Por: Santiago Leiva
Fotos: Moisés Umaña / Iván escobar
Loncho Cardoza es esquivo, reservado y quizá hasta quisquilloso, tanto que ver su arte resulta un privilegio. Eso sí, cuando decide desempolvar sus apuntes, sus fotografías y hablar, solo se detiene a tomar aire, y dar un sorbo de café para remojar su seca garganta. El día de esta breve, pero carnosa, plática al humo un “café americano” y un par de “viejitas”, llegó con varios recortes, un par de libros escritos por su puño, y un diploma amarillento carcomido por polillas que le acredita un premio otorgado por la internacional “Revista Geo Mundo”.
El premio recibido, el 14 de marzo de 1980, consistió en una cámara Olympus Om-1 con un lente 50, pero más que la cámara lo más importante fue el diploma que le evidencia como uno de los mejores fotógrafos del país en la época que la foto se trabajaba con rollos en blanco y negro.
“Yo considero que los fotógrafos de antes si eran fotógrafos. Revelaban con sus manos las películas y se metía al cuarto oscuro a hacer la fotografía, no andaban usando la computadora y programas que hacen la fotografía”, dice con mucha autoridad, y la tiene porque Luis Alonso Cardoza, el popular Loncho, aprendió el arte de la fotografía desde cipote y sigue con el dedo en el obturador. “Yo en mi casa hice un cuarto oscuro, tomaba las fotos y revelaba ahí las películas. Ahí fue que me metí al mundo de la fotografía y esa fue mi profesión. Eso me dio casa, me dio viajes y mujeres…” sostiene.
Ha sido la fotografía la profesión y principal pasión de Loncho, pero en sus 73 años de vida ha escrito libros de poema, novelas, reportajes para periódicos, y gustado de pintar cuadros abstractos. “Yo no me considero poeta, soy un poetastro… y libros en sí no he escrito yo digo que son opúsculos porque son libros pequeños, delgados” explica respecto a su obra escrita. ¿Pero que es la fotografía para este veterano fotógrafo?.
73 años encima y contando ¿cómo le ha tratado la vida?
Bien. Con migo la vida ha sido benévola, he conseguido todo lo que me he propuesto. Lo único que no he podido conseguir es dinero, de ahí todo: viajes, mujeres. He estado rodeado de amigos artistas casi toda la vida, de escultores, actores, pintores, poetas, balletistas…
¿Y usted se considera un artista?
No. Las personas me consideran artista a mí, pero yo no me considero artista. Yo me considero un tipo sensitivo a las cosas bellas, admiro mucho a la naturaleza y más que todo a los insectos. Yo me paso el tiempo estudiando la vida de los insectos: sus rituales, sus apareamientos, como se comportan en su sociedad.
Los estudia para fotografiarlos…
Yo fotografío a casi todos los insectos porque ahí por donde vivo está cerca un bosque y me interno a fotografiar insectos. A mi casi no me gusta fotografiar personas, porque las personas nunca quedan contentas con las fotografías que uno les hace, por muy buenas fotos que uno le haga.
¿Es difícil satisfacer al humano?
Es que la gente no tiene conciencia del aspecto físico siempre quiere salir como otras personas. Te dicen: huy que fea he salido.
Pero ahora estamos en la era digital, si una foto queda fea se borra, en su tiempo si quedó fea, quedó fea, era más complicado…
Ese es un buen tema el que está tocando porque yo considero que los fotógrafos de antes, si eran fotógrafos. Revelaban con sus manos las películas, se metía al cuarto oscuro a hacer la fotografía y no andaban usando la computadora y programas que hacen la fotografía. Ahora los fotógrafos nuevos se creen la panacea. Si te ven un foto te dicen: te ha quedado mucho ruido, porque hoy no le dicen grano, te dicen le hubieras dado color aquí; pero ellos no enseñan una foto para decirles uno, mirá, así deberías de hacer la foto. Ellos en teoría si son cachimbonísimos. Otra cosa, les gusta presumir su equipo caro que tienen.
¿Qué tal es su equipo?
Nombre si yo ni profesional es mi cámara, ni siquiera semi profesional. Es cámara de aficionado. Eso sí, yo trabajé con las cámaras de antes de la Canon, Nikon y otras… por ejemplo LA PRENSA GRÁFICA me daba un equipo que hasta asegurado estaba.
¿Cómo entra al mundo de la fotografía?
A mí desde muy cipote me gustó la fotografía, y fue un amigo gringo quien me regaló mi primera cámara. Era una cámara de baquelita 120 y me regaló también los primeros rollos blanco negro. En ese tiempo estudiaba mi primaria.
¿A que le tomó fotos, cuáles fueron sus primeras imágenes?
A paisajes. En ese tiempo no tomaba fotos de insectos. Yo empecé a tomar fotos de insectos porque me hice amigo de un famoso entomólogo salvadoreño que se llama Fredy Serrano, con él salíamos y veía como fotografiaba las mariposas y todo, así que yo empecé a fotografiar mariposas. Desde ahí me fascinó la macrofotografía porque a mí la macrofotografía me fascina. Yo trabajé bastante en foto retrato de estudio.
Entiendo que fotografió modelos también?
Fotografié a una modelo canadiense que se llamaba Brigitte Perla, esa era una mujer que tenía un cuerpo de diosa, y trabajé también con una japonesa que se llamaba Tacaichi que también era una gran modelo. Es que a las modelos profesionales no las hace trabajar usted a ellas, ellas lo hacen trabajar a uno.
¿Eran fotos para algún medio de comunicación?
Eran para publicidad.
Pero también hizo fotos de modelos para medios…
Sí. Tome fotos de modelos para medios…ese tema lo vamos a obviar.
¿Cómo es que llega a colaborar en medios como LA PRENSA GRÁFICA?
Eso fue una contingencia, ya le digo. Fíjese que yo estaba haciéndole unas fotografías a una modelo en el Hotel Terraza, unos cubanos me estaban observando y con los cubanos estaba don José Alfredo Dutriz, el dueño de LA PRENSA GRÁFICA, entonces a él le gustó la modelo porque era una mujer preciosa. Me llamó y me preguntó para que quería las fotos y le dije que eran para mí, porque esas fotos si eran para mí. Me dijo: me gustaría ver esas fotos y de ahí fue donde salió la idea de hacer fotos de modelos para el periódico. Así fue como me metí al periódico y así fue como me dieron la oportunidad de escribir para la Revista Dominical.
¿Qué escribía para la Revista Dominical?
Aquí lo tengo (muestra los recortes de periódicos). Más que todo yo iba a los pueblos y escribía sobre turismo, de las fiestas patronales, costumbres y cosas así.
Loncho hasta hoy usted no me ha contado como es que aprendió a hacer foto ¿quién le enseñó?
Eso es bien interesante. Yo en las vacaciones me iba a ayudarle a un señor que era albañil a las construcciones…
Iba a batir mezcla…
A hacer mezcla y a alcanzarle los ladrillos, estaba cipote, tenía como 12 años. Lo que le quiero contar es que ahí estaba un señor que le decían Chambita y ese señor hablaba mucho de fotografía y yo interesado le preguntaba porque yo siempre he sido metido. Entonces él me enseñó a hacer una ampliadora hechiza y a hacer lo químicos para el revelado. Yo después en mi casa hice un cuarto oscuro, tomaba las fotos y revelaba las películas. Ahí fue que me metí al mundo de la fotografía y esa fue mi profesión. Eso me dio casa, me dio viajes, mujeres…
A vaya fue mujerero…
Sí, las mujeres me han gustado toda la vida.
¿Le llovían jajaja?
Siempre he sido feo, pero tenía suerte. No sé porqué, pero en eso me sonrió la vida. Y no me salía cualquier bicha, siempre escogía yo. Gracias a Dios que mi esposa siempre fue amplia de criterio y siempre supo del trabajo que hacía de modelaje. Ella sabía que yo trabajaba en ese mundo, y en el estudio fotográfico hacía desnudos artísticos. Pero hacía desnudos artísticos, no pornografía.
¿Qué personalidades conoció haciendo fotografía?
Conocí artistas, escultores, pintores y les hice entrevistas. Yo también recibí clases de pintura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Tuve como profesores a Miguel Ángel Orellana, Pedro Acosta García y Efraín Vásquez.
Usted ha hecho reportajes, escribe poemas, ha escrito libros, ¿dónde aprendió a escribir, de dónde llega el don de la escritura?
Usted sabe que eso nace, son momentos de inspiración. Ahora estoy escribiendo una novelita.
¿Estudio Periodismo?
Empecé periodismo en los 70s en La Nacional, pero no pude continuar porque me casé. Yo hago de cuenta que no estudié, pero he escrito para los periódicos sin ser periodista.
¿De qué tema le gusta hacer poesía?
Lo que es más recurrente es la tristeza, la muerte, la melancolía. Y no he sufrido nada de eso fíjese.
¿Por qué escribe de eso entonces?
No sé porque me nace, pero me nace eso. Yo más que todo escribo de noche, ahí estoy escribiendo 10, 11 o 12 de la noche. Antes yo tomaba, así que me tomaba mis cervezas y me ponía a escribir, pero hoy no tomo.
Cuando dejó los medios de comunicación, ¿a qué se dedicó?
No, no, es que yo nunca he vivido de los medios, yo fui colaborador, mi profesión siempre fue fotógrafo de estudio, fotógrafo de galería como le llamaban antes. Yo tenía un estudio fotográfico de iluminación y todo. Así que yo cobraba por hacer fotos y retratos.
Era algo como la Foto Flores…
Algo así, pero era un poco más pulido aunque también hacía fotos tamaño cedulas y para diplomas.
¿En LA PRENSA GRÁFICA también era colaborador entonces?
En LA PRENSA también era colaborador, no estaba en nómina. Es que yo no podía abandonar mi trabajo (mi estudio) porque aquí toda esta gente lo que paga son salarios de hambre en cambio yo ganaba. Yo iba porque me encantaba eso de que me publicaran en el diario lo que yo escribía.
¿Y cuántos libros ha escrito?
No es que yo libros en sí no he escrito. Yo digo que son opúsculos porque son libros pequeños, delgados.
Me contaba que tiene cientos de libros, ¿qué le gusta leer?
La ciencia ficción y aventuras. Mis escritores favoritos son viejos: Emilio Salgari, Alejandro Dumas, Julio Berne. Esos son escritores que escribían aventuras. De los escritores modernos me gusta mucho como escribe Isabel Allende porque tiene un erotismo sublime.
¿Cómo cuantos libros alberga su biblioteca?
No los he contado, pero quizá como unos 800.
¿Los ha ido comprando con el tiempo?
Yo casi solo libros usados compro porque los libros nuevos son muy caros y en los libros usados se encuentran buenos libros.
Volvamos a la foto ¿qué es la fotografía para usted?
La fotografía para mi es mi todo, la esencia de mi ser. El día que no haga fotografía quizá será el día que esté dando mis últimos estertores porque yo me levanto en la mañana y de cualquier cosa hago una foto. No puedo estar un día sin hacer una foto, tengo que hacer aunque sea una.
¿Hasta cuándo espera soltará el obturador de la cámara?
Hasta que me muera, tomaré foto hasta que me muera. Mi sueño es que mis hijos me pudieran regalar una buena cámara. Yo estoy ahorrando para comprar una cámara profesional y me cuesta porque no soy ni pensionado ni nada. Mis hijos me mantienen.
¿Hasta hoy cual consideraría que es su mejor foto?
Esa es una pregunta bastante complicada porque a mí las fotografías que me gustan son las que a mí me gustan, no me interesa si no les gustan a los demás. Si a mí me gusta mi foto estoy complacido, sino le gusta al ni al vecino, ni a usted, ni al otro a mí me tiene sin cuidado. Yo no ando con eso de que mirá el ángulo de la mirada, los tres tercios, esas son babosadas, a mí me gustan las fotos que rompan todas las reglas establecidas.
Fotográficamente tenemos Loncho para rato…
Pues mira yo digo que ya no tán para mucho por la edad que tengo, tengo 73 años…
¿Y qué recuerda de su niñez, fue un niño rebelde?
No, no, nosotros toda la vida fuimos gente pobre, pero nunca nos faltó el amor de mi Mamá y mi Papá. Mi Mamá era una mujer campesina iletrada, no podía ni leer ni escribir, pero para las matemáticas yo no sé cómo hacía papá, pero para hacer las cuentas era más rápida que una calculadora. Mi Mamá era originaria de Chalatenango y mi Papá era un viejo bohemio, un viejo que le gustaban las mujeres y que tomaba de vez en cuando, pero siempre fue un padre responsable. Hace poco murió. A los 101 años y medio murió.
¿Se crió en el campo?
No, nosotros nos hemos criado en la ciudad, en Soyapango. Mi Mamá era de Chalatenango, pero mi Papá no sé qué andaba haciendo por allá y se la trajo.
¿Tuvo juguetes de niño?
Sí, mi Papá siempre nos compraba buenos juguetes, él trabajaba en construcciones, era de los que antes les decían maestros de obra y siempre tuvo buenos trabajos. Él siempre nos compraba buena ropa, buenos zapatos y todo.
Su Papá era bohemio ¿y usted?
Yo me considero un tipo bohemio. Me gusta ser serio en los tratos y en mi vida privada soy privado, pero con mis amigos soy un tipo bohemio.
¿Si usted no hubiera sido fotógrafo que sería?
Yo de niño soñaba con ser pintor, como Dalí, como Picaso, como los del renacimiento, como el Greco… pintores de verdad.
¿No pintó?
Como no, no le digo que tome clases de pintura pues. Pero yo nunca pude dominar la figura humana, pintaba abstracto. Yo pinto abstracto, no puedo dibujar.
¿Qué otros hobby tiene?
Escuchar música clásica. Yo cuando escribo escucho música clásica, no me gusta la música moderna, para mí esa no es música, es una aberración a la música. Los compositores de música de ahora dan risa y se hacen millonarios porque la gente ahora compra lo que no sirve. Han devaluado la esencia pura del arte.
¿Loncho Cardoza que le dejará al país?
Nada. Qué le puedo dejar.
No sé, arte, fotos, libros…
No porque yo digo que para dejar un legado tiene que haber en alguna parte recopilación de la obra de uno. Mi obra no la ha recopilado nadie a pesar que ha salido en portadas de discos.
¡En serio…!
Sí en muchos discos. Hice unas fotografías para Fermín Iglesias, para Espíritu Libre, para Mario Rivera, no sé si hice para la Orquesta San Vicente o para Chucho Tobar, pero también hice unas portadas de disco para ellos.
¿Qué le queda por hacer?
Vivir mis últimos días, vivirlos tranquilo. Estoy escribiendo una novela que se llama el “Entomólogo”, esa novela creo que no la voy a poder editar por falta de dinero, pero por lo menos el manuscrito ya está.