Las “Letras sin Harte” del periodista Santiago Leiva

Foto de Iván Escobar

Por: Xiomara Galina | Colaboradora

Pese a las difíciles situaciones que ha tenido que afrontar desde que le fue diagnosticado cáncer en el rostro, el periodista Santiago Leiva no se ha dejado vencer. Con mucha valentía ha afrontado sus desmayos, tropiezos y su tristeza al afrontar la enfermedad, estos sentimientos que a la vez lo motivaron a escribir sobre su vida.

En un evento sencillo pero lleno del cariño de sus amigos, familiares y el apoyo del gremio de periodistas, Leiva relanzó este fin de semana su segundo libro titulado “Letras sin Harte, historias urbanas”

“Letras sin Harte, historias urbanas” no es una continuación de mi libro “A medio Rostro” aunque inicialmente muchos de los textos nacieron como una urgencia a calmar la sed de ejercer el periodismo y la intención terapéutica de continuar con la recuperación mental después de superar la devastación que me ocasionó el cáncer “se refiere el comunicador al describir su libro.

El libro es una recolección de historias cotidianas, que suceden en las esquinas, en los callejones de nuestras comunidades, esas historias de amor que nacen entre lo absurdo y real pero que han sido recreados con puño y letra, contadas  de una forma jocosa por el autor. También llevan un mensaje orientado a que los futuros amantes de las letras  no se encajonen en la estructura y la elaboración de sus notas.

Iván  Escobar, quien como muchos periodistas ha mostrado su solidaridad con el acompañamiento del autor, destacó que los libros de Santiago tienen un mensaje especial y dijo que “no hay nada imposible para el ser humano sí se lo propone “.

LA HISTORIA DE UN GUERRERO 

Santiago Leiva es un salvadoreño que nació en la ciudad de Suchitoto, en el departamento de Cuscatlán, proviene de una humilde familia de campesinos y desde su infancia y  por las diferentes situaciones adversas de la vida fue   obligado a ingresar a las filas de la guerrilla.

Por mucho tiempo vivió en diferentes campamentos que entidades socorristas habían instalando para brindar asistencia a la población, durante el periodo de guerra que sacudió al país.

“Viví mi infancia dentro de la pobreza pero bastante feliz, muy feliz desde niño, quizá abuse mucho de la imaginación en aquel tiempo, esa imaginación que hoy se ha perdido en los niños”, expresa el maestro de las letras al hacer referencia de su época de niño.

Aunque la pobreza, las limitantes eran una amenaza latente en su vida nunca renuncio a sus sueños y en el año de 1995 cuando tenía alrededor de 23 años  comenzó su travesía en las comunicaciones al inscribirse en una universidad privada. Posteriormente fue reclutado por el director del periódico CoLatino quien le abrió las puertas para comenzar a das sus pininos en los medios de comunicación hasta cumplir a la fecha 20 año de hacer periodismo.

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GANÁNDOLE LA BATALLA A LA MUERTE

De joven Santiago Leiva nunca le prestó atención a los  barros y espinillas en su cara, hasta que un día froto con sus manos la formación de una pequeña pelota en la parte derecha de la mejilla.

“Para mí la palabra cáncer era una palabra que no existía; fuimos a consulta, me pusieron unas inyecciones y se me hundió el pedazo donde pusieron las inyecciones, mi mama estudio hasta segundo grado, ignorante de estas cosas y los médicos nunca nos dijeron nada. Nos dijeron que eran quiste, dejo pasar el tiempo porque yo sabía que tenía la pelotita  pero cuando uno tiene entre 15 y  17 años,  con cualquier espinilla uno siente que el mundo se le cae, se pierde la belleza,  hay muchas cosas que la vanidad no permiten en ese momento”, contó Leiva al hablar de los primeros signos de aquella enfermedad que le marcarían la vida.

Desde el año 1998 hasta el 2012 Santiago Leiva ha sido intervenido quirúrgicamente en su rostro al menos en 16 ocasiones.

“El médico le dijo a mi familia, principalmente a mi esposa, que solo tenía el 14 por ciento de posibilidades de salir vivo del quirófano. Esa última operación me dejo sin el ojo, sin la mitad de la boca, sin la mitad de la nariz, mudo prácticamente porque no podía hablar y he recuperado la voz”, relató el periodista con voz firme al contar lo doloroso que ha sido el proceso para extirpar el tumor.

Aunque ha sido un daño irreparable e irreversible, Santiago hoy en día sigue sin  bajar la guardia, convirtiéndose en un testimonio de vida para muchos salvadoreños y un guerrero de la vida para toda su familia y amigos.