¿Cómo construir tu marca personal?

La preparación académica es la piedra angular.

Recientemente, estuve trabajando con un grupo de colegas periodistas reforzando los conocimientos sobre los pasos a seguir para construir, sostener, proyectar  y proteger nuestra marca como individuos y uno de los puntos que más interés causó fue el hecho de que la construcción de la marca personal debe estar en constante actualización de los conocimientos, ya que la proyección de mi persona como marca va más allá de mi apariencia externa, ya que después de la primera impresión tengo que demostrar que soy más que una cara bonita o una figura elegante.

En el proceso de la construcción de mi marca personal influyen una infinidad de factores, pero el que más destaca es la parte intelectual, qué tipo de preparación tengo, con qué frecuencia actualizo mis conocimientos. A través del tiempo los elementos diferenciadores que me hará destacar en un mar homogéneo de individuos es lo que yo pueda aportar a la sociedad, a la empresa donde trabajo, etc. y la moda, el buen maquillaje y el precio de mi vestuario no son uno de esos elementos.

Al igual que los activos inmateriales de las marcas de las organizaciones, la marca personal es un activo inmaterial, que toma en cuenta pero no es un elemento único, el hecho de verse bien. Si tomamos en cuenta que con el paso de los años los atributos físicos desaparecen, el hecho de verse bien pierde un valor sustancial como parte importante del conglomerado de características necesarias para sostenerme como marca.

Una marca debe consolidarse a través del tiempo, no deteriorarse. El tiempo debe ayudar a elevar su prestigio o su REPUTACIÓN y demostrar que es más que un nombre. La marca es garantía de calidad, nos indica lo que podemos esperar de ella.

Un claro ejemplo de lo anterior es cuando vamos a hacer nuestras compras al súper mercado, donde escogemos ciertos productos, no por precio, si no por la confianza que nos inspiran, por la calidad que nos ofrecen y por la reputación ganada en el tiempo.

El concepto de marca personal busca alcanzar mis objetivos, volverme una persona competitiva y de éxito en mis relaciones laborales y sociales, pero para que esto sea posible debo partir de un estudio interno, conociendo mis fortalezas y debilidades frente a la competencia. En pocas palabras debo saber lo que soy capaz de hacer.

Después de conocerme, debo definir mi estrategia y es acá donde en la actualidad entran las redes sociales y el buen manejo que debo hacer de ellas. Una persona que quiere desarrollar su marca nunca debe omitir que sus redes sociales son un escaparate iluminado, donde nuestros públicos objetivos buscarán información sobre lo que somos y ofrecemos.

Es relevante entonces que a la hora de publicar cualquier cosa en ellas apostemos por la calidad de contenidos para fortalecer nuestra reputación. Antes de publicar cualquier cosa pregúntate ¿Es relevante lo que voy a decir? ¿Me posiciona como profesional? ¿Es oportuno? ¿Es positivo? Y muy importante ¿Está escrito correctamente?

Sobre este tema hay mucho que decir e infinidad de áreas que explorar, pero quiero cerrar con una idea,  que espero nos haga reflexionar y buscar más sobre el tema, que la planteó en otra columna  una colega muy querida y amiga, Aura Méndez Reputación es todo, lo que decimos, lo que hacemos, lo que comunicamos y a quien lo comunicamos; no basta con ver el concepto desde una perspectiva lejana, porque al final de día cada uno de nosotros está creando o cerrando oportunidades en base a su reputación”.