Agencias
Por primera vez en su historia, EE.UU. cuenta con un plan, coordinado por el Pentágono y las agencias de inteligencia, de defensa cibernética frente a injerencias en las elecciones del martes. Por un lado, la división de defensa en internet del Ejército norteamericano ha comenzado a avisar a «hackers» y «trolls» que publican desinformación de que han sido localizados a través de su conexión y dirección IP.
Por otro, según reveló el viernes el Centro de Integridad Pública, tiene preparado un ciberataque contra intereses rusos en caso de que se repita una operación como la de las presidenciales de 2016.
Mientras, el Pentágono ha trasladado en semanas recientes un mensaje claro a sus homólogos en los países de la Unión Europea, incluida España: o se protegen también frente a injerencias o pueden encontrarse en las elecciones europeas de mayo con una sorpresa similar a la victoria del Brexit. Washington ha llegado a proponer a los países aliados europeos la posibilidad de defenderles en internet invocando el artículo 5 del tratado de la OTAN, que garantiza la defensa mutua.
El ofrecimiento a la UE lo hizo en persona el ministro de Defensa norteamericano, James Mattis, a varios homólogos europeos durante una visita a Bruselas a principios de octubre. Les reveló que Rusia no ha desistido de sus campañas de desinformación y que su atención se centra en este momento en las elecciones parciales del martes y las del Parlamento Europeo con apoyo a grupos populistas. «Necesitamos entrenamiento conjunto en mar, aire, tierra y ciberespacio», dijo hace dos semanas el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una visita de reconocimiento al Mar del Norte.
En un discurso en septiembre, el jefe del Cibercomando, general Paul Nakasone, describió la situación actual en Internet como una nueva Guerra Fría: «Estamos bajo el nivel de conflicto directo, pero nuestros adversarios han acometido campañas estratégicas para robar nuestra propiedad intelectual, suplantar identidades y manipular elecciones».
En meses pasados, ese comando ha enviado grupos de expertos a países europeos como Alemania y Francia para ofrecer refuerzos ante amenazas a redes de servicios como electricidad, banca o gestiones administrativas. También ha brindado ayuda ante campañas de noticias falsas. Los portavoces del comando han declinado revelar si entre los países visitados se encuentra España.
Resulta llamativo que sea Trump quien ha elevado ahora al Cibercomando de rango, dado que el fiscal Mueller investiga si su campaña se benefició en 2016 de injerencias procedentes de Rusia.
En septiembre, el Pentágono reveló su primera estrategia para defensa en Internet desde 2015, adaptada a nuevos desafíos. En ella se afirma que EE.UU. «trabajará con sus aliados para reforzar las capacidades, ampliar operaciones y compartir información sobre ciberdefensa». El año pasado, el Gobierno español modificó su estrategia de defensa nacional para incluir la amenaza de «acciones híbridas», que pueden incluir «ciberataques, operaciones de manipulación de la información, o elementos de presión económica, que se han manifestado especialmente en procesos electorales».
En años recientes, varios países han pedido a la OTAN que se dote de directrices para defensa mutua en el ciberespacio. Las repúblicas bálticas han sido las más insistentes, porque en 2007 Rusia dejó a Estonia sin Internet durante dos semanas, atacando la infraestructura digital del Gobierno, los medios de comunicación y la banca. Entonces, los países miembros, incluido EE.UU., carecían de directrices para defensa en un caso semejante. Hoy, ante la generalización del uso de Internet para cualquier gestión, un ataque de ese tipo podría sumir a cualquier país de la OTAN en el caos.