Elizabeth Martínez, piloto de carrera: “La primera vez que corrí en una pista llevaba el estómago en la garganta”

Fotos cortesía de Elizabeth Martínez

Por Santiago Leiva

De sus orejas cuelgan dos aretes en forma de llantas con bandera a cuadro y de su cuello la figura de un pistón. A simple vista, las prendas pasan inadvertidas, pero para ella son símbolos que en su sangre hierve la adrenalina, que ama el rugir de los motores y deslizarse a toda velocidad por las pistas de carrera. Con casi medio siglo encima, Nora Elizabeth Martínez, ha vivido un tobogán de emociones.

De niña mostró destrezas en dos ruedas, en su juventud fue modelo y trabajó como actriz en algunos programas de la pantalla chica. Hoy a su edad pisa como diosa el acelerador en la pista del autódromo el Jabalí, y esto y su rica historia de vida valen para que corra como el personaje de la semana en las páginas de El Metropolitano Digital.

Ely dio sus primeros acelerones en la pista en 2008, pero fue hasta 2009 que se emparentó oficialmente con esta justa deportiva. Desde entonces ha llevado a los estantes de su casa decenas de trofeos, de primero, segundo y tercer lugar.  Solo este año ha ganado en siete competencias. El mes pasado, en Circuito, se hizo con el primer lugar de la Copa Nissan.  Y claro, después de diez años sobre el asfalto, esta madre de familia e ingeniero civil de profesión, tiene numerosas anécdotas sobre su vida, y sobre todo de sus inicios en esta competencia de corte masculino.

“La primera vez que corrí en Circuito no sabía que la bandera a cuadros significaba que había terminado la carrera y seguí acelerando, seguí corriendo”, recuerda entre risas. “Esa primera vez (en Circuito) yo hice cinco trompos y el carro se me barrió tres veces, recuerdo que cuando me baje del carro no encontraba los lentes para taparme el rostro y que no vieran que una mujer había andado haciendo el ridículo ahí adentro”, narra.

Años después esta mujer que ha corrido Rally, Cuarto de Milla y Circuito no solo acapara triunfos sino que ha conseguido respeto para el sexo femenino sobre las pistas. Como actriz, modelo y edecán en su época universitaria, también se rozó con grandes personajes pues tuvo participación en programas como TELEPIRATA, Todo Queda en Familia, con íconos salvadoreños como Aniceto por si soca, Panfilo a puras cachas, Chilango y Doña Teréfora. También tuvo participación en el programa de la Tía Bubu. Aquí la historia de Ely, el as del volante en versión mujer.

¿Ha escuchado después de un frenazo: mujer tenía que ser?

Sí, lo he escuchado muchas veces jajaja, y no estoy de acuerdo.

 

¿De dónde vendrá esta frase jajaja?

Los hombres fueron los primeros en manejar, y la historia en si misma ha sido bien machista en donde los hombres siempre han sobresalido. Los hombres en la antigüedad tenían solo ellos el derecho de estudiar y de ir a votar, y las mujeres únicamente el ser domésticas, ser mamás. Yo creo que cuando las primeras mujeres sacaron licencia de conducir quizá eran muy pocas, y quizá por esa misma presión de la sociedad las primeras mujeres cometían sus errores para manejar.  De ahí viene lo de mujer tenía que ser jajaja.

 

¿Usted qué piensa de eso?

Pienso que tanto el hombre como la mujer con esfuerzo, constancia y disciplina podemos lograr y desenvolvernos en cualquier ámbito.

 

Pero hay quienes que se remontan a las estadísticas para demostrar que la mujer es  mala  al volante

Bueno sí, como que las estadísticas comprueban que los accidentes chiquitos son provocados por las mujeres. Hechos como que no puso el freno en un túmulo y el carro se le resbaló y golpeó al vehículo de atrás; que intentó que se iba levantar en el semáforo no lo hizo y le pegaron atrás; pero los accidentes graves según las estadísticas son provocados por los hombres jajaja.

Usted es corredora,  ama la velocidad,  la adrenalina…

Sí, y la verdad es que no me había dado cuanta hasta que llegué a grande, pero desde chiquita era audaz en la bicicleta. Yo manejaban parada en el asiento de la bicicleta, las cunetas no existían para mi hasta que me acabé la bicicleta, también manejaba patines y siempre andaba unos grandes raspones. Yo creo que si mis papás hubieran conocido que el INDES tenía disciplinas,  yo habría sido muy buena en ciclismo o para correr maratones, pero mis padres son muy humildes.

 

¿Dónde creció?

En la colonia Reparto Bosques del Matazano de Ilopango. Ahí llegué desde los cuatro años y nos mudamos cuando tenía 24.

 

¿Cómo fue su niñez, su adolescencia?

Hasta los 11 años tuve una niñez maravillosa. Un hogar bonito, con mamá, papá y una hermana que más que mi hermana fue mi segunda mamá. Ella dejó de ser una niña para convertirse en mi mamá, porque mi mamá trabajaba arduamente en el Hospital Rosales para sacarnos adelante y darnos estudios. Ella  había veces que hacia turnos dobles y horas extras para mantenernos porque mi papá era albañil y a veces le atrasaban la quincena, solo mi mamá tenía el salario fijo.

 

¿Su mamá era enfermera?

Sí. Mi mamá logró sacar la enfermería auxiliar, pero de niña solo estudió hasta sexto grado. Mi abuelita hacía tortillas y ella estudiaba en la mañana, pero a la hora del medio día venía a la casa para ir a dejar las tortillas y luego se regresaba a la escuela.

Aquellos eran tiempos trogloditas, mi mamá se crio con mi abuelita y mi abuelita era quien tenía la palabra. Resulta que había un señor en el pueblo que era de los riquillos y él la enamoraba. Él le duplicaba la edad y mi mamá lejos de sonreírle le paraba cara, pero un  día que llegó de vender las tortillas, le salió la abuelita mirá: aquí está don Argelito, ha venido a pedir permiso para ser tu novio así que atiéndelo. Ella lo obligó a que estuviera con él, se la llevó y le dio muy mala vida. Le pegaba y la maltrataba.

Ella salió embarazada de mi hermana y continuaban los maltratos hasta que decidió dejarlo, anduvo huyendo, consiguió trabajo de muchacha en una casa y ahí Dios le puso un angelito. La patrona le propuso que hiciera el curso de auxiliar de enfermería, y así fue como se hizo enfermera. Luego entra la historia de mi papá, nazco yo y mi hermana que me lleva nueve años se dedica a cuidarme. Así que tuve una hermana que fue como una madre, la hermana más maravillosa del mundo.

Mi vida fue maravillosa hasta que tenía 11 años que mi hermana por la situación del país se fue para los Estados Unidos. Lloraba todos los días por mi hermana y mi mamá también. Y esa situación de tristeza en mí y mi mamá como que a mi papá le afectó y buscó el consuelo en los brazos de otra señora y nos dejó. Fue un duro golpe, pero seguí adelante estudiado y forme parte de la orquesta musical del colegio donde estudiaba. Amenizábamos misas y fui catequista.

 

¿Usted cantaba?

No. En esa época aprendí a tocar el piano, la guitarra y la batería. Yo era la guitarrista de la orquesta de la Divina Providencia. Esa fue mi infancia. Yo era una niña muy estudiosa y los certificados lo demuestran con nueves y dieces. Después que hacía mis tareas salía a jugar de todo con mis vecinitas. Fue bonita mi niñez. En bachillerato Dios me abrió puertas.

 

A ver cuénteme…

Creo que esta parte no la conocen. Cuando estaba en tercer año de bachillerato la maestra hizo un concurso de teatro y nadie quería participar porque les daba pena, y yo le dije a la maestra de letras que si podía participar representando al grado con un monólogo que había visto, me dijo que sí. Conocí a don Francisco Escobar y el me remitió al Teatro Nacional donde don Paco Campos. Don Paco me dio el libreto, me enseñó algunos pininos de actuación, y la sorpresa fue que hice el monólogo de 45 minutos “Antes del Desayuno” y yo quedé en primer lugar. Fueron jurado don Francisco Escobar, don Paco Campos y la actriz que hacía el monólogo.  Lo chistoso fue que cuando me dieron el premio me dijeron: le dimos el premio a usted porque, conocemos la obra, y de todo el grupo que pasó, usted se equivocó en todo, pero fue la única que no se lo hizo saber al público. Después de eso me invitó don Paco Campos a su grupo de teatro. Empecé a ir al Teatro Nacional al grupo Galatea. Hice varias obras de teatro con él. Fui luego a unos casting de videos musicales en Canal 12, fui tres veces y quedé para dos videos. En el último casting también se me abrieron las puertas de la televisión.

 

En serio ¿ha hecho televisión?

Sí, he hecho televisión como actriz. Comencé a trabajar en TELEPIRATA con la Tenchis cuando empezaba a ser la Tenchis y doña Tula. Con Hugo Castillo que ahora hace el personaje de Penélope, con Julio Burgos que es Anacleto.

Conocí muchos artistas nacionales trabajando con ellos. Luego se me abrieron las puertas para ser la Conejito de la Tía Bubu. Fue maravilloso ser la Conejo de la Tía Bubu, pero había otro programa que se llamaba Todo queda en Familia donde trabajaba Panfilo a puras Cachas, doña Teréfora, don Aniceto por si Soca, Chilango y otros actores.

Entonces ellos tenían la costumbre de invitar a personalidades del teatro y de la música para algún sketch de ese programa, y me tocó la suerte a mí. Se inventó la productora un sketch donde yo hacía el papel de mucama de la familia Campos y doña Teréfora quedó maravillada con mi actuación y pues me salí de TELEPIRATA para convertirme en María, una campesina con trenzas, humilde y sencilla. Ahí se comenzó a ser público mi rostro, no tenía carro, andaba en bus y ahí me pedían autógrafos.

Eso me abrió las puertas en la universidad porque me convertí en modelo y en edecán de la Cigarrería Morazán. Como era un personaje cómico jajaja mis maestros pensaban que yo era tontita, pensaban que no tenía cerebro, pero cuando vieron que mis notas eran de ochos y nueves me recomendaron para una plaza en el laboratorio de química de la Universidad (Tecnológica). Yo coordinaba el laboratorio de química y luego también estuve un tiempo coordinado el laboratorio de física.

 

¿Por qué dejó la actuación?

Por el estudio, las materias de mí carrera eran difíciles, dejé incluso mí trabajo. Yo pienso que mis papás también se merecían sentirse orgullosos de tener una hija profesional y me gradué de Ingeniero Civil.

 

¿Le pagaron por su actuación en esos programas?

En el programa TELEPIRATA no me pagaban. Cuando estaba de Conejito con la Tía Bubu me pagaban 200 colones por programa. Después me invitan a Todo queda en Familia con el personaje de María y ese papel me gustó porque era como el nacimiento de un nuevo personaje salvadoreño. Ahí me pagan también. Tuve que dejar a la Tía Bubu para convertirme en María.

¿Sus amoríos con los carros, con la velocidad, cuándo dan inicio?

Como le decía, no sabía que Dios me había dado ese talento jajaja,  pero todo inició temprano. Fíjese que mi mamá y mi papá, con un préstamo, compraron un “picachito” viejo y él a los ocho años me enseñó a arrancar el motor. Luego en la colonia me ponía a hacer los cambios de velocidad y cuando íbamos a San Juan Nonualco a visitar a la familia o enflorar me daba el carro para que lo manejara. Así aprendí a medio manejar. Luego me puso un primo para que me enseñara a levantarme en las cuestas. Bueno aprendí a manejar  bien como a los 18 años, pero no tenía carro y ni pensaban en comprarme. Cuando iba a la universidad me tocaba que caminar y pasar por partes oscuras antes de llegar a la colonia, fue hasta después de pasar varios sustos, mis papás se preocuparon y me compraron mi primer carro. Lo curioso es que pasaba parqueado porque yo tenía miedo de agarrarlo.

 

¿Pero y que no sabía manejar?

Sí podía, pero siempre andaba mi papá cuidándome, yo sola no había manejado y no cabía esa idea en la cabeza, tenía miedo. Me sentía impotente no sabía ni cambiar una llanta. Pero bueno en la universidad conocí al que ahora es mi esposo y él me dijo que manejara que sino, nunca se me iba a quitar ese miedo y así fue.

Recuerdo que la primera vez me tardé media hora para sacarlo del parqueo, pero agarré valor de andar sola en el carro. De repente empecé a manejar rápido, mis compañeros de universidad se asustaban y se admiraban de mis maniobras. Ellos me hicieron sentir que era hábil al volante, pero hasta ahí. Luego me gradué y me casé, pasaron los años y mi esposo  conoció a amigos que les gustaba el deporte del motor y comenzamos a ir al autódromo. Me gustaba escuchar el sonido de los V8.

Un buen día sus amigos formaron un club y se les  ocurrió hacer un evento de cuarto de milla para recaudar fondos para la Teletón. Entonces, mi esposo que viaja con encomiendas, no podía ir y me envió como representante, me pidió un sábado llevara a Carlos, el muchacho que tomaba las fotos para que tomara de los preparativos; y el domingo que me encargara que todos los del staff comieran. Y mire, para que llevé a Carlos ese sábado, él me dijo Ely quisieras darte unas vueltas en la pista y le dije que sí. Él me puso de acompañante a alguien del club que había sido piloto y él solo me dijo: vaya Ely aquí dele con todo y mire cuando llegué a la primera curva me coleó el carro y me dio miedo.

Me fui despacio y me iba explicando, pero yo que no entendía nada de circuitos ni carreras y ni le preste atención. Luego le dije dele usted y empieza a acelerar el carro al punto que en la segunda curva ya iba guindada del agarradero del carro y el estómago lo llevaba en la garganta, tenía miedo. Después le pregunté si podía hacer Cuarto de Milla, cambiamos de asiento y él me iba explicando donde se hacían los cambios para el cuarto de milla. Luego llegamos donde estaba el resto del equipo y le dicen al más cipote de todos: hey Cristian anda a echarlas con la Ely y Cristian recuerdo que me hizo una mirada de menos precio, me miró de pies a cabeza e hizo algo como na, si ella no puede.

Y mire al fin lo convencieron fuimos, la echamos, iba el ex piloto con migo y le gané, le di la revancha dos veces y le volví a ganar. Cuando regresamos todos le decían te “verguió” la Ely. Y para no hacerle largo el cuento, se fueron a hacer cola como once o doce carros y a todos les gané. Ellos tenían una página web, subieron las fotos y cuando las vio mi esposo puso el grito en el cielo. Dijo que ellos me querían ya sabe que, que por eso me habían enseñado, que yo era una desconsiderada. Él no me entendió, pero yo seguí participando y comencé a sufrir bulling de los que no eran amigos del club y no me conocían. Se carcajeaban porque nunca habían visto a una mujer hacer Cuarto de Milla.

 

Eso fue digamos aprendiendo ¿cuándo compite oficialmente por primera vez?

El 26 de enero de 2008 fue que yo manejé por primera vez en la pista del Jabalí por hobby. En octubre de ese año mi papá me ayudó a comprar el carro con el que corro, y luego en enero de 2009 un partido político hizo un Cuarto de Milla gratis porque se venía elecciones de marzo. Me pareció una buena oportunidad para probar mi carro, fui por simple curiosidad. Ese día solo corrí y me regrese a la casa porque a mi esposo no le gustaba que yo perdiera mi tiempo en las carreras, decía que tenía que atender a mis hijos. Ese era su pretexto todo el tiempo. Él llegó hasta que se acabó y  me dice: ese carrito quizá lo corrían antes porque en cuarto lugar quedó y habían 36 carros en esa categoría. Entonces a mí me pareció que no lo hice tan mal y sin decirle a él me escribí en la primera fecha del Cuarto de Milla del autódromo, corrí, me gané el tercer lugar y todos admirados.

Ahí empezó a existir Elizabeth Martínez en el autódromo, pero nunca me dieron un trofeo como piloto novato.  Después que vi que me fue bien en el Cuarto de Milla dije: esto de las carreras en fácil, me voy a meter en Circuito y le digo, mi primera experiencia formal en Circuito no fue la más agradable, mire cada una de las curvas tiene su clave y yo no lo sabía nada sobre esa competencia tanto así que no sabía que la bandera a cuadro significaba que ya había terminado la carrera, y seguí acelerando, seguí corriendo. Los comisarios se dieron cuenta y cuando venía de regreso habían tres comisarios haciéndome seña ahí fue que yo me percaté que había terminado la carrera. Hasta después me di cuenta que la bandera a cuadro significaba fin de la carrera jajaja.

 

¿Le hicieron bulling?

No. Fíjese que esa primera vez (en Circuito) yo hice cinco trompos y el carro se me barrió tres veces. Recuerdo que cuando me baje del carro andaba buscando los lentes y la mano me temblaba. No encontraba los lentes para taparme el rostro y que no vieran que una mujer había andado haciendo el ridículo ahí adentro. Hice varios trompos el mismo lugar y solo veía la sombra de los carros que me pasaban. Esa vez dije: no vuelvo a correr en Circuito, esto no es para mí, porque mire que me dio un pavor, ahí hay curvas que son traicioneras. Esa vez no gané nada, pero luego volví a correr en la segunda fecha del Circuito y gané. Ese ha sido el podio más maravilloso que yo he tenido, me gané un tercer lugar y me sentí más orgullosa cuando me subí a recibir el trofeo y vi a los pilotos de los V8 que tanto admiraba, gente de dinero con su mega carro de $30 mil dólares aplaudirme y desearme buena suerte. Eso me impulso a seguir y demostrarle a mi esposo que sus pensamientos eran erróneos. Él era muy celoso y mi mamá le creía más a él que a mí, mire hasta parálisis facial me dio de las presiones que recibía de ellos.

¿Ahora tiene el apoyo de su esposo para correr?

Hoy sí. Hoy estamos como noviecitos otra vez y estamos muy felices.

 

¿Existe todavía el menos precio a la mujer en la pista?

No, lo que me hacen es trampa. Hoy ya no se burlan. Me doy el lujo de decir que puse el respeto, que demostré que nosotros las mujeres podemos.

 

¿Cómo que le hacen trampa?

Mire ahora ya no se burlan de la mujer, esperan lo mejor de ella. ¿Por qué hacen trampa? porque en Cuarto de Milla no se inscriben donde les toca. Se meten en categorías débiles para ganar y en Circuito nos controlan el tiempo, pero no pueden ver lo que tiene el motor.

 

Me decía que tiene casi 50 años ¿hasta cuándo piensa quitar el pie del acelerador?

En un par de meses cumpliré los 49 años, y bueno todos los años me jubilo de piloto porque yo no tengo un trabajo fijo. Entonces me retiro cada año porque yo no tengo los recursos propios para mantenerme en este deporte. Yo gasto como $350 dólares en mantenimiento por cada fecha. Los que me permiten que cada fecha pueda estar corriendo son los patrocinadores.

 

¿Físicamente hasta cuándo se ve con la habilidad para correr?

Hasta que Dios me lo permita. Yo lo disfruto. Es un stress porque tengo que llevar el carro al taller y me toca andar en bus buscando repuestos, pero estaré ahí hasta que Dios me lo permita. Le digo hay stress, pero cuando estoy sobre la pista y empiezan ondear la bandera blanca de salida se me olvida el terror que tengo, los nervios, las preocupaciones y me transformo en un piloto. Me concentro al cien por ciento en la pista porque esto (correr) es como jugar ajedrez.

 

¿Correr carros es como jugar ajedrez?

Sí porque usted cuando está jugando ajedrez  quiere mover una pieza y piensa también que pieza puede mover el contrincante y que le puede generar un jaque, y en la pista es igual, yo voy pensando en la curva que voy a agarrar, pero también voy pensando en lo que está haciendo el de adelante, donde está cometiendo el mínimo error para pasar por ahí, y voy pensando en el traigo pegado en el bomper de atrás, que es lo que va a hacer, en donde me va a querer pasar. Hay tres pensamientos en los que voy concentrada en ese momento.

¿Pero en el ajedrez no hay peligro de choque?

Eso sí. Esa es la diferencia jajaja.

 

¿Se ha accidentado alguna vez?

No. Solamente la vez que hice trompos. Dios me ha librado. Una vez dije ya me estrellé, eso fue cuando estaba en iniciación. Esa vez se impactó un Volkswagen y me quise tirar a la izquierda y venía otro carro, le metí freno, pero venía volando. Cuando me iba a estrellar Dios separó los carros e hizo un espacio donde solo cabía mi carro,  es más, habría jurado que había rayado el carro, lo escuché y cuando me bajé fui a buscar los rayones y no tenía nada.

 

¿Cuándo conduce en calle normal que pasa por su mente, no piensa que está en la pista?

Mire, yo le pido a Dios que no me agarre la tarde. Yo cuando manejo hago lo posible por dar el ejemplo. Le cedo paso al peatón, cedo la vía, yo siempre trato de dar el ejemplo. El problema es cuando me agarra la tarde.  Cuando me agarra la tarde se me activa en el cerebro lo piloto de carros de carrera. En serio si yo voy tarde sé que los demás se asustan, pero como voy activada ya sé que va a hacer el de adelante. Lo tengo fríamente calculado, pero los demás se asustan y tienen razón. Mire parece mentira, pero el hecho de ser piloto de Circuito lo hace a uno mejor al volante. Nunca he chocado, mejor me golpean a mí cuando tengo el carro parado jajaja.