El agua de una piscina de Río se vuelve verde y nadie sabe por qué

El agua de la piscina de saltos de trampolín de los Juegos de Río ha pasado de reflejar un inmaculado color azul claro a un turbio verdoso de un día a otro. Los portavoces del comité de organización de los Juegos no supieron explicar este martes a qué se debe la transformación pero aseguraron que los análisis hechos hasta el momento confirmaban que «no hay ningún riesgo para la salud de los atletas».

«Estamos investigando para determinar las causas de lo ocurrido, pero nos alegra informar de que la competición ha terminado con éxito», afirmó Simon Langford. Otro portavoz, Mario Andrada, reconoció directamente: «No sabemos por qué se ha puesto verde». El agua de la piscina que está justo al lado, en el mismo recinto, permanece azul.

La piscina de saltos era así el lunes, apenas un día antes:

El martes este era su nuevo color (la foto está tomada del otro lado de las gradas):

La organización emitió un comunicado en el que aseguraba que el comité organizador de Río 2016 se toma muy en serio «asegurar la alta calidad de las instalaciones», pero declinó responder a las preguntas de la prensa tras la prueba.

A falta de una explicación oficial que aclare qué ha sucedido, reponsables de microbilogía del agua del laboratorio madrileño Control apuntan a Verne que podría tratarse de algas, en cuyo caso el problema podría quedar resuelto en pocas horas añadiendo hipoclorito al agua. Otro experto con 22 años de experiencia, Karim Raisuni, del laboratorio Adinsa, opina sin embargo -aunque con reservas, porque evidentemente no ha analizado el agua- que por la rapidez de la coloración es más probable que se deba a una reacción del cloro con un metal como el hierro.