Juan Carlos Vargas, médico y judoca: “Mi deporte y mi diversión era comer pan dulce y ver televisión”

Juan Carlos Vargas, médico y judoca | Foto cortesía

Por Santiago Leiva

Cuando el Dr. Juan Carlos Vargas bajó de su automóvil el ritmo cardíaco de mi corazón volvió a la normalidad. Le había tenido en punto de mira desde el lunes y la semana se me había envejecido. Logré ponerlo frente a mi grabadora la noche del jueves, pero la espera valió la pena.

Esa noche la platicadita no solo fue con el laureado excampeón de judo o con el médico experto en medicina deportiva si no una serie de personajes que toman posesión de la voz del Dr. Juan Carlos Vargas. Este galeno de profesión, que representó al judo salvadoreño en tres Juegos Olímpicos y que se colgó medallas en juegos centroamericanos y panamericanos,  es conocido en el plano deportivo, por sus ojos verdes, como el “Dr. Gato”, pero en El Salvador cientos de niños se han educado y han recibido los consejos  del profesor japonés “Yoteduco Todito”, del francés “Mesie yaestudie” del brasileño Rodando Alegría Do Nacimento o del “Toro Paco”, y otros personajes que el Dr. Vargas encarnó por varios años en el programa Dinastía Juego Limpio que se transmitía en Radio UPA.

“Originalmente la idea de Dinastía Juego Limpio era prevenir el dopaje en el deporte, pero con la obligatoriedad que me pusieron de cambiarle el nombre, vi una oportunidad porque al hablar del juego limpio estamos hablando de todo. De jugarle limpio a mi cuerpo, a mi familia, a la naturaleza, a la sociedad,  a la escuela, a todo”, dice el Dr. Vargas.

Lastimosamente este programa que se llevó a diferentes escuelas deportivas y educativas salió del aire hace casi dos años, pues la UNESCO únicamente lo financió por un año y luego asumió los costos la radio durante tres años. “Ese programa en realidad nos dio muchas satisfacciones y esperamos volverlo a hacer pronto”, confía el Dr Vargas.

Empero mientras eso llega, el “Dr. Gato” sigue ejecutando sus otras pasiones, practica judo, atiende la salud a los atletas, toma fotografías y dedica tiempo a escribir poesía. “Quiero hacer un libro de medicina en deporte, uno de judo y uno de lo que yo escribo”, revela. También entre sus preferencias tiene por deber aprender magia y ser un hábil payaso, le gustaría también ser un elegante mesero. Eso sí, la política no le gusta porque es “sucia” y no va con él. Sin lugar a dudas este sexto dan en judo tiene vocación de servicio, y esta semana el Dr. Vargas y sus personajes navegaran por las páginas de El Metropolitano Digital.

¿Qué palabras y acciones no forma parte de su léxico deportivo, ni de vida?

Las malas palabras. La trampa, lo sucio.

 

Le gusta el juego limpio, entiendo que tiene un programa radial que así se llama…

Sí, el programa se llamaba Dinastía Juego Limpio. La idea dinastía Juego Limpio nació hace un montón de años. El proyecto ya escrito estuvo guardado como diez años y yo lo estuve proponiendo en muchos lugares para que se ejecutara, pero unos lo elogiaban y otros me decían que no lo entendían. Al final si lo pudimos realizar.

Dinastía Juego Limpio nació en realidad con otro nombre. El nombre original era Club Dorado porque la intención era prevenir el uso de sustancias prohibidas en el deporte.  Las letras que forman DORADO querían decir Deportistas Olímpicos Anti Dopaje. Lo presenté en muchos lugares y nadie me paraba bola, pero durante la administración de Jaime Rodríguez en el INDES, él me preguntó si tenía un proyecto que mandar a la UNESCO, yo dije sí y lo enviamos. Pero antes le cambiamos el nombre porque alguien dijo ahí en el INDES que ese nombre no porque decía olímpico, así que le pusimos Dinastía Juego Limpio que en realidad es un nombre que le daba sentido también.

Entonces originalmente la idea era prevenir el dopaje en el deporte, pero con la obligatoriedad que me pusieron de cambiarle el nombre, vi una oportunidad porque al hablar del Juego Limpio estamos hablando de todo. De jugarle limpio a mi cuerpo, a mi familia, a la naturaleza, a la sociedad, a la escuela. Entonces se envió este proyecto a la UNESCO, la UNESCO lo aprobó y vino el financiamiento con el cual se pudo iniciar.

 

¿Qué incluye Juego Limpio?

Juego Limpio tiene dos componentes, los dos me gustan, pero el de la Radio tiene una magia especial. A mí me encanta la radio, nunca había hecho radio, y no puedo decir que he hecho radio sino que me han  soportado jajaja. Entonces como le decía el proyecto tiene dos componentes, el presencial que consiste en que llegamos donde los niños de escuelas deportivas o escuelas académicas y les explicamos a los niños que es una dinastía y que es juego limpio, les invita a ser parte de Dinastía Juego Limpio y cuando aceptan les extendemos un pasaporte que se lo llenamos con sus datos personales.

Luego se les pide que definan tres virtudes. Ahí me he encontrado con sorpresas, unas agradables porque los niños responden rápidamente y otras que me asustan porque no saben que decir. Hay niños que dicen: yo le ayudo a mi mamá en la casa, hago las tareas y veo televisión, pero también hay casos donde los niños no saben que decir. Les pedimos que nos digan una cosa buena de ellos y nos dicen: es que no tengo, esa parte asusta, pero le metemos cucharaditas. Esa parte es bonita porque cuando el niño no sabe que decir le ayudamos a descubrir que tiene cosas buenas. Esto cuando lo hemos hecho con adultos hemos tenido más problemas, los adultos no saben que decir. En esas visitas hacemos juegos. Hacemos juegos que están diseñados para hacer trampa, para que el niño decida si hacer trampa y ganar fácil o hacer lo correcto y esforzarse. Se educa en ese sentido.

 

¿En la radio cómo es?

El programa de radio es como un soporte. En realidad nos dio muchas satisfacciones y esperamos volverlo a hacer pronto. Ese programa fue creciendo en personajes, yo me llamo Juan Carlos Vargas, pero el personaje en la radio con la voz que tengo es el “Dr Gato” porque “Gato” es mi apodo y muchos atletas me conocen como el “Dr Gato”.

 

En la radio también es el “Dr Gato”…

Sí, antes era Papá Elefante.

 

¿Cómo pasó de elefante a gato?

¿Por qué era el Papá Elefante?, porque Juan Carlos mi hijo mayor, que ahora tiene 25 años, de pequeñito yo le ponía la música de Cri-Cri y la canción Papá Elefante, y hacíamos los gestos él y yo porque era el elefante con el elefantito, y él me decía Papá Elefante. Entonces yo ponía la Radio UPA a mis hijos y nos hicimos amigos con el Tío Lobo por teléfono. Él preguntaba ¿quién habla? , yo le decía Papá Elefante y le hacía como elefante y el me respondía con un aullido. Así nos empezamos a hacer amigos, pasamos años que nos conocíamos solo por teléfono. Con él tiempo él me pedía que diera un saludo para los niños y eso me fue incrementando el deseo de hacer radio. Por eso es que elegí la UPA para hacer el proyecto, y fue con el Tío Lobo  que le dimos forma. Entonces es así como aparece Dinastía Juego Limpio en la radio, y es el “Dr Gato” quien dirige a todos personajes que nacieron de ahí.

 

Ósea que dio vida a varios personajes

Sí, hay varios.

 

¿Usted los interpreta?

La mayoría. Originalmente eran “Julimpio Buenido” y su hermanita “Valoria Buenido”. Familia Buenido, valores y juego limpio.  “Julimpio” lo hacía Marcelo  mi hijo que ahora tiene 16 años. La voz de “Valoria” la hacía Jiména mi sobrina. Ellos interactuaban con sus dos amiguitos, “Trucuberto Marufia” y “Trampicio Jarana”. Gaby mi otra sobrina hacía la voz de “Trucuberto”, y yo hacía la voz de “Trampicio”. Luego aparece una profesora de aula: la señorita “Edugenia” que la hace mi sobrina Eugenia.

 

¿Quién escribía los libretos?

Yo escribía las historias. Eran historias de las cosas cotidianas que los niños viven. Por ejemplo  la historia de dos niños picaros que se encuentran un libro nuevo tirado y se quieren quedar con él, pero los otros dos niños dicen que hay que devolverlo.

Teníamos todos esos personajes, pero faltaba un personaje ahí que engranara todo y debía estar relacionado con deportes.  Entonces como yo hago judo desde hace 46 años ese personaje tenía que ser un judoca  y tenía que ser japonés. Es así como surge el profesor “Yoteduco Todito”. Él dice: yo vengo de Japón y mi misión como maestro de educación física es enseñar a niño salvadoreño a viví correctamente usando bien mente y cuerpo para ser sano y feliz, y aprender a vivir en paz. Luego surge otro personaje, “Mesie yaestudie”,  y como “Yastudie” dice: yo tengo el pan del saber y el pan del saber se reparte gratis…más adelante surge el personaje más alegre de todos. Él habla así: yo no hablo yo falo, sou do Brasil, ando en silla de rueda mais mi nombre es Rodando Alegría Do Nacimento.  A gente pregunta y Rodando porque sempre e alegre si no puede usar las piernas… Ese Rodando es alegre pone a bailar al Lobo y lo lindo es que la gente se imagina todo lo que escucha. Hay otro personaje que creo que es el más popular y que ya existía en mi casa: El “Toro Paco”. Él se presenta así: Yo soy Paco, soy un toro español, mi madre nació en Vacaluña, no aparece en el mapa, pero yo sé que nació en Vacaluña y mi padre nació en Toroledo, claro viniendo de mi padres que uno nació en una ciudad linda y el otro en una ciudad hermosa pues hombre (tio) nací yo, bello, lindo, y no lo digo yo, lo dicen miles de gente he. Entonces “Paco” es un toro fanfarrón, pero es bueno y simpático. A mí me llamaba la atención que adultos llamaban al programa para que el toro lo saludara.

A ver cuénteme como ha conseguido imitar con exactitud esos acentos (japónes, francés, portuñol, español ibérico)…

Espere, le terminaré de presentar a mis personajes, porque faltó yo: “El Tata Nacho”. Él dice así: yo tengo 96 años, yo nací en el cantón y vivo en el cantón, la gente me pregunta cómo se llama el cantón donde usted vive y yo les digo cantón el cantón, esto quiere decir que soy de cualquier cantón de El Salvador. Él siempre anda cargando a su esposa Cruz. Ese personaje  es como un homenaje al anciano campesino, hablar así no es burla ni nada de eso. Ellos son los encargados de leer “Cuentos de Cipotes” porque hemos encontrado la buena lectura como una herramienta para implementar el juego limpio. El último es “Librando”. Este dice: la gente me pregunta porque me llamó “Librando”, que porque me llamó “Librando” porque los libros te sacamos de los dos grandes males que aquejan a la humanidad: la ignorancia y el miedo.

 

¿Cómo consigue llegar a los acentos con cada uno de sus personajes?

Fíjese que eso es gracioso porque a veces que he hablado como “Mesie Yaestudie” y la persona entrevistada sabe francés  y me habla en francés. Como yo no sé hablar francés, entonces “Mesie” dice en su acento: prefiero hablar español para que toda la audiencia entienda jajaja. Yo no sé nada del francés, y el japonés solo algunas palabritas técnicas del judo. Yo creo que mis papás tuvieron mucho que ver en esto, mi papá era un gran lector, era médico también,  y mi mamá era creativa. Ella se vestía de payaso para nosotros en la casa. Mi mamá nos leía los cuentos imitando voces y haciendo entonaciones y yo también a mis hijos así se los he leído. La lingüística clasifica a las personas en tres: auditivos, visuales y táctiles, y yo creo que soy auditivo. Yo le doy mucha importancia al oído. De pequeño yo veía la televisión, como todo niño, y me encantaba la serie de Hanna Barbera porque las voces de los personajes eran voces con acentos de diferentes lugares.

 

¿Le gusta imitar acentos de diferentes personajes de caricatura?

Sí me gusta, se acuerda usted de “Tiro Loco McGraw”. Tiro Loco es un gringo hablando español. Eso me gustaba (imitarlo), pero hay acentos que no me salen como por ejemplo el colombiano.

 

¿Cuántos acentos practica?

Es que no los he practicado, al menos no conscientemente jajaja, pero me salen el cubano, el argentino también.

 

¿Hace cuánto está el programa fuera del aire?

Lo hicimos durante cuatro años. Dos años vamos  a tener de no hacerlo, pero con el Tío Lobo compartimos muchos sueños, sueños que sabemos no nos van a dar dinero, pero sí satisfacciones y vamos a ayudar a mucha gente. Soñamos con una ONG que se llame Dinastía Juego Limpio y tener gente contratada para que ande por todo el país difundiendo la cultura del Juego Limpio.

 

¿Usted de chiquito jugaba limpio o era de esos niños malías?

La gente que me conoce cree que yo era de los niños que se portaba muy mal, y no. Yo era bien tímido, no era y soy bien tímido jajaja.

 

¡Tímido usted!

Sí, soy bien tímido. Sí en realidad yo soy tímido. De niño yo era bien calladito. Yo empecé a hacer deporte porque mi papá me motivó. Yo empecé a hacer judo a los diez años, antes no hacía nada. Mi deporte y mi diversión eran comer pan dulce y ver televisión, y lo hacía muy bien.

Jorge mi hermano que es dos años mayor, jugaba basquetbol, fútbol, nadaba, corría. Era un zurdo habilidoso y yo el comelón de pan dulce. Un día sin embargo mi papá me preguntó ¿querés ir a judo?, le dije que sí, pero yo no sabía que era judo. Eso fue hace 44 años y sigo ahí.

Entonces empecé a ir a judo y me encantó porque era un deporte diferente. Además coincide con algo interesante, ahí por 1975-1976 surge la película Star Wars episodio cuatro y yo en mi ilusión de niño relacioné judo y jedi. El traje de Luke era blanco manga larga, traslapado y sin botones al igual que los judoguis. La figura del maestro y mi maestro, el que enseñaba a pelear y a llevar la paz. Mi maestro me decía que los judocas éramos samurái modernos y que la misión del judoca era mantener la paz y la misión de los jedis era mantener la paz en la Galaxia, años después escuchando a (George) Lucas (supe) que él se basó mucho en la cultura japonesa…

¿Por qué la gente cree que usted quizá era malía de niño?

Porque hablo mucho, porque hago bromas, pero no. Yo era el “dundo”. Quizá mi infancia la estoy viviendo ahora jajaja.

 

¿Encontró su pasión en el judo?

En el judo encontré una forma de vida. Yo empecé a hacer judo con el profesor Eduardo Roque en un gimnasio particular. En mis primeros cinco años de judo, yo no competí, yo no sabía que se competía, solo lo hacía porque me gustaba, porque era bonito y porque el profesor tenía una magia que nos cautivaba.

 

¿Lo usó en la calle o en la escuela alguna vez?

Eso me preguntan que si he usado el judo en la calle y yo digo sí, pero nunca he peleado.

 

¿Qué le ha dado el judo a usted a lo largo de estos 44 años?

En parte deportiva yo fui 18 años campeón nacional, de esos 14 fui campeón centroamericano. Tengo medallas Panamericanas, Panamericanas y del Caribe. Clasifiqué y asistí a tres Juegos Olímpicos. En el de  Los Ángeles 84 que quedé en el puesto 11, Barcelona 92 que quedé en el puesto 12, y me pude dar el lujo de retirarme en unos Juegos Olímpicos que fueron los de Atlanta 96 donde quedé en el lugar 23.  El judo en realidad es un método de educación física, mental y espiritual, y me encanta lo deportivo, pero al final uno se da cuenta que ha aprendido judo no para pelear, sino que aprendemos a pelear judo para vivir en paz.

 

Entiendo que se le frustró la asistencia a unos Juegos Olímpicos…

Ese fue al que no fui. Yo en realidad clasifiqué a cuatro Juegos Olímpicos. Fui a los Ángeles 84, Barcelona 92 y Atlanta 96, pero yo clasifiqué también a Seúl 88. Eso de no ir fue algo bien bonito también.

 

¿Cómo?, pero si el sueño de un atleta es ir a Olímpico…

Pero las circunstancias justificaron todo. Lo que pasó es que estábamos en 1988, en plena guerra en El Salvador y no había dinero. Esa vez habíamos clasificado dos, Fredy Torres y yo, pero solo se podía mandar a uno. Entonces el profesor Mauricio Sandoval me dijo que solo iba a ir uno, y que él quería que fuera Fredy.  Estábamos en tiempo de guerra y Fredy estaba en el sindicato del Seguro Social. Era señalado como izquierdista, revoltoso, lo habían metido preso ya,  se le había podido sacar, era perseguido y se le atribuían cosas que no había hecho nunca. Entonces mi profesor me dijo: yo prefiero que vaya Fredy, que compita y que se quede fuera del país, yo dije que estaba bien porque era mi amigo y valía más su vida que mi intención de ir.

 

Usted nació en San Martín, su papá era un profesional e imagino que no vivió mucho la pobreza ¿cómo fue su niñez?

Fue bien bonita porque fue equilibrada. Yo en San Martín tenía mis amigos y nuestra diversión era ir a montear los sábados por la tarde. Nos íbamos a caminar desde San Martín al lago.

 

¿Iban al cerro de Guazapa?

No. Estaba muy lejos. Éramos un grupo de 12 0 15 bichos locos, nos íbamos a caminar y solo llevábamos una matata, un cuchillo para pelar las naranjas que nos robábamos y un radio “Televox”.

 

¿Eran hondilleros, mata pájaros?

No. Alguno andaba de vez en cuando, pero no era lo nuestro. En San Martín yo convivía allá con mis amigos que vivían en champas, en zonas marginales, gente de pueblo, y en el colegio yo convivía con Miguel Simán, con Juan José Dabou, esos eran mis amigos (en el colegio). A mí me costaba entender la pugna entre clases. Había gente muy buena en ambos lados y también otros que no, en ambos lados.

 

¿Prefería las chicas de San Martín o las del colegio?

Como yo era bien tímido me casé con mi primera novia, y yo también fui su primer novio. Fue un noviazgo que duró diez años y ya vamos a cumplir 28 de casados.

 

¿No era hombre de fiestas, de bailes?

Nada de eso. Los amigos de San Martín me invitaban a bailes. Yo me acuerdo que fui a una fiesta aquí en San Salvador casi obligado por mis hermanas. Tenía como 14 o 15 años y todos querían bailar con María Elena Rodríguez que había sido reina del colegio y ella me llegó a sacar a mí, ¿Por qué? porque era el “dundo” jajaja, porque era el inofensivo.

 

¿Nunca se vio tocado a meterse en algún bando durante la guerra?

Como no, como no. La guerrilla aprovechaba esa natural ansia de justicia y entonces habían amigos que me invitaban y estaba tentado. Yo vivía en San Martín y veía pasar los camiones cargados de muertos de las matanzas que hacía la Guardia Nacional.  Yo veía eso y decía hay una causa para la lucha, pero mi misión era mantener la paz en la Galaxia jajaja. Creo que yo habría sido un buen combatiente en cualquiera de los dos lados, pero no es la violencia la que me llama.

 

¿Cuándo descubrió el gusto por la radio no le llamó la atención de estudiar comunicaciones?

Como no, si yo quisiera hacer un montón de cosas. Yo me visto de payaso también, mi nombre de payaso es “Tololo”.  “Tololo” surgió por una necesidad, nació porque allá en San Martín las vías infantiles querían celebrar la fiesta a los niños y no tenían payaso. Entonces como mi mamá se vestía de payaso le dije que me prestara su traje y ahí surgió “Tololo”.

¿Tololo va solo a fiestas sociales o le invitan a fiesta privadas por un salario?

Me han invitado a fiestas de amigos, pero el pago estar ahí. Yo no soy payaso, pero está “Tololo” y quisiera aprender a ser payaso, quisiera aprender trucos de magia. Me encantaría también ser mesero y servir Me gustaría ser un mesero elegante. Yo creo en el fondo yo soy un servidor.

 

¿Pero no quiere ser diputado jajaja?

Me han buscado varias veces para ser candidato a alcalde de mi pueblo. Y yo les digo me encanta la idea de servir y me encantaría servir a mi pueblo, pero la política no me gusta porque es sucia. Una vez me buscaron los de ARENA y los del Frente y les dije: miren ya me buscaron los de ARENA y ahora ustedes, pónganse de acuerdo y soy el candidato de los dos. Así no hay elección; no quisieron jajaja. No en serio me encanta la idea de servir, pero la política está muy viciada.

 

¿Tiene usted la profesión deseada,  escogió el deporte ideal?

No me equivoque. En algún momento he hecho la broma que si yo hubiera sido futbolista y hubiera sido tan bueno como fui en el judo hubiera tenido dinero, y que si hubiera decidido ser cirujano en vez de médico del deporte habría tenido dinero. Lo digo en broma, yo soy feliz con lo que hago y se reciben un montón de satisfacciones. Yo trabajé cinco años con el padre Pepe en el Polígono Don Bosco en la zona de la Iberia. Mis pacientes eran prostitutas, mareros, ladrones y me gustaba mi trabajo ahí con ellos. Ahí en el polígono me pasó una anécdota. Dos veces el mismo señor llegó y me dijo: usted es buena onda con nosotros, mire, si alguien lo anda molestando dígamelo yo me lo echo. Usted no se ensucie las manos, ese es mi trabajo. Yo eso lo tomé como un acto de amistad, pensé si este hombre hubiera sido panadero me hubiera dicho aquí le traigo este pastel que le hice, si hubiera sido zapatero me hubiera dicho que si me arreglaba los zapatos, pero como él trabajaba de matar gente me ofrecía eso jajaja. Yo tuve que salir del Polígono con mucho dolor en mi corazón porque el Polígono estaba en problemas económicos, y pues surgió la oportunidad de ir al INDES a hacer medicina deportiva.

 

¿Cuál es su labor en el INDES?

En el INDES soy médico. Mi función es atender a los atletas en sus enfermedades comunes, asistir cuando me designan a la cobertura de eventos deportivos y acompañar en la parte médica a delegaciones.