Rosa Amelia Fuentes, Periodista: “Al principio trabajar en construcción fue pesado, lloraba pegando ladrillos”

Fotos tomada del perfil de Facebook de Rosa Amelia Fuentes

Por Santiago Leiva

Rosa Amelia no vivió una niñez ni adolescencia en lecho de rosas, pero el sufrimiento verdadero lo descubrió, hace más de un lustro, en tierras extranjeras. A los ocho años las manos de Rosa Amelia ya se habían familiarizado con la masa de nixtamal: echaba tortillas. En su adolescencia estuvo vinculada a los micrófonos de radio, y más tarde sus dedos acariciaron las teclas de la computadora y el obturador de una cámara fotográfica. Fue esta “bendita” pasión llamada periodismo la que la metió en problemas y le acarreó sufrimientos inesperados. Una investigación periodística tocó fibras sensibles y a causa de ella sufrió dos atentados y se vio obligada a dejar el país y emprender un espinoso “sueño americano”.

Hace siete años, esta periodista migueleña, cruzó ríos y saltó muros para ponerse a salvo y labrarse un mejor futuro, pero está de vuelta en casa convencida que la vida en Estados Unidos no es como la pintan. “En Estados Unidos trabajas de lo que caiga sino fracasas”, dice. “Acá en El Salvador yo pagaba para que me limpiaran la casa, allá fui a limpiar casas. Cuando uno es profesional en el país es mejor que ni salga”, sostiene.

A excepción de los últimos siete años donde se vio obligada a trabajar limpiando casas, pegar cerámica de piso y otras actividades, Rosa Amelia ha dejado rastro en varios medios salvadoreños y ahora está de vuelta para agregar unos renglones más a su recorrido por los medios de comunicación. “Siento temor, pero a la vez siento satisfacción porque ya estoy en mi país y voy a trabajar en lo que a mí me gusta. Uno por traer la mejor noticia hace lo que sea” afirma. Rosa Amelia es nuestro personaje de la semana.

 

¿Cómo la ha recibido el calorcito de San Miguel y ese ambiente carnavalero?

Creo que acostumbrarme nuevamente al calor va ser un poco difícil porque lo estoy sintiendo bastante y estaba acostumbrada al frío, a las temperaturas de Estados Unidos. Creo que se me va a hacer un poco difícil acoplarme a las temperaturas, principalmente de San Miguel.

 

¿Cuál es la sensación al volver al país después de siete años?

La verdad es que me siento emocionada de estar en mi país, con mi gente. No extraño nada de lo que dejé. Allá la vida es más difícil que acá. Acá lo difícil es la delincuencia y la falta de empleo, pero en Estados Unidos la situación se está poniendo bastante difícil. En los trabajos ya se está exigiendo que se tenga permiso de trabajo, residencia o ciudadanía para obtener un empleo. Si tu no tienes un permiso de trabajo, te pones en unos lugares que les dicen los “Seven Eleven” y ahí eres carnada para la gente que llega a buscar trabajadores, te llevan toda una semana y de ahí no regresan a pagarles, y entonces está gente trabaja de gratis porque no tiene un status ni nadie que los proteja. Te contratan compañías fantasmas. es como las extorciones de aquí.

Sin embargo mucho profesional salvadoreño se va del país, incluso yo conozco periodistas que se han ido a trabajar en cosas que no son lo suyo ¿qué piensa de esta situación?

Lo que sucede que viene mucha gente de Estados Unidos y te dicen que Estados Unidos es un gran país. Que allá vas a ser tal cosa, que allá (el dinero) te va a sobrar y es mentira.  En Estados Unidos se trabaja fuerte y el gobierno te quita la mitad de tu cheque.

 

Usted es periodista, tiene una profesión y tenía un trabajo acá ¿qué le obligó a marcharse?

Decidí marcharme porque fui amenazada. En el periodismo uno por sacar la mejor noticia se expone a factores de peligro. Entonces por sacar una noticia en el medio donde trabajaba fui amenazada y tuve dos atentados. Eso me obligó a mancharme.

 

¿Tuvo dos atentados?

Sí, me dispararon, y es gracias a Dios estoy contando el cuento. Una vez fue cuando iba entrado al Diario de Hoy. Yo venía de trabajar y vi que venía un vehículo de tras de mí, pero nunca me imaginé que la traían contra mí. Entonces yo iba entrando a la sede del Diario en San Miguel y de repente me dispararon. La otra vez fue en Usulután.

 

¿Su ataque tuvo que ver con pandillas, o qué había publicado?

Estaba investigando la perdida de unas armas en las guarniciones militares. Fueron unas armas que luego cuando la Policía hizo capturas encontró que estaban en manos de pandillas. Yo investigaba eso y siento que de ahí me vino el problema.

 

Tuvo que salir casi de emergencia ¿se fue legalmente?

No. Bueno yo tuve visa americana por diez años, pero solamente fui a pasear dos veces y la deje vencer porque Estados Unidos para vivir nunca me gustó. Esta vez para marcharme saqué una visa mexicana porque no quería estar más tiempo en mi país. Ya no podía trabajar, mis compañeros no querían salir conmigo porque decían que estaban muy jóvenes para morir. Nadie se atrevía a acompañarme a las coberturas entonces tuve que optar por salir del país lo más pronto posible. Me fui legal hasta México. Llegué hasta Monterrey y de ahí pagamos un coyote para que me cruzara la frontera.

 

¿Y qué tal fue el viaje?

Difícil, muy difícil sobre todo el paso del río. Ahí te pasan en neumáticos que llevan hasta 15 personas. Yo fui del primer grupo, y del segundo grupo que estaban pasando se cayeron dos personas y murieron ahogados. Tuvimos luego que subir un paredón, pasamos por caminos espinosos en los que hay hasta serpientes. Fue difícil.

Cuando se tiene una profesión muchas veces resulta incómodo hacer otros trabajos…

En Estados Unidos tenés que trabajar de lo que caiga, lo que encuentres, sino fracasas. A final de mes tienes que tener para pagar tu renta y un cuarto en los Estados Unidos vale $700 dólares, debes tener para pagar tu teléfono que son $100 dólares, debes tener pagar cable, energía eléctrica, y si tenés carro tienes que pagar seguro de carro. Entonces ahí no puedes decir este trabajo no me gusta, ahí aunque no te guste tienes que hacerlo. Yo pagaba para que me limpiaran la casa acá en El Salvador y allá fui a limpiar casas. Cuando uno es profesional en el país es mejor que ni salga.

 

¿Qué es lo más denigrante que le ha tocado hacer?

Limpiar baños. Limpiar baños es una cosa bastante denigrante y cuando vas a buscar un trabajo, por ejemplo de limpieza, lo primero que te mandan a hacer es a limpiar los baños. Yo hice ese trabajo, limpie casas, estuve trabajando en construcción y luego comencé a trabajar en un lugar de envío de dinero y cambios de cheques. Pero hay veces por huir el peligro lo sigue a uno. Cuando comencé a trabajar en el primer “check as” llegó un pandillero a poner una remesa, ese pandillero era de acá de El Salvador y yo lo había entrevistado en la Policía. Él se acordó de mí, me dijo incluso mi nombre y por temor a que regresara renuncié al trabajo y tuve que irme de Meryland a Virginia. Tuve que huir también.

 

¿Qué trabajos de construcción ha hecho, leí que pegaba cerámica, cómo aprendió?

Me enseñaron, me pusieron a alguien que me enseñara a hacer cortes a escuadra, a separar el piso y pues a pegar la cerámica según como el dueño la quiera.

 

Acá ver a una mujer en labores de construcción es raro ¿no tuvo dificultades?

Al principio trabajar en construcción  fue pesado para mí. Las primeras veces lloraba y decía: Dios mío y que ando haciendo acá. Quería regresarme. Lloraba pegando ladrillos porque a veces pasaba hincada en el piso todo el día. A uno allá solo le dicen hacé tal cosa y solo le explican una vez. Entonces yo allá he pegado ladrillos de piso, he botado paredes,  he enchapado baños, he hecho trabajo de piocha y pala. Cuando cae nieve también a uno lo ponen a limpiar. Esas son cosas que acá El Salvador nunca las había hecho.

 

¿A qué nivel está su sueño americano?

Muchos le llaman sueño americano, pero de sueño americano no tiene nada. Para mí el sueño americano es una pesadilla vivida porque allá para sobre vivir y ayudar a tu familia no tenes que tener un solo trabajo. Hay que trabajar doble.

 

¿Nunca buscó un trabajo de periodista?

Sí, últimamente ya estaba trabajando en medios de comunicación, pero allá los medios de comunicación te piden muchos requisitos y el primer obstáculo es el inglés. Cuando uno se dedica a trabajar el inglés que uno aprende es el de la calle, y para uno que se va mayor de edad el inglés es un poco difícil aprenderlo a cabalidad.

 

Entiendo que sus hijos también recibieron amenazas y debieron irse del país también…

Ellos se fueron hace cinco años, los mandé atraer también porque me los estaban amenazando, estaban llegando cartas anónimas a la casa, incluso mi hija, que estaba estudiando la licenciatura en enfermería, fue golpeada por un pandillero. Eso me desesperó más y tuve que endeudarme para mandarlos a traer.

 

Usted y su familia recibieron amenazas y recién asesinaron al camarógrafo Samuel Rivas ¿cómo se recibe este tipo de noticias?

Es lamentable la muerte del compañero y creo que las autoridades tienen que enfocarse un poco más en la situación del país.

Está de nuevo en el país que la vio nacer ¿vuelve al periodismo también?

Sí, vuelvo al periodismo, es mi rama y no se me olvida.

 

¿Qué le motivó a ser periodista, porqué escogió esta carrera?

Fíjate que yo fui muy curiosa desde muy pequeña. Recuerdo que cuando tenía como unos siete años le quebré un radio a mi Papá queriendo ver quien era la persona que estaba dentro y hablaba jajaja. Me castigaron por curiosa. En la escuela también me incluía mucho en las actividades. Siempre me gustó estar frente a un micrófono rezando la oración a la bandera o recitando algún poema. Como a los 15 años llegué a la Radio Chaparrastique y ahí comencé. Luego trabaje en la radio Cristal, en la radio Llanera y una radio que se llamaba la Más Arrecha como locutora. Después en la radio Chaparrastique, don Guadalupe Sorto me dio trabajo en el noticiero. Luego entré a El Diario de Hoy. En el Diario de Hoy comencé haciendo fotos y después me dieron la oportunidad de hacer las fotos y la redacción.

 

¿Estudió Periodismo o lo practica de forma empírica?

Estudié. La APES nos dio la oportunidad de estudiar un técnico de dos años en la Universidad Nacional y eso fue lo que yo aproveché para prepararme.

 

¿Cómo era de niña, de adolescente; era extrovertida noviera?

No, yo tuve mi primer novio hasta los 19 años porque mi Mamá fue muy impulsiva con nosotros. Nos castigaba por nada y yo le tenía miedo. Una vez, cuando tenía como 16 años, yo solamente venía platicando con un muchacho, alguien le fue a decir que yo venía con un novio y desde que entré a la colonia comenzó a pegarme como que era piñata,  me pegó con un lazo mojado hasta llegar a la casa. En la casa me hincó y siguió dándome. Una vez porque me le corrí me colgó y me dio fuego en los pies jajaja. En mi mente todavía esta ese trauma. Cuando murió mi Papá en 1988 yo me fui a vivir con uno de mis hermanos de parte de papá y el me dio el estudio de bachillerato. Mis otros hermanos se fueron al cuartel. La verdad es que yo tuve una niñez bastante difícil. En mi niñez nunca supe que era jugar con una muñeca porque desde los ocho años echaba tortillas y hacía comida para mis hermanos porque todos eran varones y yo era la única hembra. Cuando llegué a los 22 años decidí acompañarme para llevar una vida diferente, pero fue casi igual.

 

¿Le fue mal?

Sí porque nos separamos cuando mi hijo que ahora tiene 22 años, tenía seis meses de nacido y nunca recibí un cinco de él (papá).

 

Me contaba que vuelve al periodismo y que ya tiene trabajo ¿ya no hay temor a las amenazas del pasado?

Fíjate que el temor siempre existe. Siento temor, pero a la vez siento satisfacción porque ya estoy en mi país y voy a trabajar en lo que a mí me gusta.