«Cien años de soledad» y la paz que añoró García Márquez

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El Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez estaría hoy feliz con el Acuerdo de Paz en Colombia y aportando ideas para el perdón y la reconciliación de este país que ha vivido una centuria de violencia política, que se refleja en «Cien años de soledad».

La obra maestra de García Márquez, que este año llegó a 50 años de su primera edición en 1967 por el sello Editorial Sudamericana de Argentina, fue creada en la década de 1960, una época que la historia marca como el surgimiento de los grupos insurgentes de Colombia.

«García Márquez fue un visionario, no solo desde su literatura sino también en su participación en la Cumbre de Sabios en la que analizó la educación. Él planteó muchos temas entorno a la paz y lo que sería un país en paz», dijo a Notimex la ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba.

Para la titular de Cultura, si García Márquez estuviera vivo en este momento «estuviera muy feliz, aportando muchas luces, muchas ideas de cómo perdonar y cómo construir una nación soñada, en donde los niños para él tenían un papel y un protagonismo fundamental».

En opinión del escritor colombiano, Paul Brito, García Márquez escribe «Cien años de soledad», «en plena época de violencia, de guerra, pero no se queda solo con esa percepción de la guerra. En ´Cien años de soledad´ está todo, parece que él se hubiera anticipado al futuro, está también el cansancio de la guerra, el hastío del coronel Aureliano Buendía».

En la novela se puede «percibir los estados anímicos de la guerra en el coronel Buendía. Hay una parte donde el coronel afirma algo y es que se da cuenta que es más difícil terminar una guerra que comenzarla», subrayó Brito.

Ahora, 50 años después, «lo estamos viviendo en carne propia. Parecía tan simple, si hay la voluntad de lado y lado. Mire todos los tropiezos que nos encontramos hasta en la misma población civil que votó por el no. Todo eso está en ´Cien años de soledad´. García Márquez, abarca todo ese proceso en su obra».

García Márquez, reportero, cronista y novelista, nació en 1927, un año antes de la masacre de las bananeras en el Caribe colombiano, vivió el magnicidio del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán en 1948, la violencia que se desató entre los partidos Liberal y Conservador, los 15 años siguientes que dejó cerca de 300 mil muertos y miles de campesinos desplazados.

El autor de «La Hojarasca» y «El coronel no tiene quien le escriba», en 1961 viaja a México en donde se concentró en escribir «Cien años de soledad», cuya primera edición sale justo cuando los grupos insurgentes FARC y ELN empiezan a despuntar en su guerra contra el Estado colombiano.

Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) nacen entre 1964-1966, como un efecto directo de la violencia bipartidista tras el asesinato de Gaitán.

García Márquez fue una víctima directa de la guerra. En 1981 tuvo que salir a México como exiliado, pues fue acusado de tener nexos con las guerrillas urbanas del M19, y apoyar un desembarco de guerrilleros en el sur del país.

Desde esta época el escritor colombiano vivió en la Ciudad de México, en donde murió el 17 de abril de 2014, justo el año cuando el gobierno del presidente Juan Manuel Santos iniciaba los diálogos de paz con las guerrillas de las FARC, que concluyeron con la firma de un acuerdo de dejación de armas en noviembre de 2016.

El Nobel de Literatura (1982) fue un defensor de los derechos humanos en Colombia y toda su vida abogó por una salida política al conflicto armado. Él no quería que su país, su Macondo, viviera otros «Cien años de soledad» por culpa de la guerra.

Pero «Cien años de soledad», además de mostrar la violencia de generaciones en Colombia, es para Brito, un «sofisticado aparato lingüístico, es una demostración de lo que puede hacer un escritor con la única herramienta de la lengua».