Inicia demolición de tres centros penales en el país

El Gobierno inició este lunes con la demolición de los centros penitenciarios de La Unión, Sonsonate y Metapán para dar paso a la construcción de espacios educativos y culturales.

Estas demoliciones fueron verificadas y supervisadas, en La Unión, por el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez; en Sonsonate, por el director de la Dirección General de Centros Penales, Osiris Luna, y en Metapán, por el director de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín. También acudieron diputados y alcaldes locales.

El ministro Rodríguez destacó que las infraestructuras a levantarse “cambiarán la vida de las personas”, ya que se trata de “centros de acercamiento, espacios públicos para la cultura y el deporte, y otras actividades”.

El pasado 16 de abril, el presidente Nayib Bukele anunció las acciones que hoy se ejecutan, las cuales iniciaron con el cierre de las mencionadas cárceles y el traslado de los internos hacia otros recintos donde continúan bajo un estricto orden, control y disciplina, cumpliendo además con el Plan Cero Ocio.

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“Este es un día histórico dentro de la gestión del Presidente Bukele”, aseguró el director Osiris Luna. “Estamos mandando un mensaje positivo a toda la población” añadió. De esta forma, el accionar del Gobierno a través del Gabinete de Seguridad, permite la recuperación de los territorios en favor de la población al mismo tiempo que estas zonas se convertirán en polos de desarrollo, algo sin precedentes en gestiones anteriores.

“Gracias a Dios y a la visión del Presidente damos un paso fundamental en la construcción del nuevo país que se merecen los salvadoreños, en el que se puedan conectar a los jóvenes y brindar oportunidades con servicios adecuados para su desarrollo”, señaló el director Carlos Marroquín.

Como resultado directo de estas intervenciones, la población aledaña a estos reclusorios ya cuenta con una óptima señal de telefonía e internet; algo que era imposible cuando en la zona operaba el recinto, pues se instalaron bloqueadores para impedir que desde las cárceles se ordenaran crímenes. Asimismo, la población goza de tranquilidad, sin ansiedad ni zozobra.