Inventario: Año 2015, día 355

Y estamos a pocos días para terminar el año. Y podríamos hacer un recuento de lo que ha pasado desde el día 1 hasta hoy, pero a fuerza de ser sinceros creo que hay ciertas cuentas que debemos hacer.

El milagro de la vida. Si entraremos con 6 mil salvadoreños menos al 2016, contando claro está los que han muerto de forma violenta, también habría que contar los nacimientos. Y esto no va con poco dolor: aún estoy llena de rabia por una de las 29 personas asesinadas el viernes 04 de diciembre, aún no comprendo las razones que se señalan por ese asesinato y aún no me siento en paz con esa idea. Este ha sido, en lo personal, un año de contrastes entre la muerte y la vida, y quizás entraré con cierta tranquilidad al próximo año si mi fe vuelve a estar puesta en que la muerte es siempre la vida abriéndose paso, encontrando otras formas de ser, de estar, de acompañarnos. Y me temo que eso será algo que en este El Salvador, igual que en otras partes del mundo, urge (más que Remberto, con permiso del guiño a una campaña política vieja): aprender que la vida es muy insegura, que la violencia que sembramos las generaciones de antes está cobrando facturas a niveles insospechados.

Los milagros de la tecnología. Claro está que nada es gratis, y por ejemplo el que Google (o Alphabet) esté aprovechando cada registro que hacemos como usuarios de ciertos programas en Internet para comprender mejor la salud humana no indica que realmente su fin único sea mejorar nuestra calidad de vida, así como tampoco quiere decir que todos los habitantes del globo automáticamente tendremos acceso a las mejoras que resulten de estas investigaciones. Sin embargo, quiero creer que ahora estamos mejor informados, más conectados. Como personas, como ciudadanos, ahora podemos acercarnos a muchos datos insospechados: lo que hagamos con ellos es otro asunto, pero podemos agradecer lo que esto nos acerca, nos comunica, o nos facilita como comunidad, para estar en comunión con otros, con los nuestros cuando estamos lejos. Y que a pesar de que algunos beneficios de la tecnología lleguen con cierta demora a nuestros países del tercer mundo, y que incluso ahí vayan permeando a toda la población con gran lentitud, algunos progresos en salud y educación se van logrando.

El milagro de la fe. He estado fuera poco más de cuatro meses, y volver está suponiendo andar con una especie de termómetro para medir con qué llegamos al próximo año. Y mi balance indica que con fe, con coraje. Con el impulso de caminar cada día ‘a pesar de’. A pesar de que hay instituciones en las que parece que las decisiones se toman más por el efecto político que por el efecto que se espera para el país; a pesar de que salgo a tomar el bus esperando que ‘aquellos’ no se vayan a subir a pedirnos algo; a pesar de que… creo que la fe es al que hace que haya una  contrabalanza, un grupo de jóvenes que está trabajando por #ElPaísQueViene, que haya un corto de animación que dice que las víctimas del conflicto armado también son “Las víctimas de Guernica” nominado a un Premio Goya en España, que los premios Pixels hayan otorgado más de un millón y medio de dólares para 23 proyectos de industrias creativas salvadoreñas este año. Y esos son solo algunos de los ejemplos que se vienen como ejemplos.

Y sí, podríamos hacer un inventario de todo lo negativo que ha ocurrido en el 2015, pero también sería injusto no pensar lo que ha estado bien, lo que sí podemos llevar al 2016. Sí hay logros, sí hay avances, sí hay alegrías. Y mientras aún nos quede una esperanza, un poco de fe de que algo de lo que hacemos mejora o al menos nos mantiene a flote como país, como humanos, este viaje vale la pena. Y de nosotros depende que esta coincidencia de estar aquí, en este momento, sirva de algo en la historia universal. Que la vida siga encontrando formas de abrirse paso, que retome lo mejor de la tecnología y que la fe nos mueva montañas. Que el 2016 nos traiga mejores vientos para navegar y mejores historias por contar, que recordemos que #LasPalabrasSonSemillas y que podemos estar orgullosos de seguir siendo #LosNietosDelJaguar