lejos de asistir a un mundial de fútbol con la Selección Nacional y quizá a cientos de kilómetros de fichar por un Real Madrid, un Barcelona u otro equipo de abolengo, pero está convencido que el fútbol le obsequió más que eso.

Antes de involucrarse profesionalmente en el deporte rey fue tocado por la maldad y asegura que hizo daño a mucha gente; y en el ocaso de su carrera navegó por el oscuro mar de los vicios. Nadie pensaría que detrás de este ex volante talentoso que ofreció tardes alegres a las hinchadas de Atlético Marte, Municipal Limeño, Alianza, FAS, Once Municipal o Nejapa, se esconde un aura oscura de la que muy pocos conocíamos y que él ha tomado a bien revelar en parte en esta platica.

Mario Pablo asegura que a causa de su adición estuvo al borde de la muerte en repetidas ocasiones. En julio de 2008 por ejemplo sufrió un accidente de tránsito en el que perdió la visión de su ojo izquierdo y esto aunado con sus vicios lo llevaron a profundas depresiones. Hace un año le diagnosticaron un cáncer linfático, enfermedad que ha logrado superar tomado de la mano de Dios y diferentes tratamientos.

En la actualidad sigue ligado al fútbol como entrenador de muchachos jóvenes, pero también participa en una liga de veteranos ex futbolistas. “La pelota me venía y yo no la podía controlar, yo había perdido el cálculo y la pelota me pasaba por arriba o por abajo; y caí en depresión”, relata Mario Pablo sobre las causas que le hicieron retirarse del fútbol allá por 2010 cuando prestaba sus servicios para el Nejapa. De niño Mario Pablo “dormía con los tacos puestos” y le sigue apasionando el fútbol, pero ahora juega en otra cancha y está bajo la dirección del mejor maestro: Jesucristo. Esta ex figura del fútbol es nuestro personaje de esta semana.

 

Si tuvieras que arrancar una página del libro de tu vida ¿cuál sería, que episodio?

Yo creo que nada porque todo ha sido una enseñanza divina de Dios, tanto lo bueno como lo malo.  Y aunque ha sido muy difícil lo que he vivido no lo cambiaría porque en definitiva eso cambio mi vida. Cambie de ser ese hombre del mundo, ese hombre que solo pensaba en el momento, en lo material, de ser ese hombre egoísta a ser más humano, a valorar la amistad, la familia, a esa mujer de hierro que tengo en mi casa y que el Señor me dio. Yo digo ahora que bueno que pasé esos momentos difíciles porque si no paso esos momentos difíciles no llego a los pies de Cristo.

 

Jugar al fútbol profesional es el sueño de todo muchacho ¿cumpliste tu sueño o te quedó a deber el fútbol?

Como te dije antes Santiago no cambiaría nada de lo que viví. Yo cumplí mi sueño, ese sueño de niño. Cuando era un niño, hincado en una cama todas las noches le pedía a Dios por ese sueño. Le pedía a Dios también por una buena mujer, mi madre me lo aconsejaba. Y Dios me concedió los dos sueños. Recuerdo una anécdota cuando comenzaba a ir a entrenar buscando ese sueño a la Asociación Deportiva El Tránsito (ADET) que era un equipo accesible y muy cerca de la zona donde yo vivo. Recuerdo que venía de un entreno, yo solo estaba entrenando, estaba a prueba para ver si podía integrarme a la reserva, y quise sentarme en un asiento del bus en el que venía solo un jugador de reserva y me dijo que no me podía sentarme porque quería ir  cómodo. Me vine parado y cuando me baje se me salían las lágrimas, fue un momento duro que tuve que soportar por buscar ese sueño. Al final no era el plan de Dios que yo ingresara al ADET. Llegué al último día de entreno con ADET y me dijeron que no podía ser parte de su reserva porque me pasaba un par de meses de la edad. Fue un momento duro, lloré antes de llegar a casa en una acera, pero sentí en ese momento que Dios se hizo presente porque sentí una seguridad que muy pronto iba a tener una oportunidad para jugar al fútbol, y así fue. A los tres meses yo ya estaba inscrito en Atlético Marte en la Primera División.

En el fútbol hay cánones como la estatura ¿en tus inicios hubo alguien que te desanimó, que te dijo no tienes estatura, no tienes estampa de jugador?

Hay muchas cosas como ese desprecio que recibí en ese bus de este muchacho que te cuento. Por cierto cuando yo ya jugué fútbol lo vi en el estadio como aficionado viéndome y yo lo saludé y todo. Son impedimentos que si uno es débil no le permiten alcanzar los sueños. De ahí pues yo fui muy bendecido porque tuve la oportunidad de tener un padre que me apoyó siempre, y una familia que jamás me abandonó para alcanzar mi sueño. Así que pienso que viví más cosas buenas que malas y pienso que he sido un bendecido por que las puertas me las abrió Dios fácil, no me costó mucho llegar a jugar y alcanzar ese sueño.

 

¿Temiste alguna vez no llenar las condiciones que exige el fútbol?

No, jamás. Siempre tenía la convicción que iba a jugar en Primera División. Y alcancé eso y más: jugué en la sub 23 y en la selección mayor. Creo que todavía mis expectativas se quedaron cortas porque alcancé cosas que no me las imaginé. No me imaginaba llegar a la selección y logré jugar a la par de grandes jugadores como Mauricio Cienfuegos, Jorge Rodríguez, Ronald Cerritos, Carlos Castro Borja, Guillermo Rivera por citar a algunos.

 

¿Cómo se debe vivir el fútbol? Hay muchos muchachos que se marean cuando llegan al fútbol profesional porque hay dinero, carros, mujeres y porque no decirlo drogas.

Sí, si claro. Yo pienso que es un tema muy complejo porque tenemos que hablar de nuestra cultura y lamentablemente en nuestro país vivimos en una cultura bien delicada donde no tenemos realmente una enseñanza partiendo desde nuestros hogares, desde nuestra educación. Es lamentable, pero es la realidad y pienso que nuestro futbolista no está preparado para ser un profesional. Y como todos lo saben el fútbol no llega a ser profesional, por ahí a semi profesional. Entonces cambiar de mentalidad al futbolista es muy difícil por nuestra cultura.

 

¿Te viste tentado en líos de faldas y drogas?

Sí, sin duda. Yo me sincero con vos. Hice muchas cosas malas y no voy a entrar en detalles porque en su momento voy a testificar para glorificar a mi Dios. Yo soy católico, nací en una comunidad de renovación carismática y ahora también persevero en otra comunidad que se llama encuentros conyugales, pero antes de jugar al fútbol yo me crie en un lugar muy difícil, con muchos problemas de delincuencia. Te lo resumo en cortito, yo estaba para convertirme en un delincuente más de este país y quizá hasta convertirme en un asesino, pero la mano de Dios, mi Señor, me rescató por medio del fútbol. Cuando ya iba en camino a convertirme en ese mal ciudadano se me presentó la oportunidad de jugar al fútbol, y eso me alejó de los vicios. Pero sí, antes de jugar al fútbol hice cosas malas y le hice daño a mucha gente, pero no quiero entrar en detalles porque incluso tengo sueños de escribir un libro no para mí, sino para aquellos padres de familia que están sufriendo algún problema con sus hijos como adicciones.

Estabas para ser delincuente… ¿cómo cambió de repente tu mentalidad?

Sí, estuve a punto. Yo amaba el fútbol y aún lo sigo amando y yo sentía esa seguridad que iba a jugar al fútbol y cuando yo ya estaba involucrándome en cosas malas llegó la oportunidad para que me fuera a probar a Atlético Marte.

 

¿Hacías cosas malas por necesidad?

Lo que pasa es que lamentablemente uno cuando es joven, cuando es adolecente no le hace caso a sus padres que quieren lo mejor para nosotros y en la calle lo que te espera son cosas malas y yo me estaba desviando en ese sentido, pero vino el fútbol en ese momento y me rescató.

 

¿Te viste involucrado en drogas?

Antes del fútbol me involucré en cosas que no eran correctas y antes de terminar mi carrera profesional tuve problemas de vicios, pero no quiero especificar que tipo de vicios. Pero sí antes de retirarme tuve problemas de vicios, situaciones muy delicadas donde estuve a punto de morir, no una, sino muchas veces, tuve accidentes de tránsito. Tuve un accidente de tránsito y quizá pocos saben, pero yo perdí la visión de mi ojo izquierdo. Eso me generó depresión y se me sumó a la depresión que me generaban los vicios. Momentos de angustia donde yo sentía que me iba a morir y no solo fue uno, sino varias veces.

 

¿Te tocó pedir para mantener esos vicios?

Me tocó hacer cosas vergonzosas. Yo vendí cosas personales cuando tenía el problema de los vicios, y hasta ahí me quiero quedar. Pero como te repito, aunque todavía estoy sintiendo efectos de repente, no cambio absolutamente nada. Soy un creyente que dentro de poco voy a estar sano, porque uno no solo está enfermo corporalmente sino espiritualmente, psicológicamente por las cosas que ha vivido. Mario Pablo llegó a un arrepentimiento después de pasar todo lo que te he contado para poder acercarme a Cristo, para que Él me rescatara; ¿y porque no cambio todo lo que viví? porque si yo no me meto en todos esos líos, en esos problemas de vicio yo no conozco probablemente a mi mujer, una mujer maravillosa. Sí yo hubiera sido correcto y un profesional por darte un nombre como Mauricio Cienfuegos  yo creo que las puertas se me habrían abierto para jugar fuera del país, pero no hubiera conocido a esta mujer maravillosa que Dios me dio. Ella llegó en el momento más delicado de mi vida, en mi momento de adicciones, en ese momento llegó ese ángel, que ha sido mi soporte, mi fuerza incluso después que apareció el tema del cáncer.

 

Vos jugaste en importantes equipos te cito por ejemplo Alianza y FAS, pero tengo la sensación que el fútbol te retiró joven y de forma obligada

Pienso que pude haber seguido jugando, imagínate Ramiro Carballo, un ejemplo a seguir, está ya casi pateando los 40s o no sé si ya los cumplió y sigue jugando al fútbol, pero si vemos la vida que ha tenido es una vida ordenada, nada que ver con mi vida. Entonces el fútbol no me retiró, yo me retiré porque opté por una vida desordenada.

 

¿Marcó tu vida ese accidente de tránsito en el que perdiste la visión de tu ojo izquierdo?

Sin duda. Mira Santiago, quiero confesarme contigo. Yo habían noches que me despertaba llorando soñando que yo saltaba… (brotan lágrimas) que yo saltaba a los brazos de mi madre, soñaba que le decía que veía de nuevo. No es fácil perder la visión de tu ojo y vos sabes a que me refiero. La pelota me venía y yo no la podía controlar, yo había perdido el cálculo y la pelota me pasaba por arriba o por abajo, y caí en depresión. Me marcó obviamente, pero todavía tengo la maravilla de poder ver aunque sea con un solo ojo. Dios me dejo mi ojo, me quitó la visión, pero me dejó mi ojo y  cualquiera me mira y no se da cuenta que yo solo miro con mi ojo derecho. Pero sabes cuál es lo más importante que ahora veo con los ojos de Cristo, veo las cosas distintas, veo la necesidad en el prójimo. Disfruto al máximo a mis hijos, y valoro más cada segundo, cada comida…

 

El tema cáncer resulta complicado hasta hablarlo ¿cómo has sobre llevado esta enfermedad?

Con el poder de Dios, con la fe, con ese sostén que se llama Marta Alicia, mi señora. Con el apoyo de ángeles, mis padres, mis hermanas. Yo he podido ver ángeles con pies, ojos y manos. No hay otra forma, sin fe no se puede llevar una enfermedad como un cáncer. Yo no puedo recomendar otra cosa porque lo que conozco es a un Dios vivo que sigue haciendo milagros como tu milagro, y no puedo hablar otra cosa que no sea de mi Dios. Dios me hizo pasar por este cáncer linfático que pase  a principios de 2016. Fue tremendo, pero entre medio de la tormenta miraba la gracia de Dios. Unos amigos, unos ángeles, me enviaron un producto que fue una gran bendición de Dios cuando llegó a mi vida, ni siquiera quimioterapia pasé. El doctor Edwin Ramírez que me operó por tercera vez en el Seguro Social me dijo Mario Pablo tenés que alegrarte porque tu cáncer ha desaparecido. Dios fue perfecto y ese producto fue una gran bendición de Dios.

Fotos tomadas del perfil de Facebook de Mario Pablo

¿Estás sano?

Sí, me estoy haciendo chequeos de rutina, pero no dudo que el Señor me ha sanado. No puedo ser irresponsable y no ir a los chequeos.

 

¿A qué se dedica Mario Pablo últimamente?

Sigo ligado al fútbol felizmente, trabajo de entrenador, saque mis títulos de entrenador. Soy un profesional en ese sentido y trato de no ser uno más. Y porque no decírtelo trabajo en FESA y estoy muy orgulloso de la institución a la cual pertenezco. Estoy orgulloso de estar en ese lugar bajo el mando de Pablo Leguizamo, de quien he aprendido mucho y me ha demostrado su amistad, así como Humberto Cuestas que siempre estuvo a mi disposición en mis momentos de enfermedad, igual tengo que mencionar a don Jorge Bahaía. A mi amigo Marvin Barrera, su hermano, y a Lucho Espíndola

 

¿Seguís golpeando el balón?

Sí, sigo jugando Liga Máster. Juego con los veteranos del Alianza ya dos ediciones de La Liga Máster y hemos quedado campeones en las dos. Nos hemos juntado varias generaciones. Ahora estoy jugando con aquellos que iba a ver jugar. Imaginate jugar a la par de “La Piocha” Roja, William Chachagua, Baltazar Mirón, “La Chilena” Montes, Adonay Martínez, Adrián de La Cruz; Sergio Salgado, Óscar Navarro, Juan Carlos Serrano, “La Paleta” Erazo, Memo Rivera…