Un salvadoreño que rompe paradigmas en tecnología y robótica

El ingeniero René Rodríguez Dominguez es un salvadoreño ejemplo en dedicación y superación | Foto Carlos Martínez

Por Remberto Domínguez

De niño René Rodríguez Domínguez se interesó por la tecnología, fue amante de los libros de ciencia y le gustaba desarmar cosas por curiosidad. Pero no todo en su niñez fue fácil para este ingeniero de profesión que ahora es un salvadoreño que explora en la tecnología y se codea con eruditos del conocimiento.

Creció en un mesón del Barrio San Jacinto, en San Salvador, los niveles de pobreza eran tal que sobrevivir un día era ganancia. ‘Cuando tenía dos años nació mi hermana Karla y meses después falleció mi padre. A partir de ahí fue una dura batalla por salir del nivel de pobreza en el que estábamos’, comentó Rodríguez.

La historia de superación de este salvadoreños ha sido titánica por las carencias que tuvo que vivir desde muy chico junto a sus otros hermanos, pero eso no fue un obstáculo para que lograra sus metas. Sobrepasando el deceso de su abuela y su madre; René encontró en su esposa, hijas y hermanos la fuerza para perseguir sus sueños.

Actualmente es presidente de Tecnologia Electrónica y Servicios (TELSER) y lidera dos iniciativas tecnológicas en el área de electrónica y robótica. En su vasta experiencia de casi tres décadas trabaja en dos prototipos: Atlacatl y SOLARIS.

El primero es una unidad robotizada de tipo humanoide y el segundo proyecto tiene que ver con la energía solar. Conoce la historia de este salvadoreño

¿Cómo fue su niñez. Nos cuenta que su padre falleció cuando usted era muy pequeño?

Yo conocí a mi padre hace unos 15 años cuando logré obtener una fotografía de él, entonces hasta ahí logre reconocerlo porque no me acordaba de su rostro.

Con mi madre vivía mi bisabuela, entonces mi madre asumió el rol de padre y mi bisabuela el rol de madre, entonces básicamente tuvimos las dos figuras, aunque eran femeninas las dos, pero el ejemplo que ellas nos dieron, las enseñanzas y el nivel de autoridad que ejercían impidieron que nosotros tomáramos un mal camino.

¿Dónde realizó sus estudios? 

Mis inicios académicos fueron en un pequeño kinder en el Barrio San Jacinto. Se llamaba «Escuela Parvularia Jorge Lardé». En el kinder muchos niños al principio llegaban tristes, llorando porque ahí los dejaban, creo que mis primeras veces así fue. Sin embargo, ahí hubo algo que a mí me gustó mucho y fue que en la caja grande de juguetes había un kit de piezas de lego. Eso me llamó la atención porque yo armaba barquitos, casitas,  robotcitos y una serie de cosas; cuando la mayoría de  niños agarraban los carros, las pelotas y todo lo demás.

La educación básica la hice en la Escuela Pública San Jacinto  N°2, desde primero a noveno grado. En la Escuela San Jacinto encontré interesante los libros de ciencias, habían libros y me los leí casi todos. Entonces en horas de recreo y  educación física aprovechaba para ir a la bodega a sacar libros y leerlos, entonces algunos maestros se molestaban porque me decían que tenía que cumplir el programa. Al final creo que unos me bajaron puntos porque les desobedecía.

 

¿Y su desarrollo laboral cómo ha sido?

A la fecha he acumulado casi 28 años de experiencia laboral técnica y administrativa. Actualmente me desempeño como jefe de taller de la Red de Centros de Servicio Electrónico, facilitador de formación profesional, emprendedor e investigador de ciencia y tecnología. He trabajado desde el pequeño taller donde empecé a medio tiempo, hasta empresas nacionales y transnacionales desempeñando cargos técnicos y administrativos en las áreas de electrónica, telecomunicaciones y electromecánica. Buena parte de estos años fueron en trabajos de campo, de ahí, que he aprendido el valor del obrero, muchos ven de menos al trabajador, al que se ensucia, pero sin ellos, los que están atrás de un escritorio difícilmente podrán obtener resultados sin el aporte de estos.

Lanzamiento del globo estratosférico Esfera 2 Nuevo Cuscatlán, diciembre 2013.

¿Qué hace actualmente en términos de ciencia y tecnología?

Bueno, en estos proyectos estoy trabajando desde hace unos años. El primero es ATLACATL, el cual consiste en el diseño y desarrollo de una unidad robotizada de tipo humanoide, la cual servirá para múltiples usos en tierra, esta tendrá funciones tales como: movimiento, reconocimiento, video, voz, etc. Dicha unidad robótica se preparará para que en la segunda fase del proyecto pueda ser enviada como un payload, en una de las misiones del vehículo espacial Torogoz a la suborbita terrestre y dotar a El Salvador de la capacidad de poner maquinas en el espacio.

Esa se llevaría a cabo en conjunto con el Instituto Aeroespacial de El  Salvador, ESAI y de Ingeniería Aeroespacial SALAV. Por la complejidad y por la falta de recurso económico el proyecto Atlacatl llevará tiempo completarlo, ya que localmente es bien difícil poder conseguir dinero para proyectos.

Foto cortesía ingeniero René Rodríguez

El Proyecto TOROGOZ liderado por nuestro presidente de ESAI consiste básicamente en el diseño y desarrollo de un vehículo suborbital, que busca generar capacidades de acceso al espacio. Construir este vehículo nos dará la capacidad de poder transportar carga útil al espacio, adicional a ello seremos parte de un selecto grupo de países con la capacidad de poner dispositivos en el espacio por cuenta y recursos propios, sin tener que depender de la tecnología de otros países o subcontratarlos para la prestación de estos servicios.

SOLARIS es otra apuesta tecnológica en la cual busco optimizar el flujo de fotones que inciden en las celdas solares fotovoltaicas a través de un sistema óptico (energía solar).

 

Adicional a todo lo tecnológico también fuiste Scout, ¿cómo ingresó a este movimiento?

En 1986 ingrese al Movimiento Scout en el grupo #90 en la escuela Romero Albergue, ya que mis tíos eran scout y me llevaron al grupo. Pertenecí a la patrulla lobos, mi primer campamento y caminata lo realice en Panchimalco, ahí aprendí muchas cosas, principalmente disciplina, orden y trabajo en equipo. Recuerdo que mi madre no quería que fuera porque no tenía dinero para comprarme el uniforme, pero mis tíos la convencieron y me dejo ir. Mi primera camisa de uniforme era usada y me la regalo un scout llamado Daniel, el pantalón corto lo obtuve de un uniforme de la escuela que estaba deteriorado, le reforcé las costuras a mano y me aguantó buena parte del año.

 

¿Que hace actualmente en el movimiento?

En 2009 se refundó el grupo scout #58 un mes después nos integramos a él. Mis hijas formaron parte de la manada de lobatos y mi esposa fue la primer Akela oficial del grupo, yo me agregue como presidente del comité de padres de familia desde el 2009 hasta 2015.

En 2010 se fundó la Asociación de Scout Independiente de El Salvador ASIES, de la cual formamos parte desde su fundación.

¿También incursiona en el mundo de las letras, qué escribe específicamente?

Estoy escribiendo dos libros, uno de ellos es sobre mi vida. Creo que mi historia y ejemplo puede servir de fuente de motivación para muchas personas. En el describo situaciones que tuve que pasar y como logre superar muchos obstáculos; el principal es la pobreza y la desigualdad, aun lo sigo haciendo, ya que la vida no termina de ponerte retos y superar cada uno de ellos, eso es lo que realmente te convierte en una mejor persona cada día.

Además, mensualmente también escribo en columnas de opinión en los principales periódicos del país, con temas relacionados a tecnología, valores y otros temas de interés nacional e internacional.

 

¿Ha tenido algún evento vergonzoso en su vida?

Han habido varias, pero la que más recuerdo es cuando andaba pretendiendo a quien ahora es mi esposa, yo iba confiado a declarármele y como siempre he sido una persona que prepara las cosas con mucha anticipación, yo dije ya estuvo; hoy será mi novia, pero resulta que cuando me le declaro me mandó por un tubo…me dijo que no… En ese momento la cara se me puso totalmente roja y me fui muy achicado y para más, mi vecina me dijo: por gusto don Rene, no le salió.

Creo que en ese momento pedí que la tierra me tragara, por fortuna insistí un poco más y logré que me diera el sí.