Agencias
El Partido Demócrata ha dado un paso insólito en la política estadounidense: llevar a los tribunales a su rival electoral y a los aliados de una presunta conspiración, incluido un país que habría ayudado a la victoria del candidato. Año y medio después de que las urnas dieran como vencedor a Donald Trump, el 8 de noviembre de 2016, la formación demócrata ha presentado una demanda multimillonaria contra Rusia, el equipo electoral de Trump y WikiLeaks, el controvertido sitio web de Julian Assange que habría participado en la planificada operación para derrotar a Hillary Clinton.
La iniciativa demócrata, introducida ante la Corte Federal en Manhattan, constituye una respuesta a la conclusión de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de que no hubo tal connivencia, tras la investigación llevada a cabo este tiempo. El Senado todavía mantiene activa su labor.
El Partido Demócrata ha decidido presentar la denuncia a pesar del trabajo que está llevando a cabo el fiscal especial, Robert Mueller, para desentrañar si se produjo tal connivencia y si Trump pudo cometer un delito de obstrucción a la Justicia una vez instalado en el Despacho Oval. Las últimas semanas, los rumores de que Trump sopesaba destituir a Mueller, o a su superior, el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, han llevado a los demócratas a dar el paso de judicializar la investigación de la llamada trama rusa.
Donald Trump ha negado repetidas veces que existiera esa connivencia con el Gobierno ruso para perjudicar a Hillary Clinton y vencer en la elección.