Myanmar destruye los restos de las aldeas rohinya en Rakhine

Comparativo de la destrucción de aldea

BANGKOK (AP) — Primero, sus aldeas fueron arrasadas por el fuego. Ahora, el gobierno de Myanmar está empleado bulldozers para, literalmente, borrarlas de la faz de la Tierra en una vasta operación que, según grupos de derechos, está destruyendo pruebas cruciales de las atrocidades cometidas contra la minoría musulmana rohinya.

Imágenes de satélite del conflictivo estado birmano de Rakhine, entregadas a The Associated Press el viernes por DigitalGlobe, una empresa con sede en Colorado, mostraron que docenas de aldeas vacías fueron completamente arrasadas por las autoridades en las últimas semanas, a una escala mayor de lo que reportó anteriormente. Las localidades fueron incendiadas tras la violencia registrada el pasado agosto, cuando una brutal operación de las fuerzas de seguridad obligó a cientos de miles de rohinyas a exiliarse en Bangladesh.

Aunque el gobierno de Myanmar dice que solo trata de reconstruir la devastada región, la operación generó una profunda preocupación entre defensores de los derechos humanos, que sostienen que las autoridades están destrozando docenas de escenas de crímenes antes de que se hayan realizado pesquisas fiables en la zona. La operación también horrorizó a los rohinya, que creen que las autoridades están intentando eliminar los restos de su cultura para hacer que su regreso sea imposible.

Una refugiada rohinya, cuya aldea estaba entre las afectadas, dijo que recientemente visitó su antigua casa en Myin Hlut y quedó impactada por lo que vio. La mayoría de las viviendas habían sido incendiadas el año pasado, pero ahora “todo ha desaparecido, no quedan ni los árboles”, dijo Zubairia a la AP por teléfono. “Simplemente lo arrasaron todo (…) apenas pude reconocerla”.

Las fuerzas armadas de Myanmar están acusadas no solo de quemar aldeas musulmanas con la ayuda de turbas budistas, sino de llevar a cabo masacres, violaciones y saqueos generalizados. La última crisis en el estado de Rakhine comenzó en agosto después de que insurgentes rohinya lanzaron una oleada sin precedentes de ataques contra puestos de seguridad.

Las imágenes de satélite de DigitalGlobe indican que al menos 28 aldeas o comunidades fueron destruidas por bulldozers y otras máquinas en un radio de 50 kilómetros (30 millas) en torno a Maungdaw entre diciembre y febrero. En algunas de las zonas arrasadas, equipos de construcción levantaron nuevos edificios o estructuras de inmuebles y helipuertos. Un análisis similar publicado el viernes por Human Rights Watch elevó a al menos 55 el número de pueblos afectados.

Las fotografías ofrecen una importante ventana a una región que está blindada al mundo. Myanmar impide que medios independientes entren al estado.

El gobierno birmano lleva meses hablando de sus planes para reconstruir la región, y dijo que amplió carreteras, reparó puentes y construyó refugios, incluyendo docenas en un gran campo de tránsito en Taungpyo, cerca de la frontera con Bangladesh. El campo se abrió en enero para alojar a los refugiados retornados, pero por el momento nadie ha llegado a las instalaciones y los rohinya siguen huyendo.