En el amor es como en la política, si la ilusión y la esperanza se terminan los ramilletes de rosas perfumadas se van al cesto de la basura y las serenatas terminan convirtiéndose en conciertos de reggaetón para gente culta. Este 4 de marzo, El Salvador va a elecciones y los pretendientes a diputados y alcaldes han “escupido” saliva por todos los medios en un intento por convencer a un país desencantado.
Son cientos de miles de dólares los que han gastado los partidos políticos en afiches, spot televisivos, cuñas radiales y periódicos tradicionales para cosechar escaños y gobernar alcaldías, pero nada les garantiza que invirtieron en tierra fértil.
Es más, lo que se respira en el país ahora mismo es un ambiente de escepticismo, de cansancio a las promesas incumplidas, y sobre todo de repudio a rostros de “dinosaurios” que ya se perpetuaron en la Asamblea Legislativa y que solo llegan a dormir.
La principal queja, y no lo digo yo, sino mis contactos en “chat” grupales y mi propia familia es que los institutos políticos no refrescaron sus planillas para diputados. Que no hay rostros nuevos para “la plancha” y que ya se hartaron de ver comiendo frito a los mismos.
Y no es mentira. Personajes como Alberto Romero, Donato Vaquerano, Zoila Quijada, Guillermo Gallegos, Rodolfo Parker o Elizardo González Lovo han hecho huesos viejos en el “hotel” de los “Padres de la Patria” y a la gente no partidaria ya le hacen “roncha”.
A partir de ese descontento se prevé una jornada electoral cargada de sorpresas. Y no sorpresas como que el FMLN reciba una paliza de ARENA y que acabe frustrado por el descontento que ha generado entre sus simpatizantes, sino porque el pueblo parece decidido a cobrar la factura y pagarles con indiferencia y sarcasmo a todos por igual.
Estamos ante una elección con tinte histórico en la que el abstencionismo y sobre todo el voto nulo pintan como los principales protagonistas. No será raro que, al momento del recuento de votos, el país entero se percate que los “Memes” y “troleos” han saltado de los medios electrónicos y redes sociales a las papeletas electorales.
Es que no hay otra forma más cívica de hacerle saber a los políticos que el pueblo ya está harto de sus palabreríos, de sus mensajes bonitos y los abrazos falsos y vacíos que regalan en cada campaña. Este domingo no se quede sin votar, asiste. Tu voto es tu herramienta de expresión.