Israel Fuentes, el creador de prosas y versos

Israel Fuentes y su hija, Evelyn, dedican parte de su tiempo a escribir y declamar poesía. Foto El Metropolitano Digital

Por: Liset Orellana

Ha escrito más de 300 poemas en los últimos siete años y los fines de semana se toma el tiempo para compartirlos con las personas que quieran escuchar sus creaciones. La poesía para Israel Antonio Fuentes es más que un pasatiempo; forma parte de una esencia, que según él, se lleva en las venas.

Este 21 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Poesía, una fecha importante para Israel, quien ha dedicado parte de su vida a crear piezas inspiradoras dedicadas a la mujer, al amor, a la naturaleza, a la vida y a su esposa.

El “gusto” por la poesía comenzó desde su niñez cuando era seleccionado por los maestros para que declamara poemas.

A los 25 años comenzó a declamar poesía de grandes poetas salvadoreños. Tiempo después descubrió que tenía talento para crear sus propios poemas. La poesía fue la mejor válvula de escape tras la sorpresiva muerte de su esposa en un accidente de tránsito.

Tuvo que superar la muerte de su esposa para sacar adelante a sus dos hijos. Para su admiración, su hija menor, Evelyn Fuentes de 10 años, declama todos sus poemas con la misma sensibilidad del escritor.

“El arte hay que hacerlo porque se lleva en las venas. Lastimosamente en este país de poesía no se come, yo lo hago porque me encanta”, expresó Israel.

Para subsistir trabaja en su propio negocio de ventas de vidrios y aluminios. Parte de su ganancia la destina para imprimir decenas de poemas que reparte a las personas que asisten a escuchar sus versos.

Se costeó un libro llamado “Versos en el jardín” que reparte gratuitamente a todos los amantes de la poesía.

Compartimos uno de sus poemas

Linda Ella

Tesoro de la mañana,
luz en mis caminos,
supieras cuanta falta me hacen,
tus consuelos de noche.

Han pasado varios años,
tus recuerdos aquí están,
las fotos del ayer,
a ti me recuerdan.

Dulce y bella madre,
tu nombre esta sobre mí,
me llaman igual que a ti,
¡¡Oh madrecita linda!!

Llegando a este mes
viene el recuerdo de ti,
aún lloro por tí,
creciendo con tus recuerdos,
siendo encaminada por la mano de mi padre.

Fui el centro de tu ternura,
tu viente me trajo aquí,
tus palabras suenan en mí,
diciéndome: «Cómo estas mi niña bella».

Mami aquí estoy,
sigo el camino trazado,
hasta que un día
me encuentre contigo.

Te amo madre,
de verdad, créanme,
la amo a ella,
te amo mamita.