La pesadilla de Imelda Cortez: se enfrenta a 20 años de cárcel por intentar abortar tras ser violada por su padrastro

Agencias 

Después de pasar casi toda su vida sufriendo la pesadilla de ser violada por su padrastro, la joven salvadoreña Imelda Cortez se enfrenta ahora a 20 años de cárcel por intento de aborto. Un delito que en El Salvador acarrea penas de hasta 30 años de cárcel.

A pesar de que esta mujer niega haber intentado abortar a su hija —que, ahora, tiene dos años—, este lunes tendrá que enfrentarse a los jueces que decidirán si pasa los próximos años de su vida en prisión. El caso de Imelda Cortez está dando la vuelta al mundo, pero no es el único.

Evelyn Hernández conmocionó al mundo el año pasado. Hernández ya fue condenada a 30 años de cárcel tras haber sufrido complicaciones en su embarazo, que le provocaron un aborto espontáneo. Su delito —al igual que el de Cortez y el del resto de mujeres condenadas por aborto— fue el de homocidio agravado.

El caso de esta salvadoreña no es raro. Desde Amnistía Internacional (AI) explican que es común que las autoridades sospechen de las mujeres que sufren abortos espontáneos o dan a luz a una criatura muerta. Según The Guardian, en este país de América Central, más de 25 mujeres acusadas de homicidio agravado pasan sus días en el calabozo aunque, en realidad, buena parte de ellas no abortase de forma voluntaria.

En el 2008, otra mujer salvadoreña fue condenada a 30 años de cárcel por el mismo delito: Teodora del Carmen Vásquez. En la web de AI cuentan que el día en que esta mujer perdió a su bebé, comenzó a sentir fuertes dolores y decidió llamar a los servicios de emergencia. Poco tiempo después, rompió aguas y perdió el conocimiento.

Al despertar, todo estaba cubierto de sangre y su bebé, muerto. Antes de llevarla al hospital, la policía la detuvo por un delito de homicidio. El juicio Teodora del Carmen Vásquez se produjo en circunstancias irregulares, como explican los miembros de AI. Desde un principio, las autoridades presumieron su culpabilidad y sus escasos recursos económicos —la pobreza es un factor común entre estas mujeres— le impidieron pagar una buena defensa.

Teodora del Carmen sigue esperando a que la legislación se modifique algún día y pueda salir de la cárcel. Comprender lo que supone el aborto este país, requiere volver la vista hacia los años setenta del siglo pasado. La interrupción voluntaria del embarazo siempre ha sido un delito penado con la cárcel en El Salvador, pero desde el siglo XIX y hasta 1974, se contemplaban algunas excepciones.

A partir de esa fecha, no hay singularidades que valgan. Ni la violación, ni el incesto, ni el riesgo de muerte de la madre son atenuantes para este crimen. El caso de Cortez ha reabierto el debate dentro del país. Mientras Imelda Cortez aguarda la decisión de los jueces, algunas organizaciones internacionales y activistas siguen exigiendo la despenalización del aborto en El Salvador.