La emblemática iglesia El Calvario en Semana Santa

En la iglesia El Calvario se organizan las actividades religiosas para Semana Santa. Foto El Metropolitano Digital

Por: Elizabeth Ramos

Llenos de fervor, alegría y espíritu de hermandad, miles de capitalinos se dan cita en la Semana Mayor, para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, en la Parroquia El Calvario,  templo que año con año, ha contemplado y acogido las ofrendas y sacrificio de los católicos que elevan sus plegarias al Creador.

Situada en el corazón de San Salvador, la iglesia El Calvario es un templo con vestigios de  una grandiosa arquitectura gótica de cemento armado, creada el 10 de agosto de 1660 por el ingeniero Augusto Baratta, con el  propósito de atender las festividades de cuaresma y Semana Santa.

Desde el siglo XVII, El Calvario ha sido testigo fiel de todos los católicos que llenos de devoción, amor y dedicación se dan a la tarea de organizar todos los actos litúrgicos que atraen a cientos de feligreses.

Las actividades inician con el Viernes de Dolores hasta culminar con el Domingo de Resurrección, con una procesión infantil y posterior Eucaristía que encarna la alegría del milagro de la Resurrección de Jesús de Nazaret.

Eliseo Merino, presidente de la Asociación Vía Crucis, relata mientras borda la túnica que vestirá el Nazareno el próximo Viernes Santo, cómo se organizan las festividades de la Semana Santa.

“Estamos divididos en logística interna, conformada por unos 20 miembros, en la que se dividen los bordadores, comida, organización; y la logística externa, en la que hay más de 125 personas incluyendo los cargadores” dijo.

El trabajo de los bordadores consiste en confeccionar y decorar las vestimentas de los personajes bíblicos que salen a las calles de San Salvador en el recorrido que conlleva la procesión. Las vestimentas son confeccionadas año con año y se designan a tres personas para hacerlo.

Foto El Metropolitano Digital
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La Asociación Vía Crucis está conformada por niños, jóvenes, adultos y adultos mayores en su mayoría, e inician los preparativos con 10 meses de antelación a la Semana Mayor con la elección de las autoridades que serán los encargados de que la tradición se lleve a cabo con la mística que les ha caracterizado.

“Durante toda la Cuaresma nos preparamos tanto material como espiritualmente” explicó  Merino quien hizo un llamado a tomar en cuenta el mensaje de la conmemoración de la muerte y resurrección de Jesús.

“Debemos vivir la Semana Santa con la conciencia de servir a Jesucristo, no se trata solo de vestir Santos, hacer alfombras, sino conmemorar a Cristo resucitado, hacer conciencia del terremoto social y civil de personas amorales que han perdido el amor a Dios y por ende al prójimo en el que los padres de familia deben examinar si en la sociedad estamos ejerciendo nuestro rol principal, por lo que el llamado es a poder resucitar con Cristo”, instó el religioso.

Cristina Manzanares, una joven de 26 años, bordadora de  túnicas, da este servicio desde hace un año, y dice que los pasos para bordar una pieza son principalmente tres: dibujar en cartoncillo el diseño del bordado, preparar los hilos y bordar.  “Creo que hasta en lo más sencillo se puede servir a Dios” expresó la feligrés, quien inicia su jornada a las 7:00 de la mañana y finaliza a las  10:00 de la noche.

Semana Santa es para muchos un tiempo de reflexión y arrepentimiento  y los actos religiosos se han convertido en una tradición que nos transportan a miles de años atrás.