Clary Castro de Ayala, cuando la pasión y la profesión se juntan

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El apoyo de la familia para ella ha sido fundamental, cuando habla de ellos su voz se rompe y sus lágrimas ruedan al reconocer  que si no hubiese sido por sus sacrificios ella no hubiese llegado donde está.

Por Lenny Castro

Mi nombre es complicado, es como una abreviatura de El Salvador. Salvy…es el primero y el segundo nombre es tan complejo como yo Claryevelyn Castro de Ayala».

La mujer que me hizo esa presentación no es otra más que la periodista, conocida como, Clary Castro. Connacional que actualmente reside en Los Ángeles, California y quien con su trabajo se ha hecho de un lugar en el área de espectáculos del periódico La Opinión.

Nacida el 6 de agosto de 1984, el mismo día que se celebra en nuestro país al Divino Salvador del Mundo y casualmente el mismo día que nació su abuela paterna; de ahí que su nombre es una mezcla en honor al santo patrono, a la abuela y a la madre.

Clary, es una fuerza de la naturaleza, un huracán que te contagia con su optimismo y con sus enormes deseos de comerse el mundo. Cuando tuve el gusto de hablar con ella, nuestra entrevista se volvió en una charla amena y marcada por la risa y el buen humor.

Me relató un poco de su vida y cómo llegó a trabajar en uno de los medios de comunicación de habla hispana más grande de los Estados Unidos y el segundo más leído en Los Ángeles (después de The Los Angeles Times). También me habló sobre cómo ve a El salvador desde su perspectiva de comunicadora y salvadoreña enamorada de su país.

¿Cómo fueron sus inicios?

Después de graduarse de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad José Simeón Cañas (UCA), sin un trabajo o práctica fija se aventura a solicitar un puesto en un reconocido rotativo nacional, ubicado en la Colonia Santa Elena. No sin antes haber enviando su hoja de vida a muchos lugares y conocidos.

Fue uno de esos conocidos quien le comentó que el medio buscaba una periodista para la sección de espectáculos, algo que a ella le venía como anillo al dedo, ya que desde muy chica tenía una afición al mundo de las estrellas de telenovela y entre éste a géneros que ni si quiera se habían explotado en El Salvador provenientes de Chile, México, Brasil, Turquía y Corea, entre otras.

Es así como recién graduada comienza su carrera en la sección de espectáculos, jamás imaginó que su inclinación iba a ser el detonante de una carrera que traspasaría fronteras. Especialmente porque sus amigos de la universidad se burlaban de ella y aseguraban que jamás viviría o haría una carrera hablando del mundo de los famosos.

El tiempo le ha dado una gran lección, le ha enseñado a nunca rendirse, «sé que tengo un buen olfato y que tengo talento, de lo contrario no hubiera durado tanto en esto», comentó.

El momento de partir

Con mucha tristeza me contó cuales fueron las razones que la llevaron a migrar de su querido El Salvador, una mezcla  de causas personales y externas, entre la principal el tema de inseguridad que se vive en el país.

La partida fue un argumento constante sobre la mesa entre ella y su esposo, quién gracias a los azares del destino tuvo la suerte de contar con la ciudadanía norteamericana, sin embargo no era una decisión fácil, ya que eso significaba un desarraigo familiar.

Después de mucho dialogo y con la firme convicción de que debían aprovechar su situación, buscar un mejor futuro y sentirse más tranquilos, aunque les tocara empezar de cero, al final tomaron la decisión de partir.

Su esposo abrió camino y preparó condiciones tiempo antes y ella se reunió con él en 2015 «Yo en ese momento estaba muy bien, era la jefa de prensa de una diputada allá en El Salvador, ya estaba ejerciendo el otro lado de mi profesión que siempre había soñado», cuenta con nostalgia Clary.

Pero grandes decisiones, requieren grandes sacrificios y el precio personal es a veces necesario, pero era una decisión de pareja. Aunque la periodista acepta que el ascenso en su carrera siempre ha sido rápido, no siempre ha sido fácil o de color de rosa.

Cuando llegó a Estados Unidos buscó oportunidades en su área, pero no llegaron inmediatamente, de ahí que tuvo que trabajar por un tiempo en un bufete de abogados como asistente; sin embargo nunca apartó sus ojos del objetivo y seguía buscando en su área.

Fue así como hablando con un amigo, meses después de su llegada, se da cuenta que La Opinión había publicado un anuncio en la red «Linkedin» en busca de un periodista.

Sin sentirse intimidada y sin tener ningún contacto o recomendación, se puso manos a la obra para hacer llegar su hoja de vida a la persona encargada, al final fue a través de un mensaje privado de Facebook que logró contactar con la persona.

Al narrar esta anécdota se ríe, recordando el porqué tuvo que emplear técnicas de rastreo para contactar con la persona encargada de seleccionar los perfiles.

Finalmente la contactaron y fue a la entrevista pero no llegaron a concretar su contratación debido a temas de logística, pero la puerta quedó abierta, ella continuó con su trabajo en el bufete y tiempo después la volvieron a contactar y en esta ocasión regresó al ruedo periodístico y siempre a espectáculos.

Ella asegura que todos sus logros han sido alcanzados con una mezcla de perseverancia y fe, todo ha sido dado por obra divina, “fue la mano de Dios, yo soy católica y sé que fue gracias a Él y a la Virgencita de Guadalupe”, aclara al referirse a su último trabajo.

Actitud y la familia son la clave

Cuando se le pregunta si ha sido difícil abrirse campo y forjarse un futuro en tierra norteamericana, contesta que desde que entró a este país se ha encontrado muchas personas buenas que la han tratado con mucho cariño y sabe que para abrirse campo es cuestión de actitud.

Su personalidad ha sido la clave y por supuesto ha puesto en práctica cada día lo aprendido en casa donde la educaron para afrontar la vida con la vista en alto y sin sentirse menos o más. “Nunca he buscado un trato especial… mi papá y mi mamá me educaron bien y cada día trato ser digna hija de ellos con mi actitud”, afirmó.

Lo que sí ha requerido más trabajo es el perfeccionamiento del inglés, aunque lo aprendió de forma empírica desde muy joven, ha sido un escaño duro a vencer pero continúa trabajando cada día en mejorarlo. Empero, asegura que lo que realmente le cuesta superar es la separación de sus seres amados a quienes recuerda a diario y por quienes aún siente un dolor en su corazón.

“Hablo con ellos a diario y los veo por Whatsapp y me duele no estar allá. Agradezco la compañía de mi esposo y nos amamos pero los extraño” explica Clary quien también hace énfasis en el hecho que para ella El Salvador es y seguirá siendo su país siempre porque acá están sus amores.

A pesar de todo lo que está pasando a nivel político acá y allá su amor por el país no cambia, aunque lamenta que el tema de falta de seguridad y oportunidades laborales sean la causa de que muchos al igual que ella busquen fuera de sus fronteras un futuro.

El apoyo de la familia para ella ha sido fundamental, cuando habla de ellos su voz se rompe y sus lágrimas ruedan al reconocer  que si no hubiese sido por sus sacrificios ella no hubiese llegado hasta donde está.

Reconoce que se los debe todo. “Somos una familia de clase media y cuando ellos me decían: no podés dejar una materia en la universidad porque te la estamos pagando con esfuerzo, vamos a comer solo frijoles, pan y queso por un tiempo, pero vos vas a ir a la universidad”… “Yo sé lo que se siente y sé como esas enseñanzas pesan, por eso me duele ahora tener cosas… y que mi mamá, mi papá, mi hermana y mis sobrinos no estén conmigo”.

Cuenta que con el tiempo ha ido conformándose pero no ha sido fácil, sus padres han sido su piedra angular siempre y la distancia es dura pero por ello sabe que no se puede rendir.

¿Qué hay en el futuro?

Muchos planes, siempre se está preguntando qué es lo que viene inmediatamente, no quita el dedo del reglón para explorar otras facetas de su carrera y de la mano con su profesión está escribiendo novelas y publicando en un sitio web.

En 10 años se ve feliz, con amor, muchas canas y un bebé, porque sabe que esta es la parte de la vida que complementa la felicidad.

Entre sus decisiones a futuro, no se visualiza retornando a El Salvador a vivir, cree que lo que la aleja del país es la inseguridad y esto la llena de tristeza, ya que ese tema es primordial.

“Mi país es un país muy bonito, es precioso y la gente es linda, la comida es divina, el salvadoreño es cariñoso y buena gente (exceptuando a algunos) y me duele como están las cosas actualmente”.

En cuanto al Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) y sobre la posibilidad de que miles de compatriotas regresen a El Salvador, desde su óptica de periodista no cree que el país esté preparado para recibir a tantos, pero también sabe que el salvadoreño no va regresar por la situación política y económica del país. Sabe que sus connacionales reaccionarán y tomaran cartas en el asunto.

Clary, es reflejo de la lucha que los compatriotas dan cuando quieren lograr algo y para ella el cambio es solo sinónimo de oportunidad.