
Björn Andrésen, el joven adolescente que se ganó el título del chico más guapo del mundo, ha fallecido a los 70 años, según ha confirmado su hija a la prensa sueca y los directores del documental sobre su vida, Kristina Lindström y Kristian Petri. La noticia ha conmovido al mundo del cine, devolviendo a la memoria la imagen de aquel joven de belleza inalcanzable que cautivó al director Luchino Visconti. En 1970, el cineasta viajó por toda Europa en busca del chico perfecto para personificar la belleza absoluta en su adaptación de Muerte en Venecia de Thomas Mann. En Estocolmo descubrió a Björn Andrésen, un tímido adolescente de 15 años, a quien le condujo de la noche a la mañana a la fama internacional.
El director de cine Luchino Visconti estrenó Muerte en Venecia el 1 de marzo de 1971, en Londres, con la presencia de la reina Isabel II y su hermana, la princesa Ana. Fue precisamente en ese estreno cuando Visconti se refirió a Björn como el chico más bello del mundo. Una etiqueta que acompañaría al actor sueco el resto de su vida, pero de la que nunca guardó buen recuerdo.
La experiencia de rodar esta película le sumió en una depresión y le condujo a una espiral de adicciones. Así lo contó en el documental sobre su vida, dirigido por Kristian Petri y Kristina Lindström. En la noche del estreno, el joven actor recurrió al alcohol para calmar su soledad, una dinámica que se repetiría en viajes posteriores, como ocurrió en Japón, donde lo animaron a consumir drogas antes de cantar frente al público local.
A ello se suma una infancia marcada por la tragedia: creció sin padre y su madre se suicidó cuando él tenía diez años. Fue criado por sus abuelos maternos y estudió música en la Escuela Adolf Fredrik, mostrando desde temprano interés por el piano. A los 15 años, fue seleccionado para interpretar a Tadzio en Muerte en Venecia, papel que lo convirtió instantáneamente en un icono de belleza a nivel mundial. Su aspecto juvenil e inmaculado inspiró durante décadas a cineastas y artistas de manga y anime, especialmente en Japón.
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Además de trabajar en la película En kärlekshistoria, tuvo papeles en producciones suecas, japonesas y en películas como Midsommar (2019) y Smugglarkungen (1985. Y en Japón, llegó a convertirse en una figura publicitaria y musical, grabando canciones y realizando anuncios como modelo. Además, fue músico profesional y tecladista del grupo Sven Erics.
Andrésen estuvo casado con Susanna Román y tuvo dos hijos. En 1984 nació su hija Robine, y dos años después nacería su hijo Elvin. La tragedia volvería a ensañarse con el actor cuando su hijo pequeño falleció con apenas 9 meses de muerte súbita. Este golpe fue un duro mazazo para el actor, que se sumió en una profunda depresión.
A lo largo de su vida, Andrésen habló abiertamente sobre el impacto negativo de su repentina fama y su fama asociada a la belleza adolescente. Su historia fue explorada en el documental El chico más bello del mundo (2021), donde profundizó en las secuelas emocionales y sociales de su paso por el cine. Cincuenta años después de su debut en el cine, Björn Andrésen era un hombre avejentado, extremadamente delgado, con el pelo y barba blanca, que contó su historia sobre no solo el precio de la fama, sino también de la belleza. Entonces nada tenía que ver con aquel niño de rostro angelical que representó a la belleza absoluta en Muerte en Venecia.













