La tensión sube en Venezuela en víspera de una polémica elección

La tensión en Venezuela sube de forma especial en la víspera de la votación del domingo, cuando se elegirá una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que redactará una nueva Carta Magna, en medio de estrictas medidas de seguridad y con el rechazo de la oposición y la comunidad internacional.

Se espera que el Consejo Nacional Electoral (CNE) informe los últimos detalles sobre la instalación de centros de votación que ayer se había completado en 96 por ciento, según indicó la presidenta del organismo Tibisay Lucena.

La funcionaria ha advertido que en 53 de los 335 municipios del país caribeño se han registrado hechos de «violencia política focalizada» en medio de la oleada de protestas que inició el 1 de abril y que ha dejado 109 muertos, cientos de heridos y casi 5.000 detenidos.

Asimismo, las Fuerzas Armadas, que custodiarán con más de 200.000 efectivos los comicios de mañana, han reiterado que procurarán la continuidad del proceso y atenderán cualquier «amenaza» en este sentido haciendo «uso proporcional de la fuerza».

Entretanto, el canal estatal VTV ha dedicado toda su programación a invitar a los venezolanos participar en este proceso que, según la fiscal general, Luisa Ortega, es rechazado por el 90 por ciento de los ciudadanos.

Por otra parte, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a levantar hoy las barricadas puestas en varias vías del país desde el miércoles cuando inició un paro cívico de 48 horas para protestar contra la Constituyente, a la que ven como un intento del Ejecutivo por «consolidar una dictadura».

Los opositores del jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, afinan los detalles para las acciones de calle del domingo, cuando se concentrarán en las principales arterias viales de la nación petrolera para expresar su repudio a la elección, en la que participarán solo candidatos chavistas.

El poder ilimitado que tendrá la ANC una vez constituida ha estimulado las especulaciones entre los ciudadanos que hacen compras compulsivas de alimentos, generalmente escasos en medio de la severa crisis económica que sufre Venezuela desde hace dos años.

La jornada inició sin protestas callejeras y a la espera de pronunciamientos que, en su mayoría, provendrán de instituciones del Estado cercanas al Ejecutivo.