Verdad bajo lupa o arte de exagerar

Como diría la abuela: asustan con el petate del muerto. Y no es mentira. Ni estamos tan jodidos en El Salvador, y tampoco somos el paraíso que algunas veces quieren vender los gobiernos de turno. Que cada día mueren más de 20 salvadoreños por la delincuencia es cierto, pero no es cierto que todo el país sea inhabitable como se intenta vende fuera de nuestras fronteras.
“Quería ir a El Salvador en diciembre, pero no creo. He visto en las noticias que está perro con la delincuencia allá, así que pues ya desistí”, me confesó un amigo en Nueva York.
No fue el único que me preguntó desalentadamente por el tema delincuencia y las pandillas; y al que tuve que explicarle que no todo es muerte en El Salvador, y quien hice ver que los medios de comunicación muchas veces venden únicamente eso, y nos llegan  noticias exageradas.
No exagero cuando titulo este artículo “verdad bajo lupa o arte de exagerar” porque eso hacemos exactamente, u observamos el hecho con una lupa para verlo más grande o lo sobredimensionamos y generamos psicosis.
Por fortuna o quizá desafortunadamente yo he vivido la mitad de mi vida en una populosa colonia soyapaneca, y desconozco si en los archivos de la policía está marcada en rojo, pero sí sé que está estigmatizada y que gente se resiste a visitarla.
Me ha pasado que vendedores de comida rápida no me han querido proveer los servicios o taxistas que han renunciado a hacer una carrera. No digo que en mi “bella” colonia vivan ángeles, pero puedo dar fe que tampoco es como la dibujan.
Conozco de gente a la que le tiemblan los pies viajar en el transporte colectivo y mucho más si va de compras al centro capitalino. No digo que no se den asaltos, pero tampoco es que viaje un ladrón en cada asiendo del bus o estén parados en cada esquina. De nueva cuenta caemos en verdades exageradas o medias verdades.
Empero, no solo en el rubro delincuencial se tiende a exagerar, por años venimos escuchando que la economía pública no crece, y quizá así sea, pero la gran empresa privada sigue llenando la cartera y abriendo nuevas tiendas.
Más abajo la gente de a pie como yo y el grueso de los salvadoreños tampoco es que nos estemos muriendo o de hambre a no ser que seamos masoquistas. Conozco de mucha gente que puso el grito en el cielo cuando re adecuaron el sistema de compra del gas propano, pero esa misma gente tiene dos televisores, paga cable e internet y  en ocasiones hasta un servicio privado para ver partidos de fútbol. Más fácil aún visiten los centros comerciales los fines de semana y día de pago.
Existen también en El Salvador zonas marginales donde las paredes de las casas son de láminas y cartón y cuyos techos apenas aguantan con una gigante antena color rojo y la pantalla plana apenas cabe en el viejo módulo. Tenemos también campesino en Oriente que habitan en casas de media cuadra.
Entonces ¿estamos tan jodidos como nos los quieren hacer ver, o simplemente estamos viendo la realidad aumentada con lupa?. Yo no tengo duda. Eso es así, así les conviene a unos y otros.