Por Santiago Leiva
El rostro de Fernando Funes no figura entre los más reconocidos de El Salvador, pero su nombre está escrito en oro y letras mayúsculas en el Comité Paralímpico de Las Américas; y en los registros hospitalarios de personas sobrevivientes de cáncer.
El joven atleta de Para Natación perdió su pierna izquierda a consecuencia de un cáncer en su niñez, y los médicos le daban pocos meses de vida, incluso se levantó de la muerte después de un paro respiratorio, y este año conquistó Nicaragua y puso en alto el nombre de El Salvador al colgarse cuatro medallas de oro en natación.
“Como cualquier joven o niño de 11 años yo me manejaba más en la rama del fútbol, no para jugarlo profesionalmente, pero si con mis compañeros de escuela. Era mi pasión, y la natación, aunque no podía nadar, también me gustaba. Yo no podía nadar antes de ser amputado”, recuerda Fernando. Y fue así como de jugar fútbol en canchas polvosas o espacios vacíos como sus amigos, ya amputado pasó a nadar en piscinas y a encariñarse oficialmente con la natación.
“Los doctores, como era niño, no me querían decir la verdad, me iban consolando en camino al quirófano, y pues cuando desperté ya no tenía la pierna. Eso fue duro, pero me lo tomé bien porque tenía vida y los doctores en ese momento me habían dado seis meses de vida. Gracias a Dios son seis años los que llevo ya” dice.
El joven atleta Fernando Fuentes es mi personaje de la semana.
¿Ya de vacaciones?
Gracias a Dios si mire ya de vacaciones
Estas por cerrar un año exitoso ¿qué te ha dejado 2018?
Lo que más me ha marcado han sido los Juegos Para centroamericanos de Managua 2018 que fueron en el mes de enero y nos trajimos cuatro medallas de oro. Eso me ha dejado marcado porque son las primeras medallas que traje de un Para centroamericano. Esas medallas fueron una bendición. De aquí íbamos con otra expectativa, pero con fe y creyendo en Dios que se podrían lograr y el resultado se dio.
¿Qué medallas ganaste?
Gané las cuatro de oro en los estilos de mariposa, libre (50 y 100 metros) y dorso.
Rompieron las expectativas…
Las expectativas eran casi iguales solo que variaban las posiciones, los lugares. Esperábamos tener ya sea un segundo o un tercero, pero fíjese que ya con la primera medalla de oro nos dio más hambre de conseguir las demás de oro y gracias a Dios se dieron.
Entiendo que en enero también fuiste declarado el deportista del mes de Las Américas ¿cómo recibes ese premio?
Fíjese que el Comité Paralímpico de Las Américas hizo unas votaciones en línea y cuando me dijeron que estaba nominado empecé a buscar personas para que votaran por mí y gracias a Dios gané. Ese es otro acontecimiento que me ha dejado marcado a mí y mi familia y nos sentimos orgullosos porque pusimos el nombre del país en alto.
Y este año pasaste también de niño a adulto, llegaste a tus 18 años…
Jajaja sí en septiembre fue mi cumpleaños y me la pasé súper bien.
¿Y cómo has vivido tus 18, has sentido mayor independencia?
Fíjese que mi Papá y mi Mamá me soltaron desde los 15 años. Desde esa edad me he manejado solo, viajo solo en el transporte público cuando voy a los entrenos porque mis papás trabajan. Antes, hubo momentos en los que mi Papá tenía que trabajar hasta el mediodía para poder llevarme a los entrenos. Después yo les dije que quería manejarme solo, ellos tenían miedo, pero al final se acostumbraron.
A ver Fernando, cuéntame ¿Qué te llevó a la natación y no a otro deporte?
Pues fíjese que como cualquier joven o niño de 11 años yo me manejaba más en la rama del fútbol, no para jugarlo profesionalmente, pero si con mis compañeros de escuela. Era mi pasión, y la natación, aunque no podía nadar, también me gustaba. Yo no podía nadar antes de ser amputado, me amputaron (la pierna) a la edad de 11 años por un ostiosarcoma maligno. Eso fue bastante duro para mi familia y para mí, pero teníamos mucha fe en Dios que Él podía ayudarnos, y yo estaba tranquilo porque ya sabía que era el cáncer, mi abuela lo padecía.
¿Cuál fue tu reacción cuando te dijeron que tenías cáncer?
Cuando me dijeron que tenía cáncer solo pensaba en que Dios me había abandonado, pero no era así tenía un propósito que quizá no lo he encontrado o quizá es la natación. Ya después de la amputación empecé con terapias en el ISRI.
¿Cómo descubren tu cáncer?
Fíjese que fue por un golpe que me di jugando fútbol. Unos chicos me cayeron encima, mi pierna quedó doblada y pensé que me la había quebrado. Fuimos al Hospital Bloom y nos dijeron que era un ostiosarcoma maligno, que es un cáncer silencioso según dicen los doctores.
Tenías 11 años ¿Cómo reaccionaste? ¿Puede dimensionar un niño una enfermedad como esa?
Yo ya sabía que era eso, ya sabía lo que podía pasar, sabía las circunstancias y todo. Sabía que mi caso era bastante difícil porque era una amputación bastante grande, pero me lo tome bien. El primer día si me sentí bastante mal, ese día no dormí, solo pensaba en que me podía pasar, así que el 19 de julio me hicieron la amputación para retirar el cáncer. A mí los doctores, como era niño, no me querían decir la verdad, pero yo sabía lo que me podía pasar, los doctores me iban consolando en camino al quirófano, y pues cuando desperté ya no tenía la pierna. Eso fue duro porque me acordaba de los momentos que pasé con mis compañeros, con mi mascota, jugando, corriendo como cualquier chico. Pero me lo tomé bien porque tenía vida, los doctores en ese momento me habían dado seis meses de vida, pero gracias a Dios son seis años los que llevo ya.
¿Seis meses de vida si no lo retiraban?
Ya retirado. Es que me amputaron y pensaban que como el cáncer era maligno y estaba en el hueso podía seguirse expandiendo. Por eso es que cuando me quitaron la pierna abarcaron un poco más. Me cortaron desde una cuarta abajo la cadera. Me cortaron desde ahí, pero pensaron que el cáncer podía continuar, pero gracias a Dios no hay cáncer ni se dio ninguna posibilidad de metástasis.
Te pregunto por experiencia, siempre queda la psicosis de que el cáncer pueda volver ¿cuándo te desaparece esa psicosis?
Eso me desapareció en una semana. Fui un niño bastante fuerte, en una semana o menos había superado la amputación. No me pasó a ser tan grave la psicosis.
A esa edad obviamente no pensabas en novias ¿Qué pasaba por tu mente de cara al futuro?
Yo me ponía a pensar en varias cosas, pero primero me ponía a pensar en el fútbol jajaja. Me ponía a pensar cómo iba a correr, como iba a caminar, qué iba a hacer. Nunca me puse a pensar en novias porque estaba pequeño y era bastante tímido con las niñas en ese momento. Lo que si me daba bastante vergüenza era salir a la calle en silla de ruedas o en muletas. Cuando me dieron el alta pasé un mes en la casa sin salir, pero no era porque no quisiera sino porque no tenía muletas, no tenía bastones y no podía salir con la silla por la puerta.
¿No hubo depresión?
No, no hubo depresión siempre anduve molestando. Fui un niño bastante activo y no lo he perdido gracias a Dios.
¿En qué te enfocaste después de amputado?
Después de amputado era en la escuela, había dejado la escuela y me dolía porque iba bastante bien, pero sabía que podía continuar al año siguiente. Yo pensaba para el futuro en ser un arquitecto, en ser un jugador de fútbol, pero me decía: ¿cómo voy a ser jugador de fútbol? , así amputado. Después de todo eso conocí la natación y también jugué fútbol con los amputados, pero no me llamo mucho la atención, me gustó más la natación.
¿Tenías ídolos en fútbol?
Sí Lionel Messi, era y es mi jugador favorito, pero después de entrar a la natación tuve otro ídolo y lo tengo. Es Michael Phelps, un ex campeón olímpico ya retirado.
¿Qué fue lo que más te dificultó las cosas en tu nueva condición?
Lo único que me costaba era subir gradas, las demás cosas eran igual para mí.
¿Te pusieron prótesis de una vez?
No, pasó un año. Pasé un año con quimioterapias también. Me dieron una vez, y después pasé un año con quimioterapias, pero en pastillas. En la octava quimioterapia, la penúltima, tuve una recaída y estuve a punto de morir porque un médico o una enfermera no sé, me había puesto quimioterapia de más y cuando eso sucede el corazón casi se detiene y eso pasó en mi caso. Mi corazón se detuvo, dejé de respirar y de ahí no recuerdo nada. Solo recuerdo que estaba viendo una película.
¿Dónde estabas, estabas en tu casa?
Estaba en la Fundación Ayúdame a Vivir, los doctores me llevaron al Hospital Bloom y ahí me pusieron electrochoques hasta conseguir que mi corazón volviera a latir. Yo desperté como a la 1:00 de la mañana pidieron comida jajaja, desperté con bastante hambre porque no había cenado. Ese día fue bastante triste para mi familia porque pensaron que ya no iba a regresar. Mi Mamá que estaba con migo no paraba de llorar cuando desperté. Gracias a Dios aquí estamos.
¿Las quimios te las dieron antes de la amputación o después?
Después de la amputación, fue como en noviembre de 2013. Esas quimios me las dieron por prevención o matarlo con la quimioterapia si es que hay cáncer.
¿Perdiste el cabello?
Sí perdí el pelo
¿Cómo fue para vos ese episodio? Hay mucha gente a la que le aterra verse calvo…
Fíjese que yo cuando empecé a ver las primeras veces que se me caía el pelo estando dormido, le dije a mi mamá que me cortara el cabello totalmente rapado.
¿Se te quedaba viendo la gente, las personas son muy curiosas?
Sí sobre todo en el colegio los niños. Hay niños que en la actualidad me preguntan que me pasó y yo siempre les digo: por no hacerle caso a mi mamá jajaja. Yo nunca tomo a pecho si me ven, si me ven o no me ven no me importa.
A ver ¿cómo es que te involucras de lleno en la natación?
Como le contaba primero fueron terapias que me dieron en el ISRI. Fue ahí donde me vieron nadar, me metieron con los profesionales a nadar y me sentí bien con ellos. Y como en mes y medio aprendí los tres estilos. Luego de eso me encontraron los de fútbol de amputados y estuve con ellos, pero no le encontré tanta emoción ya que solo había personas de mayor edad.
Jajaja no había con quien hablar de Dragon Ball Z…
No, fíjese que en esa parte yo he sido bastante maduro, me ha gustado hablar bastante con las personas y no solo de muñecos y cosas así. Cuando salí del hospital casi no veía tele porque me aburrió. Con los amputados hablaba de fútbol, de mi caso y les daba palabras de aliento a ellos. Al final no me acoplé tanto al grupo y me quedé con la natación. Así que empecé a mejorar en la natación y comencé a ver otro estilo de vida ya que comencé a tener competencia tanto dentro como fuera del país.
¿Qué tan difícil es nadar sin una pierna?
Pues como nunca nadé con las dos piernas yo lo siento normal. La verdad es que para mi no me fue difícil aprender.
¿Cómo fuiste de niño? ¿Eras un niño rebelde, juguetón?
Rebelde y travieso como todo niño. Me ponía a tocar las cosas y las arruinaba. También fui bastante activo, jugaban bastante fútbol y en la computadora. Eran cosas de niño. Cuando yo el cáncer todo cambió, le dio vuelta a todas mis páginas jajaja. Fue bastante difícil porque pensaba como sería mi vida después del cáncer.
¿Y cómo es tu vida después del cáncer?
Bastante bien porque he tenido muchísimas oportunidades tanto en el deporte como en mi vida en general.
¿Qué piensas del cáncer?
Que es una enfermedad mala, pero al mismo una oportunidad para uno tener una expectativa diferente de la vida. Hay personas que creen que por tener una gripe se van a morir, pero hay enfermedades más grandes como el cáncer o la leucemia que viene siendo lo mismo. Yo este año tuve la oportunidad de conocer una niña que se llama Daniela Guardado, tiene 11 años y fue amputada de la pierna izquierda también y ella me ha motivado a hacer cosas como ir, con unos compañeros, al Hospital Bloom a donar cosas. Tengo una mini fundación para ir una vez al mes al Bloom a donar vivieres a las personas que están allá.
¿Cuántos jóvenes son?
Somos 13 jóvenes hasta ahorita.
¿A qué se dedican en la fundación?
Pues no recuerdo la fecha, pero me llegó la idea de hacer una fundación para visitar el Hospital Bloom y busqué apoyo en las personas que tenía cerca para que me ayudaran a recolectar cosas. La primera vez recaudamos 46 dólares compramos papel higiénico, pasta y cepillos. Cosas de uso personal. A los niños les llevamos la palabra de Dios también. Por eso el ministerio que es como una fundación cristiana se llama: Construyendo Sonrisas.
Es tu fundación…
Yo la fundé, de mi nació, pero quien me motivó fue Daniela Guardado porque vi el caso de ella, y ella dona al Hospital Bloom sábanas a las mamás.
¿Cómo consiguen ustedes el dinero?
Es de lo que nosotros ahorramos entre los jóvenes. Si no tenemos dinero le digo que den cosas pequeñas como galletas o jugos para los niños. Y las mamás y papás les llevamos más que todo la palabra de Dios. La primera vez que fuimos fue en noviembre hoy en diciembre no se pudo porque iban a remodelar el octavo piso del Bloom así que hasta en enero vamos a poder ir primero Dios.
¿Cuál es tu sueño de futuro en lo deportivo y en lo profesional?
En deporte mejorar mis marcas y conseguir un juego paralímpico y en mi vida profesional ser un universitario. Estudiar Comunicaciones.