«No me desagrada la idea de ir a iglesias dando mi testimonio»

Santiago Leiva. Foto de archivo

Por: Liset Orellana

“Ya me dieron la visa”, dijo Santiago Leiva al inicio de esta entrevista. Días después, Santiago culminó una gira por algunas ciudades de Estados Unidos para promover su libro biográfico “A medio rostro”.

Esta no es una entrevista cualquiera, es una conversación con un colega, un padre, un hermano, un amigo y un hijo de Dios; que ha librado una batalla ejemplar contra el cáncer, una batalla que no está alejada aún de los quirófanos.

“Ya hice un segundo tiraje (del libro) por mi cuenta, y ahí vamos, poco a poco se va vendiendo, en librerías cuesta un poco más vender, más que todo son ventas directas con gente que me ha llamado para que le mande un libro se los mando por correo.

¿Cuándo hizo el segundo tiraje?

Fue en abril. El primer tiraje lo financió la Universidad Evangélica. Con las ganancias del primer tiraje hicimos el esfuerzo de hacer el segundo tiraje. Hay una compañera periodista en Estados Unidos que organizó la promoción del libro en Estados Unidos, para hacer una presentación oficial del libro.

¿Se imaginó algún día salir del país a promocionar su libro, que más que eso es un testimonio de su vida?

Honestamente no, porque cuando yo pensé en el libro lo pensé como para dejar un testimonio, no era para hacer promociones, ni siquiera tenía estimado que los medios me apoyaran tanto y se difundiera, ni que la gente lo comprara así…yo lo hice pensando: quizás lo vea alguien. No pensé que a la gente le pudiera interesar.

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El libro A medio rostro está a la venta en las librerías La Ceiba, San Pablo, La Casita, Clásicos Roxil y librería de la UCA

¿Y ha pensado ir a otros países aparte de Estados Unidos para promocionar su libro?

No he visualizado hasta ahí…pero promoviéndolo en Estados Unidos es una ventana grande porque hay mucho salvadoreño, latinos.

¿Qué ha pasado con Santiago Leiva después del primer tiraje del libro?

Lo más importante es que desde que presenté el libro hasta la fecha he mejorado mucho. Ya puedo hablar mejor, ya puedo saborear la comida, y que las operaciones han salido bien y lo más importante que no ha habido una recaída que es el temor de todas las personas que han sufrido cáncer. Cada día que pasa para mí es favorable porque se llega un momento en que lo declaran libre de la enfermedad pero hay que esperar un tiempo.

Usted sirve de inspiración para muchos…

El libro ha tenido mucha aceptación y la gente me escribe en Facebook agradeciéndome…yo no lo tomo así…que yo los inspire mucho porque yo pensaba que no inspiraba tanto pero la gente cuando lo lee me escribe cosas así de que yo le sirvo de inspiración; quizás es una de las cosas que Dios quiere con esto.

¿Desde la presentación del libro en enero de este año, a cuántas operaciones más se ha sometido?

A tres. Han sido para arreglarme la boca; las tres. En una me hicieron el labio de arriba porque no lo tenía, me sellaron la boca durante un mes. Ahora estoy en descanso porque después de la última pasó una semana en la que me sentía demasiado cansando, sentí que la anestesia ya me cansa un poco y pedí a la doctora que me dejara descansar este año para luego retomar el proceso estético.

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¿Se hicieron esfuerzos para que su caso fuera visto en otros países, ahora que está en la fase de reconstrucción no pierde las esperanzas de que así sea?

Sí me gustaría, porque la doctora que me está tratando es profesional pero ella me explica que trabaja con lo que se tiene, entonces este proceso es de cuatro años porque va por pedacitos. En otro país yo tendría la oportunidad de terminar con una o dos operaciones más para que reconstruyeran.  Llevo ya 16 operaciones (por todo) y ya no resisto tanta anestesia y eso es cansado mentalmente.

¿Siente que se le han cerrado puertas para esta oportunidad?

Pues no hemos buscado, nos hemos quedado con lo que tenemos. Son operaciones muy carísimas…estuve viendo en Colombia pero no se concretó nada.

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Progreso

Pocos se detienen a pensar o a dar gracias por los afortunados que son al ingerir alimentos por la boca, a saborearla y digerirla. En definitiva, Santiago sí lo hace. Pasó dos años alimentándose a través de una sonda pegada a su aparato digestivo. Ahora, puede comer un pan o un freso cuando se le antoje.

“Yo sufría mucho, mi familia también porque a veces se privaban de comer algunas cosas porque yo estaba en frente. Cuando ellos fritaban pollo o cualquier cosa el olor me llegaba y yo estaba viendo gota a gota que pasara la medicina y la comida (por la sonda). Eso fue lo más difícil. Ya este año es un avance para mí poder saborear por la boca porque estaba bloqueado mentalmente también.

¿Cómo?

Me metía un bocado, intentaba saborearlo pero no podía pasarlo porque sentía que me ahogaba. Tenía miedo a tragar porque me habían dicho que podía sufrir algún problema porque el paladar todavía lo tenía abierto. Con una migaja que se me fuera a la fosa nasal iba a parar a los pulmones y ahí la cosa se complicaba. Eso me costó mucho superarlo.

¿Cómo lo superó?

Empecé con cucharaditas de agua, pan licuado con café. Primero solo lo probaba porque hasta me daba miedo tragarme mi misma saliva. Hasta hace poco agarré fuerza de tragar bocado, y para mí fue el mayor éxito de todo el año. Ya me como mis dos pupusas tranquilito.

Bueno, para decirle que por mi casa pusieron un Don Pollo y mi familia fue a comprar, yo me eché un bocado y me estaba ahogando y me tuvieron que llevar al hospital…yo hice el intento pero sentí que me asfixiaba; desde entonces me dio miedo y quedé inhabilitado.

¿Qué hace Santiago Leiva ahora?

Estoy escribiendo para el diario CoLatino notas deportivas y estoy viendo si saco un libro. Son como crónicas urbanas, son como cuentos cortos y espero que primero Dios lo logremos sacar este año.

¿A dónde se ve Santiago Leiva en un par de años?

Me gustaría regresar a los medios de comunicación, pero Dios quiere que haga otras cosas más importantes que escribir, por ejemplo, no me desagrada la idea de ir a iglesias dando mi testimonio…no sé, pienso que por ese lado Dios me ve en el futuro. Yo no soy pastor, pero puedo dar mi testimonio porque si la gente dice que mi libro le genera inspiración, entonces puede ser que lo haga.

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