Camilo Wuathion, payaso Nino: “En mi familia soy el único de edición limitada”

Foto El Metropolitano Digital

Por Santiago Leiva

A juzgar por su carisma cómico y su forma simpática de ver la vida; si Camilo se presentara en este escrito así mismo lo haría así: Hola chicos mi nombre es Enrique Camilo Roberto Wauathion y soy el Payaso Nino. ¿Por qué Nino? Porque ni 90 centímetros mido.

Camilo nació con displasias (enanismo) y mide 1.35 metros, pero afirma que su estatura pequeña, salvo el bulling de niño y joven, nunca le ha sido problema. Es más, su imagen y tamaño son aliados fuertes en su etapa de cómico. “De mi saco mucha comicidad. Me río de mí mismo y hago reír a la gente. Y la gente dice: si el mismo se hace pedazos para que lo vamos a hacer pedazos si no le va a calar”, explica.

Camilo o payaso Nino sacó lesiones claras de la etapa en la que sufrió bulling. “Si no puedes con el enemigo úneteles. El payaso es para hacer reír a la gente, no hacer pedazos uno a la gente. No es denigrar al payaso, pero hay muchos que se desenfocan y empiezan a agarrar de base a cualquiera”, dice. Este “pequeño gran hombre” se metió al ambiente artístico desde hace ocho años y en este tiempo se ha dedicado a llevar sana diversión a chicos y grandes. En época de navidad también se viste de duende y acompaña a Santa Claus a las diferentes presentaciones que tiene a lo largo del país. Su profesionalismo también le ha permitido participar en anuncios televisivos y su próximo sueño es incursionar en el teatro.

“Del teatro a mí me gusta el dramatismo que le ponen, pero a mí me gustaría (hacer) un teatro más cómico, más de risa” confiesa. Dentro de sus proyectos tiene la creación de una fundación para la gente pequeña en El Salvador pues considera que esta ofrecería una mejor oportunidad para que este tipo de personas tuviera más acceso al empleo. “No hay oportunidades de trabajo para nosotros porque la gente cree que no tenemos la capacidad como la puede tener otra persona”, sostiene. A lo largo de su vida, casi 48 años, Camilo se ha dedicado a diversas actividades y en la actualidad aparte de dar funciones artísticas se dedica a la reparación de teléfonos móviles. El payaso Nino es nuestro personaje de la semana.

¿Así que es diestro en reparar teléfonos?

Heee, claro. A groso modo, pero ahí vamos haciendo la lucha y aprendiendo cada día un poco más en la reparación de celulares.

 

No hay teléfono que se le resista jajaja…

Bien, hay unos complicados en los que tengo que pedir asesoría.

 

¿Cómo es que se vuelve experto en reparar teléfonos?

Surgió de la pura necesidad, y cuando uno se interesa en algo le va poniendo esmero. Gracias a un amigo empecé en la venta de teléfonos y luego metidiando, metidiando como decimos los salvadoreños fui aprendiendo y agarrando experiencia hasta tener el valor de decir yo puedo. Pero como en todo trabajo hay equivocaciones, errores. Reparando teléfonos ya se me han quebrado pantallas, se me han quebrado glass, se me han quebrado táctiles, pero así es como uno va agarrando experiencia, pagando el derecho de piso como decimos.

 

¿Ya pagó el derecho de piso?

Sí, gracias a Dios vamos saliendo de eso, ya lo pagué jajaja.

 

Es un metido pues jajaja…

Se puede decir que sí, es que el que no es metido no aprende. Hoy con la tecnología, cuando a uno le llevan un teléfono que es por primera vez que lo va a tocar uno se basa al Internet y ahí se va aprendiendo. Cuan veo que un teléfono se ve demasiado complicado mejor digo no.

 

¿Es suyo el negocio?

No. Estoy asociado con otro amigo. Yo estoy en cuestión de reparación, y la venta de accesorios la tiene él.

 

Entiendo que usted también es artista, es cómico…

Exacto, ahí estamos. Me gusta bastante el arte. Desde principios de la juventud me gustó fregar también porque mucho me fregaban a mí. Me fregaban mucho y como cualquiera uno se siente mal, pero escuché aquel refrán que dice: si no puedes con el enemigo únete, y así fue donde nació el fregar yo y me fui encariñando de los niños. Conocí a un gran amigo,“Pildorín”, y él me descubrió (como payaso) así que me fui con él y me puse el apodo del colegio: payaso “Nino”.

Lo fregaban ¿cómo lo fregaban, que le decían?

Me fregaban por mi estatura. En el colegio me decían “Pata de Cama”, “Mica de Biachi (bicicleta), “Cuña”. Usted se imaginará el sin fin de apodos que pueden haber por mi estatura. Mi estatura es de 1.35 metros y de ahí surgió el apodo Nino, y el payaso Nino gracias a “Pildorín”.

 

¿Cómo fue esa etapa cuando se da cuenta que no tendría estatura normal?

Mire esa fue una etapa bien difícil. Yo estudié mis primeros años en un colegio católico y ahí era bien estricto, no se conocían ni apodos ni nada, pero de repente el doctor recomendó que yo necesitaba un espacio más amplio donde yo pudiera desarrollar mis habilidades motoras. Así que entré al Miguel Cervantes a tercer grado y ahí fue un momento crítico porque allí era diferente cultura, había jóvenes de todo tipo. Allí empezó el bulling. Allí vine a conocer bastante de la vida, fue otra realidad.

 

¿Logró culminar sus estudios?

Sí terminamos el bachillerato gracias a Dios. No terminé la universidad porque empecé a trabajar y me gustó más el trabajo.

 

¿Qué bachillerato sacó?

Académico. Físico matemático, lo saqué en la nocturna.

 

¿Su baja estatura es hereditaria?

Fíjese que en mi familia por parte de mamá no hay nadie que tenga mi estatura, de la familia de mi padre nosotros somos del segundo matrimonio y de mis primeros hermanos nadie tiene mi estatura. Mi padre hablaba que no había nadie en su familia de estatura corta, pero bueno Dios así lo quiso y aquí estoy.

 

¿Camilo, su niñez cómo fue?

¿Mi niñez? Fue difícil porque como todo niño sufrí bulling, pero gracias a Dios pude superar todo eso con la ayuda de amigos y con la ayuda de mi madre. Yo perdí a mi padre cuando tenía ocho años, así que mi madre fue madre y padre a la vez y ella fue la que nos sacó adelante. Gracias a Dios todavía la tengo conmigo. Yo creo que mi niñez fue de lo mejor porque aprendí bastante de la vida.

 

¿A qué jugaba?, imagino habían juegos que se le dificultaban por su baja estatura…

No, no, gracias a Dios no. Yo jugaba fútbol y béisbol. Estábamos los del pasaje uno y los del pasaje dos. En mi pasaje casi todos teníamos bicicletas y nos juntábamos como 30 y hacíamos retos en carreras de bicicletas, retos de fútbol entre los dos pasajes, de béisbol igual. Algunos de los compañeros estudiaban en el Liceo Salvadoreño y hacíamos retos con los del pasaje dos y nos íbamos a las canchas del Liceo Salvadoreño los sábados. Fue una infancia bastante bonita, jugábamos también escondelero y guerra de silbadores. Gracias a Dios yo me pude enrolar bien con todos mis amigos, aunque siempre en toda juventud siempre había alguien que era el que les pegaba a todos, el que más lo fregaba a uno.

 

Hay algo que no me quedó claro, usted se metió a ser payaso para molestar explíqueme…

Eso ya fue en mi adultez que me gustó lo de payaso. Tengo como ocho años de estar en este ámbito artístico. Ya pronto primero Dios voy a hacer teatro. Es uno de mis retos que tengo y que espero alcanzar. Mi reto más grande es fundar una asociación de gente pequeña en El Salvador.

 

¿Cómo fue Camilo de joven, fue noviero, tuvo chicas de estatura normal?

Los noviazgos fueron como los de todo joven, rechazado, aceptado. Tuve noviazgos normales, aunque sí tuve dificultades para el sí jajaja.

¿Buscaba chicas de su estatura?

Buscaba de estatura normal, no le vi impedimento para que no anduvieran conmigo. Yo siempre dije que el que no arriesga no gana. Así que fui bien noviero.

 

¿Se casó?

No. Soy soltero. Vivo con mi madre como le cuento.

 

¿Tiene hijos?

No, no. Me supe cuidar en ese aspecto jajaja.

 

¿Anduvo alguna vez con alguien de su estatura?

¿De talla baja? No

 

¿Por qué, nunca conoció a nadie?

Conocí a alguien así, la cual es una gran amiga y todavía nos hablamos y todo. Ella se casó con una persona pequeña. Yo no tuve eso de conocer más gente pequeña hasta hace unos años atrás conocí un clan de amigos pequeños.

 

¿Cómo los conoció?

Para un comercial de televisión me llaman y me dicen:  Camilo necesitamos gente como usted, de estatura baja, ¿cuántos puede conseguir? Pude conseguir las cinco personas que les había dicho, los llevé al comercial y les gustó como trabajamos. Luego me dicen: mire Camilo queremos seguir trabajando con ustedes porque viene una segunda parte del comercial, pero necesitamos que consiga unos, 20, 18 o 15 personas más. Tomé el reto y empecé en las redes sociales preguntando con mis amigos quien conocía gente pequeña, así reuní la gente. Esa vez platicamos, convivimos, entre ellos estaba una mujer pequeña y su hijo también pequeño. Hablando con ellos les escuché mucho decir que el trabajo se nos hace difícil acá. Acá hay una ley de discapacitado, pero nosotros no entramos en ella.

 

Es que ustedes no son personas discapacitadas…

Correcto, pero no hay oportunidades de trabajo para nosotros. Entonces al escuchar las inquietudes de todos ellos surgió la idea de tomar acciones al caso. Ya fuimos al Ministerio de Gobernación a pedir los estatutos a ver las bases para hacer una fundación que se llamaría Gente Pequeña de El Salvador. En Guatemala ya hay una Fundación Gente Pequeña de Guatemala. En México Cabezas al Cielo, y no me ha cuerdo en que otro país de Centroamérica hay otra. Yo he visto los estatutos de ellos, sus objetivos y propósitos. Estoy pronto a fundar la directiva y presentar el proyecto a Gobernación.

 

Los anuncios que hicieron eran de televisión…

Sí, de televisión.

 

¿Qué hicieron, cuál fue su papel?

Trabajamos para una telefonía de acá. Nosotros éramos App, de aplicaciones de teléfonos inteligentes. Nos vestimos unos de Whatsapp, Facebook, Twitter…salíamos corriendo y platicábamos como App de cómo nos exigía la gente a nosotros.

 

¿Realmente les es difícil conseguir trabajo?

Un poco porque la gente cree que nosotros no tenemos la capacidad como la puede tener otra persona. Mi objetivo con la fundación es poder hacer capacitaciones para aquella gente pequeña que quiera entrar y poder manejar un conmutador, una computadora y que no puedan costearse sus clases. Gente pequeña que tal vez en algún futuro tenga currículo y pueda ser accesible para cualquier empresa.

¿En algún momento ha tenido dificultades laborales por su estatura?

No. No las he tenido porque soy de aquellos que en mi forma de pensar nunca digo no sin intentarlo. Hasta el momento no se me dificulta nada. Yo hasta manejo. El reto más grande que he tenido es manejar un camión H100 y yo lo manejo perfectamente. Una vez, en calle libre, recta, manejé una “tacuazina”. Esas son como las hazañas más grandes que he hecho.

 

¿A los largo de su vida que trabajos ha realizado?

Trabajé en una industria de hilos, trabajé con un amigo de llevar libros de IVA, he trabajado en ventas de repuestos usados y ahora estoy en la reparación de teléfonos aquí en el mercado.

 

¿Nunca ha trabajado en circo?

No, en circo nunca he trabajado, y con el perdón del gremio no está entre mis sueños llegar a tocar un circo. Me gusta el teatro.

 

¿Qué le gustaría hacer en teatro?

El teatro me gusta porque es bien diferente a ser payado y lleva una cierta disciplina. Del teatro a mí me gusta el dramatismo que le ponen, pero a mí me gustaría (hacer) un teatro más cómico, más de risa.

 

¿En su etapa como payasito que es lo más curioso que le ha pasado?, los niños imagino que al ver que es de su estatura hacen travesuras

La experiencia más grande que he tenido es tener entre el público a una niña que era sordo-muda. Ella fue un amor con migo y yo con ella. También tuve una experiencia bastante grande con niños Down. Me invitaron de una asociación y yo llegué unos minutos tardes y ya habían empezado mis colegas. Cuando llegué y me dijeron que pasara adelante y les pegó el grito: hola chicos ¿cómo están? todos volvieron la mirada hacia mí y se emocionaron tanto que los colegas al final de la presentación se admiraron del pegue que tuve con los niños. Todos los niños a pesar de su deficiencia mental que tienen se acercaron y  me abrazaron. Me recibieron de una forma  muy emotiva y eso a mí me llenó bastante de emoción.

¿Cuál es su rutina de trabajo como payaso, es solo fines de semana?

Pues los fines de semana y transcurso de semana me llaman de almacenes para que los promocione con sus productos, pero más que todo voy a fiestas infantiles, celebraciones de noche, carnavalitos, bodas, despedidas de empresa. Hay veces voy con zanquistas y malabaristas.

 

¿Qué chiste jamás le falta en una fiesta, su carta de presentación?

Jajaja. El chiste que no falta es cuando me presento, digo: ¿chicos quieren saber mi nombre?, sí me dicen. Soy el payaso Nino ¿por qué Nino? Porque ni 90 centímetros mido. La gente empieza a reírse y eso me llena. Luego trato de no cortar el chiste y digo: tengo mi hermano que se llama Demetrio ¿Por qué Demetrio? Porque es de metro y medio.

 

¿Al final su estatura le ayuda para su función?

Correcto porque de mí saco mucha comicidad. Me río de mí mismo y hago reír a la gente. Y la gente dice: si el mismo se hace pedazos para que lo vamos a hacer pedazos si no le va a calar. El payaso es para hacer reír a la gente, no hacer pedazos uno a la gente. No es denigrar al payaso, pero hay muchos payasos que se desenfocan y empiezan a agarrar de base a cualquiera.

 

Los payasos bailan en su show ¿le gusta el baile, fue bailador?

Sí, sí. La juventud de nosotros fue de lo mejor porque en mi época estaban las despedidas de año que hacían los segundos años a los de tercero años, en el bachillerato. Estaban las fiestas del “Cacerón”, la “Chandelle”, “Chantillí” e infinidad de lugares que antes se prestaban para ir a esas fiestas y nosotros íbamos a meternos para mover el bote.

 

¿No tomaba, o se echaba sus tapis?

Bien. Nos echábamos nuestros tapis y fumábamos. Le soy honesto yo tuve un tropiezo bastante grande en mi vida. Tuve adicción de drogas y se me cerraron muchas puertas, familia. Ese fue uno de mis peores fracasos, pero como el ave fénix pude dejar esa página atrás hace mucho tiempo.

 

¿Qué le llevó a eso?

Las amistades.

 

¿Usted donde nació, es blanco,  ojos amarillos y su apellido es raro?  

Nací acá en San Salvador, pero mi padre era extranjero. Mi padre era de origen belga (de Bélgica) y mi madre de Berlín, Usulután. Ellos se conocieron acá y fuimos fruto mi hermana y yo. Mi hermana tiene estatura normal y como le digo de mi familia el único de edición limitada fui yo jajaja.

 

¿Ha sido feliz con su estatura?

Y lo sigo siendo hasta el sol de ahora. A mí no me ha impedido nada. A mí me da cólera que hay amigos de estatura baja que en el Facebook solo quejándose viven.

 

¿Qué mensaje  enviaría a esos niños de estatura corta?

Que hay que afrontar eso, y como le digo si no puedes contra el enemigo úneteles. Hay que verle el lado positivo a las cosas, no el negativo, no quejarnos por haber nacido así, no desmayar, no decir no a la vida.