Mujeres al ataque o Mujeres con ataque ¿Cuál tiene la razón?

En el marco de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra todos los  25 de noviembre, quiero hablar del uso que se hace de la imagen de la mujer en la publicidad y los estereotipos que se le asignan y  cómo éstos todavía nos confunden y pueden considerarse violencia.

Desde siempre la publicidad ha explotado la imagen femenina para aumentar las ventas de un producto, ya que a nivel de marketing es muy rentable, un gran porcentaje de los productos que se promueven están ligados a lo femenino: desde artículos para el hogar, pasando por cosméticos y hasta baterías o llantas; no importa el rubro una modelo femenina impulsa la venta del producto.

¿Pero qué pasa con los estereotipos que se promueven? Y ¿Qué representan estos estereotipos para la mujer?  Mientras que algunas marcas ponen a las mujeres como “superwoman”  otras cosifican la sexualidad femenina y alguna sigue remarcando el estereotipo tradicional de la mujer en un papel sumiso o haciéndola parecer convenencieras.

Para este último haré referencia a una campaña nacional sobre zapatos, la cual retomo por  que causó una cascada de reacciones encontradas entre mujeres.

Un grupo de mujeres leen entre líneas y ven una amenaza en el mensaje que ésta envía a la sociedad  y están con ataque debido a ello y las mujeres que impulsan dicha campaña (porque hace algún tiempo se dio a conocer al equipo detrás de estas ideas y todas eran féminas) se consideran mujeres al ataque innovando en la industria publicitaria.

Las mujeres con ataque, se han manifestado por medio de sus redes o por cuanto medio han podido y argumentan que hay cosas que no se valen como el hecho de que se plasme en piezas publicitarias a la mujer como seres interesados y manipuladores.

Las mujeres al ataque, dicen que si se vale que las mujeres a veces sean «antifeministas» y hagan uso de la conveniencia siempre y cuando sea en pro de lo “fashion”. ¿Cuál va ganando?

De ambos puntos de vista, quedan claras dos posturas, una es que la polémica en el campo publicitario posiciona a los productos, ya que el público los recordará por ese hecho y si ese era el objetivo de las mujeres al ataque, lo están logrando.

La otra cara de la moneda es la que sostienen las mujeres con ataque y es que ciertos estereotipos ya no deben replicarse  porque pueden rayar en la ofensa y siguen encasillando a la mujer en un rol nocivo que las limita; el argumento va más allá y ha salido a la luz el tema de la Violencia Simbólica.

 

Con el término involucrado, la discusión abre la puerta para otras valoraciones ya que  la Violencia Simbólica no solo está presente en la publicidad, aunque es donde mejor se identifica.

Ésta se ejerce también a través de letras de canciones que a diario suenan en las radios y que encabezan las listas de popularidad, novelas románticas que las mujeres mismas leemos  de forma voraz, artículos de revistas y hasta en ciertos refranes populares. Sin embargo en dichas áreas, el tema a veces pasa desapercibido y ya no genera polémica.

¿Cuál es el detonante entonces para que nos sintamos amenazadas por estereotipos en unos sitios y en otros no? Supongo que en la cultura y en la falta de información acerca de nuestros derechos y la leyes vigentes sobre el tema, ya que si los entes que regulan los contenidos censuran una canción o no permiten la venta de un libro por considerar que su contenido es ofensivo o violento sentiríamos que coartan nuestra libertad de decidir lo que quiero oír, ver o leer.

Creo que como mujeres debemos estar de un solo lado o somos las que atacamos o las que nos da ataque, en cualquier lado que estemos el objetivo debe ser el mismo: obtener respeto, como seres humanos lo merecemos y muchas mujeres actualmente y antes que nosotras  han trabajado mucho para que esto sea un hecho.

Debemos crear alianzas estratégicas con nuestros semejantes, sean hombres o mujeres y  que tomemos en cuenta que para muchos  la publicidad no es solo publicidad que busca vendernos un producto, para algunos es un ideal. Ser delgada como la modelo, usar ciertas marcas porque  dan un estatus, ser «fashion» o simplemente obtener una perfección que solo puede dar un programa de fotografía, puede llegar al punto de dañar la salud física y mental.

Nunca hay que pasar por alto, que en la actualidad las mujeres damos la pauta de cómo queremos ser tratadas.