Por: Agencias (AP)
La Iglesia católica salvadoreña está abierta al diálogo con las maras siempre que sea transparente, pero se opone a la negociación con estas organizaciones criminales, dijo el domingo el obispo auxiliar capitalino monseñor Gregorio Rosa Chávez.
«La negociación no está en nuestro vocabulario, nuestro enfoque es el dialogo, escuchar respetuosamente», dijo Rosa Chávez en conferencia de prensa en la Catedral Metropolitana de San Salvador.
El ex guerrillero Raúl Mijango, uno de los mediadores de la tregua entre las pandillas, confirmó que los cabecillas de los grupos decidieron implementar desde el 17 de enero una nueva tregua con el propósito de reducir los homicidios, mientras tratan de negociar con el gobierno.
Casi de inmediato, el presidente Salvador Sánchez Cerén cerró toda posibilidad de negociar con las pandillas y
les advirtió que cumplirá su mandato de perseguir a los delincuentes y llevarlos ante la justicia.
Rosa Chávez, uno de los representantes de la Iglesia católica en el Consejo de Seguridad Nacional, aseguró que la Iglesia sostiene un dialogo permanente con las bases de las pandillas.
«Estamos dialogando a nivel de base con los jóvenes en las colonias, caseríos, barrios, con jóvenes que quieren que les escuchemos y están pidiendo oportunidades, es un dialogo informal, no institucional, es un dialogo común, (pero) no hemos hablado con los cabecillas», manifestó.
Aclaró que «cuando hablamos de diálogo nos referimos a las personas que están en el caserío, en el barrio y en los jóvenes que buscan otra oportunidad».
En la primera semana de marzo de 2012, los jefes de las pandillas acordaron una tregua, en momentos en que se registraban al menos 14 muertes violentas al día. Los homicidios bajaron a cinco por día.
Pero a finales de 2013, las pandillas intensificaron sus ataques contras las fuerzas de seguridad y grupos
rivales, y a principios de enero de 2015 volvieron a registrarse más de 14 homicidios diarios.
La tregua se rompió en septiembre de 2013, después que las autoridades retiraron una serie de beneficios para los líderes de las pandillas presos en diferentes cárceles del país.
Nunca se conocieron los acuerdos entre las pandillas y el gobierno del presidente Mauricio Funes (2009-2014), pero se habló de muchos beneficios para los cabecillas de las pandillas recluidos en diferentes cárceles y sus estructuras en las calles.