Arquímedes Reyes: Me gustaría ser alcalde de San Alejo

Arquímedes Reyes, cantante y compositor salvadoreño

Por: Alma Martínez

Su vida se ha transformado por completo, lejos de la tierra que le vio nacer, el salvadoreño Arquímedes Reyes ha logrado uno de sus más grandes sueños: vivir de la música.

Vive en México desde hace algunos años, ya se nacionalizó, y su vida completa gira en torno a ese país que lo acogió con tanto cariño, desde el primer momento.

Sin embargo, el cantante sigue añorando a El Salvador y aún tiene sueños que tienen que ver con el lugar donde vivió, su infancia, adolescencia y parte de su juventud. Arquímedes considera que ha cumplido muchas de sus metas, pero aún le quedan varias por alcanzar, entre esas tiene una que cree que es de la más importante.

“Me gustaría ser alcalde de mi pueblo San Alejo, quiero ayudar a mi gente, promover la cultura, rescatar tradiciones que se perdieron, ayudar a los jóvenes, darles oportunidades a la gente que a mí me hubiera gustado tener, para no irme de mi país. Me gustaría aplicar y hacer las cosas que he tenido oportunidad de ver, en tantos viajes que he hecho para promover San Alejo como un pueblo mágico; ojalá que los habitantes del pueblo se beneficiaran con eso”, dice.

Pese a que su vida ahora es estable, nunca pierde la ilusión de volver a su tierra para desarrollar algún proyecto social y también de su gran pasión. “Musicalmente me mantengo componiendo, y me reúno con amigos, tertuliamos y salen canciones que en un futuro quiero grabar. También quiero hacer un disco de música prehispánica salvadoreña, y he estado investigando la obra de la compositora, musicóloga y concertista salvadoreña María de Baratta”, agregó.

“Ya no suelo correr con mis tiempos”

A sus proyectos ya no les pone fecha porque asegura que en estos años ha aprendido que todo ocurre cuando debe de ser, así que no corre, pero se mantiene trabajando y disfruta de la vida que tiene actualmente.

Sus días los vive con normalidad, disfrutando de las bendiciones que su trabajo le ha dado. “Yo empiezo mí día a las 12 del mediodía porque vivo con el horario al revés, no porque sea haragán (dice entre risas), desayuno, me voy al gimnasio, luego a ensayo con mi banda o a trabajar en algún proyecto. Después, trabajo de 9:00 de la noche a 5:00 de la madrugada, así es de martes a sábado; los domingos suelo irme de paseo a algún pueblo mágico en el interior de México. Me gusta mucho cocinar y comprar plantas”, expresó.

Después de todos estos años, Arquímedes cree que todos los sacrificios como dejar su país, y trabajar por largas jornadas han valido la pena, ya que logró que un país como México lo recibiera y le llenara de tantas oportunidades que de otra forma quizá no hubiera tenido.

“Mi vida ha cambiado mucho, llevo cinco años viviendo cien por ciento de la música y eso es una gran bendición. Yo he cambiado en el sentido de que percibo diferente la vida, las personas, valoro más los pequeños detalles, soy más consciente y más paciente”, finaliza.