«En mi capacidad de agricultor, no tengo para decir que voy a comprar un techo»

La Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima (FUNDASAL) desarrolla un proyecto en el cantón El Tránsito que mejorará la calidad de vida de los habitantes | Fotos El Metropolitano Digital por Kevin Aguilera

Por: Remberto Domínguez

El cantón El Transito es un lugar recóndito que se encuentra en el municipio de San Pablo Tacachico, departamento de La Libertad. Es un lugar rodeado de cerros y calles pedregosas en contraste con las modernas casas construidas de ladrillos y concreto y las casas elaboradas de adobe, bahareque y vara de castilla forradas de plástico.

Así es la vida en este lugar; donde su gente es hospitalaria, sonriente y dispuesta a trabajar para mejorar la calidad de vida de sus familias. El día a día de los lugareños transcurre entre el cultivo de maíz, frijol, arroz, maicillo y la ganadería; que es un medio de subsistencia para las personas de la localidad, mientras que las mujeres se dedican al trabajo doméstico, cuido de sus hijos y la crianza de gallinas y pollos.

El Transito es un cantón donde alrededor del 90% de las familias viven por debajo de salario mínimo, lo cual no les permite tener una vivienda digna.

De ahí que la Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima (FUNDASAL), esta trabajando con los pobladores, en dos ejes fundamentales como es la construcción y reparación de viviendas hechas de adobe y la eliminación y prevención del mal de Chagas.

Carmen Elena Rivera, quien es la encargada del proyecto, aseguró que FUNDASAL no regala casas. El trabajo de la institución es capacitar a los pobladores de cómo hacer el ladrillo de adobe de forma que sea más resistente a los componentes externos como la lluvia y el sol y cómo debe ser construida la vivienda, tomando en cuenta, los conocimientos técnicos que imparte la institución desde la elaboración de adobe hasta la construcción de la casa.

Jaime Mejía, promotor social de FUNDASAL, indico que  se está trabajando con familias en la selección de precariedad de viviendas y en el desarrollo del proceso educativo en reparación y proceso de viviendas. Dijo que se trabajará en el fortalecimiento organizativo de la comunidad enfocado en las juntas directivas. Por otra parte, se trabajará con la comunidad estudiantil en función de combatir el mal de Chagas identificando los focos de infección de la chinche producida en los hogares de la comunidad.

Son 55 casas las que serán reconstruidas, esto quiere decir, que serán repelladas y resanadas de algunas fisuras producto de las secuelas del terremoto de 2001. Además, serán intervenidas 15 casas, las cuales se derribarán por completo y se reconstruirán en un lapso de dos meses y medio, aseguró Rivera.

Para Ana Arely Salazar,  una de las beneficiadas en la construcción de su vivienda, la ayuda genera más seguridad en salud y protección para ella, su esposo y sus dos hijos, quienes viven en un hogar donde las paredes están por colapsar, un techo con orificios donde cada invierno es una preocupación porque se moja el interior de su casa.

Para don Pedro Antonio Valle el esfuerzo por construir su vivienda valdrá la pena. «En la imagen del folleto se ven bonitas (las viviendas) y más con ese interés nosotros le vamos a echar ganas, por ejemplo si solo nos dieran el material de adobe y levantar las paredes; pero sin techo, yo  no me hubiera comprometido. Porque en mi capacidad como agricultor, no  tengo para decir que voy a comprar el techo», aseguró.

Para hacer realidad su sueño de tener una vivienda digna Don Pedro tendrá que hacer un doble esfuerzo y combinar su trabajo de agricultor con la construcción y elaboración de su casa. Pero está convencido que el esfuerzo valdrá la pena. Además espera dejar un mejor patrimonio a sus dos hijos.

La construcción con adobe es una práctica más utilizada por nuestra gente en áreas rurales, pues el materia que se utiliza es arcilla estabilizada con tierra blanca. Esta práctica constructiva tradicional ha sido estudiada y mejorada por el proyecto TAISHIN de Japón.

El Tránsito tiene alrededor de 230 familias, el cual se espera que el 80% de la población se incorpore en las actividades que desarrollará FUNDASAL. La institución tiene proyectado ejecutar actividades con escuelas, ADESCO y la población.

Este proyecto es financiado por un agencia solidaria española llamada «Manos Unidas», quienes hacen recaudaciones en iglesias ayuntamientos en el país Europeo. En estos trabajos se incorporan instituciones como: alcaldía, Ministerio de Salud y Educación.